martes, 6 de agosto de 2013

La naturaleza humana y el interés propio

El ser humano por naturaleza busca su propio interés antes que el interés ajeno. Procuramos proveer el alimento para nosotros y para nuestros hijos antes que proveer el alimento para nuestros vecinos. Procuramos satisfacer nuestras necesidades y placeres antes que satisfacer las necesidades y placeres de los demás.
La búsqueda del propio interés no es mala en sí misma, de hecho es la búsqueda del propio interés la que hace que la mayoría de la gente se levante temprano a trabajar en vez de quedarse durmiendo; nos lleva a trabajar y ahorrar, para poder gozar de una mejor vida para nosotros y nuestros hijos; a que nos vacunemos contra ciertas enfermedades y vayamos al médico cuando nos duele algo; a que el productor agrícola quiera acrecentar sus cultivos y nos provea de los alimentos necesarios; es la búsqueda del propio interés por parte de los comerciantes la que hace que no falten verduras y carnes en los mercados; la que hace que la tecnología avance y sea cada vez más accesible incluso a los más pobres.
La búsqueda del propio interés es parte de nuestro instinto de preservación. Esto no significa que somos personas ensimismadas y desconectadas de los demás. La mayoría tenemos un deseo sincero de que a nuestro prójimo le vaya bien y la mayoría estamos dispuestos a ayudar a nuestros prójimos cuando podemos; el propio interés no es excluyente de la solidaridad: sufrimos cuando vemos niños mendigando, pero no estamos dispuestos a cuidar de ellos de la manera en que cuidamos de nuestros propios hijos; nos angustiamos cuando escuchamos que un terremoto mató a miles de personas en Japón, pero la angustia es menor a la que sentimos cuando sucede una tragedia en nuestro propio país y es mucho menor aun a la que sentimos cuando fallece un familiar cercano.
Por ello pedirles a los políticos y empresarios que dejen de lado sus intereses particulares y antepongan el interés común es pedirles algo que va contra la naturaleza humana… es deshumanizarlos. Quienes piden que los empresarios o políticos velen por el bien común antes que por su propio interés cometen un acto de hipocresía intelectual y moral. Piden algo que ni ellos mismos practican. Y por supuesto, los políticos que dicen buscar el bien común por sobre sus propios intereses comenten una mentira del tamaño de Júpiter. Lo máximo que le podemos pedir a otro ser humano es que la búsqueda de su propio interés la haga de forma honesta, trabajando, sin robar ni mentir.
http://javierpaz01.blogspot.com
FUENTE: Publicado en El Independiente http://independent.typepad.com

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