viernes, 30 de marzo de 2012

El desafío económico y la mirada realista de esa utopía llamada MalvinasCRONISTA.COM

 Fernando Gonzalez  

 Director Periodístico    

   El lunes se cumplen 30 años de la peor decisión estratégica que tomó la Argentina en su política exterior. La guerra para recuperar las islas Malvinas no solo terminó con la vida de 641 argentinos, sino que profundizó la crisis económica y nos hizo retroceder décadas en el terreno diplomático de un reclamo territorial con bases históricas y geográficas sólidas. Tal vez, su único aspecto positivo haya sido la aceleración del final de la última dictadura militar que huyó en desbande y dio paso a la restauración democrática. Hasta allí todo es historia conocida y los homenajes de estos días contienen abundante información sobre la guerra que no debió ocurrir.
En su edición de hoy, El Cronista propone una mirada hacia adelante. El suplemento de 12 páginas titulado “La guerra económica de las Malvinas” intenta desentrañar el futuro de las islas que consideramos nuestras pero que están en poder de Gran Bretaña hace casi dos siglos. Julián Guarino, subeditor de Finanzas, viajó a Malvinas y entrevistó al gobernador británico, al director de Pesca y al director de Petróleo, el combustible que podría transformar las islas en un enclave geopolítico estratégico. Con mirada de especialista, Guarino cuenta en su crónica cómo ha cambiado la economía malvinense en 30 años y porqué los kelpers van camino a convertirse en millonarios de posguerra.
Hernán de Goñi, el subdirector del diario, y el economista Tomás Bulat, proyectan el naciente fenómeno petrolero en las aguas de Malvinas y el inevitable camino de una integración económica con los kelpers. El director adjunto, José Del Río, evalúa la situación de las empresas británicas en la Argentina y la periodista Ana Gerschenson, quien viajó tres veces a las islas en los últimos años, explica por qué fallaron todos los intentos diplomáticos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa y de Néstor y Cristina Kirchner.
El consultor y especialista en temas de defensa, Rosendo Fraga, se arriesga a plantear qué escenario tendríamos si la guerra fuera hoy, con Gran Bretaña en crisis y la Argentina sin desarrollo bélico. Mención especial para la columna de Manuel Solanet, quien como viceministro de Roberto Alemann asumió la responsabilidad de resguardar las reservas durante la guerra y revela el grado de anomia del gobierno de facto que se lanzó a la irresponsabilidad del conflicto armado. El periodista y ex combatiente, Edgardo Esteban, proyecta las consecuencias de una historia que lo tuvo como protagonista directo e involuntario. El jefe de Redacción, Walter Brown, y la subeditora Micaela Pérez, planificaron y editaron un trabajo de equipo muy minucioso, que busca respuestas en el presente que conduzcan hacia el futuro.
Las islas Malvinas son una herida abierta en el corazón y en el destino incierto de los argentinos. A 30 años de la guerra que nos puso frente a los ojos del planeta, el mejor homenaje periodístico para quienes dejaron su vida en aquellos helados campos de turba es asumir la realidad de este siglo joven con los datos que sólo aporta el contacto directo con las islas. Analizar las posibilidades políticas, diplomáticas y económicas que tenemos para poder recuperarlas algún día. Y plantear un escenario lo suficientemente abierto como para que nuestros lectores puedan sacar sus propias conclusiones. Eso es lo que hoy intenta El Cronista. Las Malvinas son argentinas pero semejante expresión de deseos sólo dejará de ser una utopía cuando el país adolescente abandone las fantasías discursivas y se sumerja en un sendero mucho más dificultoso: el de los hechos concretos.

FUENTE:Publicado en www.cronista.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ARCHIVOS DE TEMAS DEL BLOG

Buscar articulos