jueves, 20 de octubre de 2011

EL DÍA DESPUÉS



Por Jorge Wandelow
Para ChacoMundo


Pareciera que, lamentablemente, por distintas circunstancias, no todas demasiado democráticas, hay cuestiones que parecen irreversibles a esta altura. Un tercer mandato del kirchnerismo, en los que se han forzado y exprimido todos y cada uno de los resquicios constitucionales que permitieran adueñarse cada vez de más poder. El uso indiscriminado del Estado, sus bienes, el poder que otorga el ser gobernante, la descalificación permanente de los opositores, el ocultamiento y el falseamiento de datos esenciales para prever y corregir un futuro, aprovechados para manipular a un pueblo que, asustados muchos, prefiere seguir navegando por cauces tan peligrosos.

Una etapa de crecimiento, desconocida hasta ahora en nuestra patria, ha sido desperdiciada en obtener rehenes políticos y réditos de todo tipo. Lo hacen sin ningún tipo de pudor.

Niegan la inflación, niegan la inseguridad, niegan los problemas para conseguir trabajo de millones de jóvenes y mayores. Niegan el crecimiento desmesurado del narcotráfico, muy seguramente acompañado de complicidades políticas, policiales y, lamentablemente, también en muchos casos, judiciales.

La acumulación de poder que han armado, y pretenden consolidar después de este casi seguro triunfo, no solamente quitan la base de sustentación de nuestro pretendido sistema republicano y democrático, sino que además de los riesgos económicos y políticos en que nos coloca, todos quedamos en Libertad condicional. Vamos a depender del arbitrio y voluntad de caprichosos gobernantes, pero también de sus miles de desprestigiadores pagos. Todos los que pensamos distinto seremos blanco de ataques de todo tipo. Lo que hemos visto hasta ahora, quedará convertido en juego de niños, comparado con lo que vendrá.

Mientras tanto, los grandes negociados seguirán pasando a nuestro lado sin recibir sanciones, pretendiendo hacernos creer que vemos visiones, que hablamos de corrupción para desestabilizar.

Es difícil para quienes creemos en el diálogo y los consensos como única forma de construir un futuro para todos, tener que andar “pronosticando catástrofes”. No es grato, no es lo que uno desea, pero después de todos los esfuerzos, uno siente la obligación de prevenirlo, de avisar a quienes no se dieron cuenta de lo que está ocurriendo.

Vemos con mucho pesar un oficialismo insaciable, con características que pensábamos olvidadas, con personajes como Moreno que anticipan con sus violencias, apañadas desde lo alto del poder, el futuro que nos espera. Uno entonces siente la obligación ética de avisar, de convertirse en ese “pájaro de mal agüero” al que la sociedad nuestra le escapa tanto, en su pretensión de vivir en un mundo irreal e imaginario. Y lo que es peor, una sociedad que elige a sabiendas de la mentira, del engaño. Del engaño que le hacen y del engaño que se hace.

Los problemas económicos que nos acechan, ignorados por el gobierno, en su pretensión de presentar un mundo de fantasiosas maravillas, que todos pagaremos, especialmente los que hoy se sienten más beneficiados por ayudas que necesitan y que se las dan a cambio de sus incondicionalidades y de sus miedos, creo que serán irrelevantes si las comparamos con la inseguridad, la pérdida de libertades , de garantías y de derechos que nos esperan casi con seguridad.

La oposición mientras tanto permanece impávida, sin saber como explicar que fueron sus propios egoísmos los que nos colocaron en este estado de indefensión. Sus dirigentes serán las primeras víctimas, afortunadamente. Sus egoísmos y soberbias pasadas, su autismo y sus incapacidades, los hacen merecedores del privilegio de ser los primeros en pagar las consecuencias. Ya no engañan a nadie y serán expulsados por sus propios seguidores, además de repudiados por toda la ciudadanía. Tal vez no perciban el rechazo que generan, aun los que pertenecen a nuestras propias estructuras partidarias, de las que se sintieron dueños y se olvidaron de sus principios.

Hasta no hace mucho tiempo escuchábamos el debate de qué estaba primero, si la economía o la política. Hoy es una cuestión perimida. Ahora se deben atender primero a las cuestiones éticas y morales, sin las cuales no habrá salida para ninguna de las otras cuestiones que nos afectan.

Se vienen tiempos difíciles, tiempos para estadistas, tiempos para la mesura, para la responsabilidad de la participación cívica.

Se vienen tiempos de enfrentamientos que no deberían ser habituales y cotidianos en un sistema que se precie de democrático, pero es lo que tenemos. Nos guste o no, es nuestra realidad, la que debemos modificar en respaldo de la verdadera constitucionalidad, en respaldo de la República y por una democracia con sentido real y no demagógico ni autoritario, que la vacían de contenido.

Es de esperar que esta situación tan dramática descripta, no nos lleve a la desesperanza, ni tampoco a la lógica “amigo – enemigo” en la que nos han metido y sí en cambio nos movilice con la fuerza y la energía de las grandes gestas, tan ausentes y tan necesarias en estas épocas. Que esta realidad no deseada, y hasta ahora incomprendida por muchos, nos ayude a oponer la razón a la sinrazón, la esperanza a la desesperanza, la legalidad a la ilegalidad.


Publicado en ChacoMundo.blogspot.com

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