domingo, 22 de abril de 2012

LAS 2 CARAS DE YPF 
De los nuevos negocios con Techint al escepticismo futuro
En el oficialismo, frenesí por el impacto positivo en la opinión pública de la expropiación de las acciones de Repsol en YPF. No importa que la gente desconozca todo sobre cómo producir crudo, y las consecuencias de las decisiones. La gente vota y eso es lo que importa en la democracia representativa, dicen. Entre los técnicos en petróleo, graves advertencias; y la verdad es que ellos acertaron porque desde hace 6 años que le advertían a los Kirchner que estaban descarrilando en su política de hidrocarburos. Aqui las 2 caras de la moneda:
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). ¿Cómo lo ven en la Administración Cristina?
El relato de Raúl Kollmann en Página/12, describe la euforia en la coyuntura:

"3 de cada 4 argentinos están de acuerdo con la expropiación del 51% de las acciones de YPF, básicamente por 2 razones. En 1er. lugar, porque se considera que Repsol no hizo las inversiones necesarias para abastecer al país, y en 2do. lugar, porque el Estado debe controlar los recursos estratégicos, que no es bueno que estén en manos extranjeras. Estas 2 ideas están en la base de lo que piensan los argentinos desde hace décadas. Incluso durante el proceso de privatizaciones, la opinión pública respaldó las de agua, luz y, sobre todo, teléfonos, pero siempre se opuso a la privatización de Aerolíneas Argentinas y mucho más todavía en el caso de YPF. La decisión tomada por la Presidenta produjo una mejora notoria en su imagen, recuperando los niveles de antes y después de las elecciones. (La imagen positiva de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se ubica en el 60,9%, muy cerca de los valores que tuvo antes y después de las elecciones de octubre. Desde ya que la medida tomada por la mandataria de expropiar el 51% de las acciones de Repsol ha sido clave).

Las conclusiones surgen de una amplia encuesta nacional realizada en forma exclusiva para Página/12 por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera el sociólogo Roberto Bacman. En total se entrevistaron a 1.000 personas de todo el país, incluyendo Capital Federal, Gran Buenos Aires y ciudades grandes como Rosario, Córdoba, Mendoza; ciudades medianas y chicas como Confluencia, en Neuquén, Río Cuarto, en Córdoba, Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn, La Rioja y otros 22 puntos de distintas zonas de la Argentina. En el trabajo se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social.

“Creo que son resultados esperables –señala Bacman–. Nosotros ya habíamos hecho un estudio en febrero y daba una clara mayoría a favor de que YPF sea estatal. Las proporciones de ahora son impactantes, porque el acuerdo con la expropiación es mucho más alto que las opiniones positivas sobre la Presidenta. Eso significa que respaldan la medida personas que no opinan bien de Cristina o que no se sienten contenidos por el oficialismo. Pienso que no es un milagro ni hay milagros en la política. Aquí hay ciertos pactos con la sociedad que tienen que ver con el papel del Estado y con un replanteo de lo que pasó en los ’90. Y una vez que existe ese pacto, ese consenso, la gente mantiene la coherencia alrededor de los puntos clave.” (...)".

Tomás Lukin, también en Página/12, brinda un enfoque complementario de la excitación gubernamental, referente al deseo empresario que anima al Ejecutivo Nacional:

"La expropiación del 51% de las acciones de YPF en manos de Repsol convertirá al Estado nacional en accionista de un conjunto de empresas y proyectos donde la petrolera tiene participación.

Las firmas van desde constructoras para el sector de hidrocarburos y oleoductos por todo el país como AESA y Oldelval hasta la productora de agroquímicos Profértil.

En algunos casos, YPF controla la totalidad de esas compañías, en otros ostenta el control conjunto y existe un importante grupo de firmas vinculadas.

Además, la petrolera cuenta con negocios financieros y productivos en el exterior como Bolivia, el Amazonas peruano, Angola y otros radicados en paraísos fiscales, donde el sector público pasará a ser parte.

No todas esas iniciativas representan una buena inversión en términos contables: Maxus, una petrolera en Texas arrastra un importante pasivo ambiental y la sociedad GASA, a través de la cual controla una parte de la intervenida Metrogas, que está en quiebra al igual que la distribuidora.

Este último caso, a pesar de la situación financiera que atraviesa la compañía, representa un activo estratégico. Por último, la expropiación asociará al Estado con el Grupo Techint en distintas empresas y proyectos productivos. (...)

(...) El entramado y el desafío que se abren para la administración pública vuelven a cruzar los caminos con el Grupo Techint, donde el Estado ya posee, a través de Anses, el 26 por ciento de las acciones y tres directores, entre los que figura el viceministro de Economía, Axel Kicillof. Los vínculos no serán tan directos, pero la empresa Tecpetrol del holding que encabeza Paolo Rocca y la firma Pluspetrol, donde YPF posee el 45 por ciento de las acciones, son accionistas en Oldelval, transportadora por ducto de petróleo. Los renovados vínculos con Techint se extienden a un conjunto de áreas que explotan en conjunto Pluspetrol y Tecpetrol a través de distintas UTE. (...)".

Del otro lado
¿Qué se dice entre los especialistas en petróleo, quienes desde hace 6 años le advierten a los Kirchner que habría problemas con el autoabastecimiento de hidrocarburos?

En esta ocasión, nadie quiere hablar 'la verdad' con nombre y apellido. Conocen la expectativa popular y prefieren no contradecirla. Pero aqui va un compacto de las ideas prevalecientes:

> La falta inversión y la pérdida del autoabastecimiento energético es un fenómeno que excede a YPF y comprende a todo el sector de hidrocarburífero. Es un problema que parecería no solucionarse únicamente cambiando la composición del paquete accionario de YPF.

> La solución debería ser integral, contemplando la eliminación de la distorsión de precios en el mercado y, sobretodo, promoviendo un profundo cambio del marco normativo y regulatorio que brinde previsibilidad al negocio en el largo plazo e incentive la inversión.

> La necesidad de eliminar la distorsión de precios y de cambiar el marco normativo y regulatorio se aprecia observando el deterioro producido en el resultado neto de impuestos de YPF, que cayó un 53% y 30% cuando se compara 2011 con 2000 y 2011; respectivamente.

> Entonces, la nacionalización del 51% de YPF no resolvería la falta de autoabastecimiento ni en el corto, ni en el mediano plazo.

> Por el contrario, en el mejor de los casos y asumiendo que hay capitales interesados en financiar las inversiones, la nacionalización del 51% de YPF sólo podría brindar una solución en el largo plazo.

> No obstante hay que remarcar que el flujo de inversión necesario es tan importante que al menos “pone un manto de dudas” sobre su probabilidad de realización.

> Los US$ 40.000 millones (en e o 4 años) que se necesitarían invertir equivalen al 84% del stock total de reservas del BCRA, a más de 5 años de inversión extranjera directa (IED), a un año y dos meses de recaudación de IVA, a un año y medio de recaudación de Ganancias y a 33 años de utilidad de YPF después del pago de impuestos.

> La actual utilidad neta de impuestos de YPF y las elevadas necesidades de inversión nos permitiría descartar la posibilidad de suponer que la nacionalización del 51% de las acciones de YPF respondería al objetivo de apropiarse de una nueva “caja”.

> Las utilidades2 de YPF de 2011 equivalen al 2.5% de las reservas del BCRA, y son menores al 10% de lo que la autoridad monetaria gira al Tesoro en concepto de utilidades y adelantos transitorios. A su vez, representan menos del 20% de la recaudación total de IVA y Ganancias del año pasado.

> Por el lado de las erogaciones, las utilidades de YPF tan sólo alcanzarían a financiar el 8.5% de la suma de los subsidios energéticos y al transporte. Paralelamente, las utilidades de YPF representarían tan sólo el 1.2% del gasto primario del sector público nacional.

> Por consiguiente, asumiendo un escenario positivo y suponiendo que las inversiones necesarias encuentran financiamiento y son llevadas a cabo, la Argentina deberá seguir importando y pagando altos precios por energía producida en el exterior durante varios años hasta alcanzar nuevamente el autoabastecimiento.

> En este escenario, lo más razonable sería pensar que las inversiones necesarias deberían realizarse, al menos en gran parte, con financiamiento externo proveniente de los mercados internacionales y/o organismos multilaterales, que se instrumentaría vía emisión de bonos o préstamos multilaterales.

> En este caso, el costo del financiamiento externo reflejaría el elevado riesgo argentino que después de la decisión tomada por el gobierno parecería que se mantendrá en el tiempo. A priori no resultará sencillo financiar los niveles de inversión que requiere YPF debido a que el Estado Nacional no dispone ni de los stocks ni de los flujos para llevar a cabo esa tarea y porque las políticas aplicadas a lo largo de los últimos años hacen complicado que el sector privado financie inversión vía equity o vía bonos.

> ¿Está medida podría tener represalias internacionales? No, a causa del bajo peso relativo que tiene España dentro del comercio internacional argentino. Sin embargo, aumentará el aislamiento estratégico de la Argentina en el escenario internacional. Aunque el Frente para la Victoria lo minimice, el aislamiento será un tema negativo en la tasa de crecimiento de largo plazo, en el PBI per cápita, en la distribución del ingreso y en la calidad de vida.
Pero Cristina Fernández y su Frente para la Victoria piensan en términos de los comicios 2013, no del largo plazo
FUENTE:Publicado en www.urgente24.com

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