domingo, 18 de noviembre de 2012

CRISIS EN LA SEGURIDAD
Nilda Garré, en su hora más complicada
La ministra vive su peor momento desde que llegó a la cartera de Seguridad. Se peleó con el Pro, mientras su hermano debía abandonar el Ministerio. Además, la interna con Berni y con los mandos de la Policía Federal no tiene solución, a lo que hay sumar la crisis con los prefectos y gendarmes. Esta cadena de problemas provocaron el malestar de Cristina y debilitaron su posición al frente de la cartera de Seguridad.
Por Antonio Lizzano
El transcurrir de los días no hace más que sumarle nuevos problemas políticos a la gestión de la ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré. Y la mejor demostración de esa afirmación es retroceder en el tiempo y recordar los sucesos de los últimos dos meses, en los cuales la funcionaria se vio involucrada.
El jueves 6 de septiembre, la ministra presentó una denuncia penal contra 20 exintegrantes de la Policía Federal Argentina (PFA), que involucraba, entre otros, a un comisario inspector, cuatro comisarios y cinco subcomisarios de las comisarías 7ª, 28ª y 44ª por los delitos de cohecho y enriquecimiento ilícito.
El martes 2 de octubre se inició la masiva protesta salarial de prefectos y gendarmes por el decreto firmado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y Garré, el 4 de septiembre, de rebaja de sus sueldos. La movilización de los uniformados provocó la renuncia de los jefes de Gendarmería y Prefectura, Héctor Bernabé Schenone y Oscar Adolfo Arce, respectivamente, y sus reemplazos por Enrique Zach al frente de Gendarmería y Luis Alberto Heiler al mando de Prefectura. El miércoles 10 de octubre el jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de Seguridad y hermano de Nilda, Raúl Garré, debió renunciar a su cargo por ser el responsable de redactar el Decreto 1.307/12, que estableció las reducciones salariales de prefectos y gendarmes.
El viernes 2 de noviembre, el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo, acusó a la ministra de “mentirosa” por responsabilizar al Gobierno porteño de Mauricio Macri de no custodiar las zonas humildes y el sur de la Capital Federal. “La gestión de Macri no puso ni cámaras ni Policía Metropolitana en las zonas de conflictividad, en las zonas más humildes y donde hay villas”, disparó Garré. Esta afirmación provocó la ira de Ritondo, que la trató de “mentirosa” y agregó que el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, “sabe dónde están las cámaras de Seguridad porque conoce y recorre la Ciudad”. El legislador macrista apuntó contra la funcionaria kirchnerista al asegurar: “Hoy la Metropolitana patrulla La Boca, Parque Patricios, Nueva Pompeya y Barracas, entre otros barrios del sur de la Ciudad. Ocurre que Garré, como no recorre ni conoce la Ciudad, debe estar confundida”.
Ritondo, por último, atacó la gestión de Raúl Garré en el Ministerio al resaltar que la Metropolitana fue “la única fuerza de seguridad que colaboró con el patrullaje en la Ciudad, mientras la Gendarmería y la Prefectura estuvieron en conflicto con el Gobierno nacional, luego de que quisieran bajarles el salario por culpa de su hermano, al que la presidente Cristina Kirchner renunció; la ministra debe entender de una vez por todas que su discurso es mentiroso”.
A la enumeración de estos hechos hay que sumarles la constante interna que Garré mantiene con su segundo, Sergio Berni, militar, exsenador bonaerense del Frente para la Victoria y protegido de la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, por el control del Ministerio y por las políticas que este implemente. Esta disputa comenzó el viernes 9 de marzo de 2012, cuando Berni fue nombrado secretario de Seguridad.
Como si todos estos inconvenientes no fueran suficientes, Garré debe observar cómo avanza la causa judicial sobre el denominado Proyecto X, en donde se señala que por orden de la ministra efectivos de la Gendarmería realizaron tareas de espionajes sobre distintas agrupaciones sociales opositoras al gobierno K. En este caso, uno de los funcionarios más comprometidos es el secretario de Planeamiento del Ministerio de Seguridad, Gustavo Sibila, un hombre de estrecha confianza de Garré, que llegó a su cargo luego de secundar a la ministra cuando esta era la titular de la cartera de Defensa. “Sibila es Garré. Todo lo que él hace cuenta con el total aval de la ministra”, detalló una fuente judicial consultada por este medio.
“Luego del conflicto de los prefectos y gendarmes, Cristina se molestó mucho con Garré. La relación ya venía deteriorada por las continuas peleas de la funcionaria y su segundo, y la movilización de los uniformados de ambas fuerzas dejó muy mal parada a Garré frente a la Presidenta. Su círculo más cercano analizó la posibilidad de reemplazar a la exministra de Defensa pero se encontró ante el dilema de la falta de candidatos presentables y con experiencia para reemplazarla.
Esto demuestra lo crítica que es la situación política de Garré al frente del Ministerio de Seguridad”, le manifestó a NU un funcionario de alto rango de dicho Ministerio.
Un claro ejemplo del enojo de Cristina fue la salida de Raúl Garré. “El hermano de Nilda no renunció, lo echó la Presidenta, y eso fue a causa de varios motivos, entre los que resalta cierto manejo autoritario del personal a su cargo y medidas desacertadas que tomó al frente de la Jefatura de Gabinete de Asesores”, le explicó a este medio la fuente consultada con anterioridad. Raúl Garré tenía enemigos de peso dentro del Gobierno nacional. Tanto el jefe de Gabinete de Ministros, Juan Manuel Abal Medina, como el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, lo acusaban de ser el culpable de la crisis desatada por la protesta de prefectos y gendarmes.
La despedida de Raúl Garré no fue el único golpe que recibió la ministra de Seguridad. La llegada de Berni a la Secretaría de Seguridad provocó en el área una nueva estructuración organizativa y operativa en la que tiene bajo su órbita el combate contra el narcotráfico y los secuestros extorsivos, lo que, como es evidente, recortó el poder de Nilda Garré.
A través del decreto 1.742/2012 del Boletín Oficial, se aprobó un nuevo organigrama por el cual se aumenta la capacidad de respuesta del Ministerio de Seguridad y se establecen nuevas aperturas estructurales en el ámbito de la Secretaría de Seguridad. El área de Berni tiene bajo su cargo la Subsecretaría de Investigación del Delito Organizado y Complejo, desde donde se desprende la Dirección Nacional de Investigaciones, que tendrá las direcciones de Fiscalización de Desarmaderos y Autopartes, Investigaciones de Delitos Complejos, Investigaciones de la Criminalidad Organizada y Lucha contra el Narcotráfico. Además de la Subsecretaría de Participación Ciudadana, donde se encuentra la Dirección Nacional de Prevención del Delito y la Violencia. También estarán la Subsecretaría de Logística y la Subsecretaría de Políticas de Seguridad e Intervención Territorial.
A estos problemas se suma la interna que encabezan un grupo de jerarcas de la Federal que están en contra de los nombramientos que realiza Garré y avala el jefe de la fuerza, el comisario general Enrique Capdevila, porque, según ellos, bajo el pretexto de depurar la policía se pasan a retiro a hombres enfrentados con Capdevila para colocar en su lugar a leales. Tantos frentes internos abiertos hacen que el futuro político de Garré se torne cada vez más complicado. Y la caída en la consideración de Cristina Fernández no hace más que avalar los peores presagios.
  Fuente: Noticias Urbanas

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