sábado, 17 de diciembre de 2011

UE

Un dato que mete miedo: empresas 

y bancos centrales preparan su

"plan B" ante eventual ruptura del euro

Por Rubén RamalloiProfesional.com

Ante el temor que genera un quiebre de la moneda común distintos bancos centrales y empresas de varias ramas de actividad de los Estados Unidos, y del Viejo Continente, están poniendo a prueba sus sistemas.

Las autoridades monetarias están cubriendo sus espaldas ante la posibilidad de que losdesaciertos en la región -o la caída de algún país de difícil rescate- terminen provocando una ruptura de la Eurozona.
Según informó The Wall Street Journal, los supervisores financieros de diferentes naciones han comenzado a elaborar planes de choque para poder hacer frente a esteeventual desenlace.

Entre otros, se cita al banco central de Suiza, que estudia sustitutos para el euro como divisa de referencia, para así tratar de mantener estable el valor de su moneda.

Por su parte, el Banco Central de Irlanda estaría analizando si necesitará de maquinaria adicional en caso de que tenga que verse obligado a imprimir nuevos billetes para unamoneda nacional.

Los rumores han ido escalando y ese organismo tuvo que salir al ruedo a calmar las aguas y a desmentir, de manera tibia, tal accionar.

En tanto, el organismo regulador de la banca del Reino Unido, la Financial Services Authority (FSA), le recomendó a los bancos de su país que elaboren planes de contingencia para enfrentar la posibilidad de una salida desordenada de la zona euro, o bien la retirada de algunos países.

"No podemos ser, y no somos, complacientes en este frente", dijo Andrew Bailey, jefe adjunto de la unidad de supervisión prudencial de la FSA.

Otras naciones europeas al margen de la moneda única, como Montenegro o Letonia, también contemplan medidas de defensa con las que protegerse ante una posible caída de la moneda común.

Las fuentes citadas señalaron que se trata de planes de contingencia preliminares y que -en ningún caso- se está dando por sentado que la zona euro vaya directo a la disolución.

Con Italia y España en serias dificultades, cada vez son más los analistas e inversores que consideran que un recrudecimiento de las tensiones en los mercados financieros hará temblar los cimientos de la propia Unión Monetaria, obligando a una separación forzosa de la región.

La reacción de las empresas

Las dudas sobre el futuro de la moneda invaden todos los ámbitos.
Esto se vio reflejado en el gigante de la industria farmacéutica, Novo Nordisk, cuando el director financiero, Jesper Brandgaard, le preguntó a otros ejecutivos de la firma cómo fijaría la empresa los precios de dos nuevos productos, si el euro se derrumbase.
De estos ejemplos hay varios. Lo cierto es que las empresas están avanzando en lapreparación de planes de emergencia.
La preocupación de la firma danesa, que es el mayor fabricante del mundo de medicamentos para el tratamiento de la diabetes es que, si bien se encuentra fuera de la zona euro, vende gran parte de su producción en ella.
Claro está que no es la única en hacerse esta pregunta.
En la práctica se repite a diario en las mesas de directorio de los bancos, casas de bolsa, firmas comerciales, despachos de abogados y en las reuniones mantenidas en las oficinas de los principales fabricantes del mundo.
Otro dato que mete miedo es que, según una encuesta realizada por Reuters, el 70% de los economistas dijo que la moneda única no iba a sobrevivir en su forma actual.
Este sentimiento se hace presente en las empresas, que están empezando a tomar acciones para enfrentar tal escenario.
"Es difícil hacer planes detallados, pero tenemos que pensar cómo sería nuestra estrategia de precios si se diera un repentino desmantelamiento", dijo a Reuters Brandgaard.
Prepararse para la ruptura de la moneda única de los 17 países del euro no es fácil.
Al igual que muchos líderes empresariales, Brandgaard ve una ruptura de la Unión Monetaria como un fenómeno posible, aunque no del todo probable, si bien las posibilidades van en aumento.
Martin Sorrell, jefe de WPP, la mayor agencia de publicidad a nivel global, resume su inquietud: "La complejidad de la situación provoca un miedo atroz y es tan complicado el contexto que es la última cosa en el mundo que uno quiere que suceda".
"Por ahora, lo único que podemos hacer es tener a mano un plan de contingencia".
A partir de sondeos a ejecutivos de las más diversas empresas, banqueros y abogados de Europa, Estados Unidos y Asia -y de documentos registrados en los organismos supervisores- Reuters reconstruyó la forma cómo se están dando estos preparativos.
Algunos de los más activos con sus planes de contingencia son los países europeos de fuera de la zona euro, que tienen fuertes vínculos comerciales con el bloque de la moneda, como Dinamarca y Reino Unido.
También trascendió que varias empresas británicas revelaron que han discutido, o puesto en marcha, planes alternativos.
"La mayoría de los empresarios ha renunciado a esperar una solución política. Uno simplemente no puede manejar su negocio sobre la base de que algo vaya a solucionarse", agregó Sorrell.
Un sistema a prueba
Los bancos, varias compañías con puntos de venta distribuidos en distintos países einversores conservadores están en la primera línea de quienes buscan cubrirse de una hipotética ruptura.
ICAP, el intermediario más importante del mundo en divisas y bonos estatales, dijo que puso a prueba su sistema de negociación para manejar el colapso de la zona euro y elresurgimiento de monedas nacionales.
No es el único en llevar a cabo "juegos de guerra".
El directivo de un gran banco de inversión señaló que ya había conformado un equipo de 20 personas para hacer simulaciones sobre todo tipo de escenarios.
"Mi trabajo es asumir lo peor. Si ese escenario llegara a ocurrir, simplemente, no habría tiempo suficiente para reaccionar, si uno no está preparado de antemano", puntualizó el banquero.
Por lo pronto, el hecho de que Grecia retorne al dracma hoy resulta ser la menor de las preocupaciones.
El banquero manifestó que, a esta altura, la bancarrota de la nación helénica es "algo molesto pero un mal menor".
Y comparó la situación de Italia con la quiebra de Lehman Brothers, que marcó el inicio de la crisis financiera de 2008.
En igual dirección, un número significativo de empresas de EE.UU. en una amplia gama de sectores -incluyendo firmas cotizantes en el Dow Jones- advirtieron a los inversores de sucreciente preocupación sobre el fin del euro.
Por su parte, Bank of America incorporó la crisis europea a su lista de factores de alto riesgo. Y aconsejó a los inversores estar precavidos.

JP Morgan Chase difundió un documento en el que le "sugiere" a empresas e inversores estar atentos.

American Express, Boeing y Cisco Systems son otras de las compañías que también mostraron suma cautela y preocupación.
Es que un eventual colapso de la moneda, traería consecuencias imprevisibles.

Para las empresas industriales y comerciales un objetivo clave, ante la preocupación que trae un posible derrumbe del euro, es tratar de proteger su dinero en efectivo.
Es que actualmente manejan grandes stock de fondos, un reflejo de la renuencia a invertir en ampliar capacidad o en la compra de otras compañías.
Los departamentos de tesorería están moviendo el dinero a refugios seguros y ensayan respuestas rápidas ante diferentes escenarios.
Los presupuestos 2012 se están estudiando de nuevo.
Y una gran cantidad de compañías ha contratado a consultores externos para asesorarse sobre la exposición a la Europa periférica (Grecia, Irlanda, España, Portugal e Italia).
En un reciente informe de UBS sobre disoluciones de uniones monetarias que se dieran en el pasado, los economistas concluyeron que el costo de la ruptura del euro sería "tan enorme como para ni siquiera poder imaginárselo".

Si bien este eventual quiebre sería diferente a todos las demás, los economistas de UBSidentifican ciertos rasgos característicos en la fragmentación de la Unión Monetaria.

El principal es la fuga de capitales desde las economías más débiles a las más fuertes, algo que se ha manifestado de forma contundente en Grecia.
Pero no es el único caso, ya que los datos de los bancos centrales muestran unadisminución de los depósitos bancarios en los países más vulnerables de la zona euro.
"Una ruptura no tiene por qué ser un desastre, pero la forma que podría adoptar en Europa podría serlo", remarcaron analistas internacionales.
Como ocurrió en Cheslovaquia, y a diferencia de lo que sucede ahora en Europa, algunas uniones monetarias se disolvieron después de una ruptura política.
La Unión Monetaria austro-húngara se desintegró en 1919 tras la fragmentación del imperio después de la Primera Guerra Mundial, en tanto que la región del rublo se rompió en 1992-1993 tras el colapso de la Unión Soviética.
Los analistas de UBS identifican un último rasgo: una población profundamente insatisfecha.
"Las circunstancias que rodean la ruptura de una Unión Monetaria tienden a ser extremadamente graves pudiéndose, incluso, registrar riesgos de disturbios sociales de altísima magnitud", concluyeron en su informe.
FUENTE:Publicado en www.iProfesional.com


 

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