lunes, 28 de mayo de 2012

Disparates presidenciales II

INFORMADOR PUBLICO
El discurso presidencial del 25 de mayo en Bariloche da mucha tela para cortar. En una parte, la presidente contó que un amigo de la familia en el 2002 le dijo a su hijo Máximo* que había comprado dólares a $ 4,80 y que iba a llegar a $ 10 pesos. Esto lo afirmó para continuar con un disparate de otros tiempos, el del ministro de economía de Roberto Viola, Lorenzo Sigaut, que pasó a la historia por su célebre frase: “el que apueste al dólar va a perder”. Pero Sigault fue el fusible político del gobierno, ya que debió renunciar al poco tiempo. Es la diferencia con la situación actual, porque la presidente no puede funcionar como fusible en el caso, bastante probable, de que el dólar blue siga subiendo, desmintiendo su afirmación de que comprar la divisa es mal negocio. En otra parte de su pieza oratoria señaló que hoy usamos reservas para no financiarnos en el exterior y no pagar así tasas altísimas de interés. Una enorme falsedad, ya que las tasas internacionales de intereses están en su punto más bajo de las ultimas décadas. Tan bajas ya que están cercanas al cero por ciento de interés en los Estados Unidos. Lo que ocurre es que nuestro país, debido a su desastrosa política económica de mentir con las estadísticas, sumado al uso intensivo de las confiscaciones, sobre-regulaciones y controles, debería pagar hoy 11% de interés. Uruguay, Brasil y Chile pagan, en cambio, poco más del 3%.
El turismo, un nuevo déficit
La no utilización del financiamiento externo es una grave desventaja para el país ya que, por ejemplo, las obras para poner la línea Sarmiento en condiciones costarían alrededor de 1.000 millones de dólares. Este tipo de inversiones sólo se consiguen teniendo acceso a los mercados internacionales de crédito. Lo mismo pasa con la nueva YPF. Es casi imposible que el gobierno consiga inversiones del orden de los U$S 20.000 millones, necesarias para explotar el shale gas del yacimiento de Vaca Muerta. Tanto la Exxon como las otras pocas petroleras que cuentan con la tecnología necesaria se financian en el mercado internacional. Y la Argentina, gracias a su inseguridad jurídica, no está calificada para que las empresas petroleras internacionales accedan a tasas de interés bajas en el plano internacional. Así las cosas, con un déficit fiscal del 3,5% del PBI financiado con un emisión monetaria del 40% anual, el dólar blue puede seguir subiendo, en la medida que el gobierno disponga de más controles como los del decreto que entra en vigencia hoy, que impone un nuevo régimen para las agencias de viajes. Los turistas argentinos que quieran viajar al exterior deberán pedir complicados permisos a la AFIP para poder comprar dólares. La razón de esto es muy simple: desde la devaluación del 2002 hasta el año pasado, la Argentina tenía un superávit en turismo receptivo de más de 2.000 millones de dólares. Pero en el primer trimestre del año la tendencia cambió e ingresaron al país menos turistas, en tanto que aumentó el número de argentinos que se fueron al exterior, dejando un déficit de 500 millones de dólares. Éste, proyectado al año, da un déficit de U$S 2.000 millones. O sea que perdimos el superávit fiscal, cerramos importaciones para mantener el superávit comercial y ahora perdimos la batalla del turismo. Todo por una sola razón: el dólar está atrasado en su cotización.
 

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