martes, 19 de junio de 2012

Eliminar la burocracia

La antinomia Estado versus mercado es obsoleta. La prosperidad de una sociedad no depende de su tamaño.
La Voz 
Por Alejandra Torres.(Directora Ejecutiva de Idesa)
La antinomia Estado versus mercado es obsoleta. La experiencia demuestra que la prosperidad de una sociedad no depende de cuan grande o pequeño sea el Estado sino de su capacidad para implementar políticas públicas que promuevan un mejor funcionamiento de los mercados y una distribución más equitativas de los resultados. Dicho de otra manera, el Estado y el sector privado no deben competir sino complementarse en pos de generar riqueza.
En esto, la Argentina tiene visibles déficits. El sector público tiende a desentenderse de sus responsabilidades y, en muchos casos, agrede al ciudadano con intervenciones irracionales. Una de ellas es la burocracia espuria. Es difícil cuantificar objetivamente la irracionalidad administrativa, aunque el informe del Banco Mundial Doing Business realiza un meritorio esfuerzo por medirla y comparar entre países. Por ejemplo, en la carga administrativa para habilitar una nueva empresa, la Argentina aparece en el puesto 146° entre 183 países.
En cambio, Chile y Uruguay lograron aliviar la vida de sus ciudadanos que quieren poner una empresa haciendo reformas que los ubican en los puestos 27° y 32°, respectivamente. Que los países vecinos, con gobiernos de posicionamientos políticos totalmente contrarios, tomen un camino común, como es simplificar trámites, demuestra que la eliminación de la burocracia no es un tema ideológico sino de responsabilidad cívica.
En este sentido, la iniciativa de la Municipalidad de Córdoba de crear una ventanilla única para la habilitación de negocios es un avance. Pero las polémicas que genera demuestran lo desafiante que es mejorar la calidad del Estado. Más allá de los aspectos técnicos, emerge un testimonio concreto de las enormes inercias e intereses velados que generan la discrecionalidad en la administración de la cosa pública y la burocracia.
Hay personas dentro del sector público y ligado a él que generan ingresos a partir del agobio de trámites. Ser “campeones de la burocracia” es útil para generar empleo público improductivo, posibilitando satisfacer intereses personales o políticos. También sirve para alimentar tramitadores y gestores, que en la maraña de la burocracia se erigen como los “facilitadores” de soluciones y, con esto, justifican sus ingresos. Así se genera el campo fértil para las coimas que permiten saltar trabas o sortear la arbitrariedad del empleado público.
Son muy grandes las pérdidas que soporta toda la sociedad por no contar con un sector público simple, racional y transparente. Pero tampoco hay que caer en la ingenuidad de no tener en cuenta los intereses en juegos. Por eso, es estratégico para el desarrollo de la provincia implementar políticas públicas que den transparencia y racionalidad al accionar del sector público. Para lograrlo se necesita mucha inteligencia pero, sobre todo, un importante aval político.
FUENTE:Publicado en www.lavoz.com

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