miércoles, 25 de abril de 2012

¿Quién se lo dice a Cristina? El modelo caducó

Cronista.com

Por Juan Cerruti 

Editor de Economía

El kirchnerismo se enfrenta por estas horas a un escenario inédito en 9 años de gobierno: la primera desaceleración marcada del nivel de actividad por causas exclusivamente internas, propias del modelo (en la jerga de los economistas, endógenas). Si bien Cristina ya padeció una caída abrupta de la economía en el bienio 2008-2009, en aquel momento se combinaron factores externos (crisis mundial) con internos (pelea con el campo). 
La incógnita es cómo reaccionará el Gobierno a una economía que dejó de crecer, y por largo tiempo, a “tasas chinas”. La Presidenta generó expectativas cuando 6 meses atrás habló de la “sintonía fina”. Pero la intención oficial parece haberse diluido con el tiempo. 
El modelo de fuerte impulso a la demanda (con el consumo, el gasto público y la inversión pública a la cabeza) fue exitoso para generar un crecimiento inédito entre 2003 y 2011. En este período el PBI prácticamente se duplicó. 
Pero la realidad cambio. Y es hasta es natural que así sea. Tras casi 10 años de acelerado crecimiento, hoy la Argentina está en un virtual estado de pleno empleo (6,5% de desempleo, el menor nivel en 21 años) y el uso de la capacidad instalada en la industria en los últimos 16 meses superó el 80% en 9 oportunidades, hecho que sólo había ocurrido una vez en los últimos 20 años.
En este contexto, a diferencia de los 9 años previos, ya no es posible crecer a tasas elevados incorporando masivamente trabajadores a la economía, ni usando más las maquinas existentes. Se requiere combinar ambos (trabajadores y máquinas) de una manera más eficiente. Aumentar la productividad y la innovación tecnología. La Argentina se encamina hacia tasas de crecimiento de “economías maduras”, en torno al 3,5%/5% anual, si no se cometen errores. El contexto internacional sigue siendo favorable (soja, tasas internacionales y Brasil).
A la “previsible” desaceleración de la economía, se le sumaron algunos desaciertos. Entre ellos la persistencia de una inflación por encima del 20% por 4 años que ha erosionado sensiblemente la competitividad del tipo de cambio. A lo que el Gobierno respondió atacando la consecuencia (avalancha de importaciones) y no la causa. 
Sería un error insistir con la misma receta en un nuevo escenario. Es decir, impulsar vehementemente la demanda, en un contexto en que la restricción es de oferta. Oferta de mano de obra y equipos de producción ¿Lo sabrá Cristina? Desconocerlo podría llevar al país a una situación que ya se insinúa, aunque no es irreversible: inflación con estancamiento (fenómeno conocido como estanflación). Algo de eso ya se está observando. Para pretender un “aterrizaje suave” de la economía, el avión luce demasiado inclinado hacia tierra (y a excesiva velocidad). Al tomar en cuenta 15 de los principales indicadores de la economía argentina 13 ya muestran variaciones negativas. Y la inflación saltó en marzo del 1,6% mensual al 2,7%, llevando la estimación interanual cerca del 24%.

FUENTE:Publicado por www.cronista.com

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