domingo, 16 de septiembre de 2012

No entienden nada… se hacen los que no entienden… o… entienden perfectamente y no les importa

Ilustración
Estas son las tres hipótesis que debemos analizar para intentar llegar a una conclusión e imaginar luego hacia donde nos dirigimos. ¿Por qué solo estas tres? Muy simple y nada rebuscado. Porque las expresiones oficialistas que se conocieron en las primeras 24 horas, más la ausencia de expresión alguna Presidencial, muestra claramente que no hay margen alguno para considerar hoy por hoy, ninguna otra hipótesis. Algunas de las expresiones
•    “a alguna gente se le puede hablar para que comprendan su error con otros directamente no”… 
•    “Ni siquiera pisaban el pasto para no mancharse”
•    "Les preocupa más lo que pasa en Miami que en San Juan"
•    “se quejan de falta de libertad y los dejamos que digan lo que quieran sin reprimirlos” 
•    "Que armen un partido y ganen elecciones"… “A nosotros nos importa el 54%”… 
•     "es muy bueno que los ricos de Santa Fe y Callao marchen"… “grupo de gente bien vestida de clase media alta”… 
•    "por suerte se sacaron la careta y quedó claro que es una convocatoria a un acto opositor"… 
•    "no ven mas allá de su egoísmo personal"… 
•    "Marchar es un derecho, ser garca no"… 
•    "Fue una protesta con fuerte carga de violencia simbólica”
Estas fueron algunas pocas de muchas expresiones recogidas textualmente de varios funcionarios y / o personas fuertemente integradas o relacionadas con el Gobierno Nacional.  Acompáñenme en un breve ejercicio y saque luego sus propias conclusiones:
1.    No entienden nada
De ser así, implicaría una abstracción absolutamente desconectada de la multiplicidad de realidades que tiene cualquier sociedad compleja, en la que la libertad es un elemento esencial; ya que en las sociedades con complejidades y diversidades, la libertad, dentro de los marcos normativos, no es una concesión de la religión laica de la ideología única, sino un imperativo de todos los sectores.
Así; aquellos sectores dominantes, obviamente los que poseen el poder real, no pueden ver, producto de sus propios microclimas, beneficios, concesiones y obediencias debidas, más allá del culto a la verdad única, que es lo mismo que decir…; la verdad de su jefatura. Le llaman verticalismo y termina siendo principio de obediencia debida.
Aún así, aquellos que se permiten algún desliz de opinión hacia el interior del grupo de pertenencia, lo negarán enfáticamente hacia el afuera, porque eso está prohibido. Quizás no reflexionen sobre esto…, pero lo cierto es que de ellos se espera un conducta militar –que desprecian pero practican- , sectaria y casi mesiánica integrista. ¿El resultado? No entienden nada. ¿Por qué? Porque nada hay que entender fuera de la verdad mesiánica de la líder.  
2.    Se hacen los que no entienden
De ser así, la situación sería aún más complicada que la anterior. ¿Por qué? Porque implica una muy obvia moral y concepción política de doble estándar. En este caso, la negación toma forma de realidad rechazada. Al presumir que todas las realizaciones positivas que tuvo el Gobierno son rechazadas por los manifestantes, se equivocan profundamente. De hecho, si se tomara solo la capital federal como referencia, se deberían dar cuenta que en las últimas elecciones Cristina Fernández había triunfado en 11 de las 15 comunas / barrios y quedado 2da en las restantes 4.  
Como la realidad, o cuando menos una parte significativa de ella no se ajusta a los prejuicios propios, vividos estos como una verdad dogmática, hacen entonces de cuenta que no la entienden. Que todo es un reflejo de incomprensión por sus esfuerzos. Toman las muestras seleccionadas de algunos resentidos, que ciertamente los hay, y las universalizan, porque así les es más fácil adoptar el papel de hacer de cuenta que no entienden.
3.    Entienden perfectamente y no les importa
De ser así, estaríamos en el peor de los escenarios, porque debemos presumir entonces que una parte significativa de la República Argentina esta ya fuera de todo intento de comprensión de quien está llamada a cobijar a todos los argentinos. En este escenario, también debemos presumir que el odio, aunque lo disfracen de incomprensión propia, les ganó el alma y el cerebro. Que piensan que una eventual ausencia del poder les traerá una suerte de venganza colectiva y que, en consecuencia, deben adelantar la propia.
Así las cosas, transitan entonces la creencia del Leviatán de Thomas Hobbes  en aquello del “el hombre es un lobo para el hombre”. Si esa es entonces su profunda convicción, se caminarán tierras complicadas. Tierras donde los amantes del Leviatán se encuentran en todos los extremos pero no en la gran mayoría de los ciudadanos argentinos que no quieren quedar entrampados y ser las victimas de una concepción que no los define.
La marcha del 13 careció de violencia porque carecía de odio y si estaba dominada por sentimientos de dolor, incomprensión y búsqueda de sentirse integrados, no excluidos. Porque la exclusión no es solo un fenómeno social económico. ¿Qué había gente con odio? Si, claro que había. Pero eran claramente los menos, muchísimos menos. Porque si ese hubiese sido el espíritu de los presentes, la paz social habría sufrido un golpe tremendo, del que solo habrían salido favorecidos los mismos oficialistas (no todos por cierto) que sienten y piensan que la violencia sobre ellos ejercida les dará el marco apropiado para justificarse en la respuesta o en la victimización.
Estos son los escenarios que hoy se transitan. Ninguno es bueno y alguno es peor que otro. Está en la Presidente y en la soledad de su conciencia profunda, el hacer ciertas las afirmaciones de que gobierna para todos los argentinos y que la paz social es tan o más importante que los destinos personales. Hacia el final de sus días, Perón en su abrazo con su principal opositor, el Dr. Ricardo Balbín, mostró un camino de concordia que el mismo en otros años había dinamitado. Balbín supo reconocer el gesto y despedirlo luego con verdadero sentimiento cuando dijo para la historia aquella frase… “este viejo adversario despide un amigo”.
En los meses que vienen veremos si tenemos una Presidente de todos los argentinos o el tránsito de un camino en el que se derrocharán lagrimas.    
Lic. Rodolfo Florido-PdeqDigital

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