lunes, 30 de septiembre de 2013

EL DRAMA DE LOS NIÑITOS VIOLENTOS

Por Gabriel Zanotti(*)
No, nos referimos a los actos vandálicos contra la Iglesia San Ignacio. Tampoco nos referimos a las víctimas del subdesarrollo socialista que salen drogados a delinquir. Tampoco nos referimos a los desequilibrados mentales que abren fuego contra multitudes. Y etc.
Nos referimos a la ideología violenta que tiene que estar en la ideología de adolescentes y padres (y abuelos y etc.) para “tomar” un colegio. Tomar un colegio es un intrínseco acto de violencia. Para hacerlo hay que recurrir a la fuerza. Es un obvio delito, pero justificado por una ideología que les dice que sus justas reivindicaciones legitiman la acción. El fin justifica los medios. No nos pongamos ahora a debatir las razones que esgrimen los actores en cuestión. Ninguna de ellas justifica la violencia, y menos amparadas en la lógica totalitaria de la “asamblea” cuya resolución justifica cualquier cosa.
Cuando un grupo de personas cree que sus razones les dan derechos para “tomar” una propiedad por medio de la violencia, ello es efecto y retro-alimentación cultural de un horizonte violento que ya está perdido como proyecto de convivencia. Por supuesto que en este caso vemos una vez más a ideologías totalitarias marxistas que justifican la revolución contra los explotadores, pero similares lógicas violentas alimentaron el golpe del 30, a Juan Domingo Perón, a los antiperonistas fanáticos, al golpe del 66, a la noche de los bastones largos, a los montoneros y al ERP, al secuestro, tortura y asesinato como método anti-terrorista (aquí en todos lados) del 76, y así. Ya veo por supuesto a quien me va a decir que por “oscuras intenciones” omití algún hecho terrible como si la imposibilidad de nombrarlos todos fuera estar de acuerdo. El asunto es el mismo: la violencia como método.
Por ello no es lo mismo que la pobre víctima del subdesarrollo que sale drogado a delinquir, por ello no es lo mismo que el loco que dispara. No, estos niñitos, con la panza llena, y sus padres, fríamente pensaron y piensan que pueden entrar a un colegio y “tomarlo”, simplemente como método para imponer sus ideas. No importa el contenido de estas últimas, triste destino tiene lo que nace con la IDEA fundamental de que el fin justifica la violencia. Lo piensan estas tiernas creaturas y sus padres, esto es, todo un horizonte de pre-comprensión cultural que han absorbido como veneno desde su más “tierna” infancia.
El vandalismo resultante, ese vandalismo lleno de odio y estupidez, fue un coherente resultado. Eso es lo que se consideró violento, pero la violencia estaba antes, como el juego del policía bueno y el malo en el interrogatorio, como el nazi y el comunista que intentan poner límites a la violencia desbocada de la revolución, como el que cruzó el límite de la legítima defensa pero luego quiere que no haya “excesos”, como el imbécil –perdonen todos- que sale alcoholizado de un boliche y dice “pará b……!”, intentando poner límites a lo que ya está fuera de quicio por la droga, la jarra loca, el ruido desenfrenado y la consiguiente destrucción de sus sistema nervioso central. Porque la droga de la ideología es la más peligrosa. Estos chicos ya se drogaron casi para siempre. Ya son casi humanamente irredimibles, ellos y sus padres. Entre ellos y los terroristas suicidas hay sólo una diferencia de grado. Y cualquiera de ellos, por un acto de la ruleta rusa de nuestra política local, puede llegar a ser presidente, en 40 años, de esta jungla que llamamos país. Eso es lo que nos espera.
Cualquiera creerá que estoy muy pesimista. No, gente, me paso el día educando, me paso el día haciendo actos cotidianos de esperanza en toda persona que se me cruza por delante. Sólo advierto lo que parece invisible a esta sociedad distraída: el problema no comenzó el día que atacaron a la Iglesia San Ignacio.

El problema comenzó el día que comenzaron a habitar, vía sus padres, esa Argentina que legitima la violencia.
PUBLICADO CON LA AUTORIZACION DE SU AUTOR

El Espejo - M. Fernández: la sociedad va a tener que desintoxicarse de la basura política actual

Miguel Ángel Fernández, abogado y empresario es entrevistado por Juan Carlos González, analizan el discurso de la presidente en la empresa SANCOR. Se refieren a la deuda externa, la pobreza, la deuda externa, los hospitales, etc. Recuerdan como se vivía hace 30 años atrás y como se vive hoy. Fuente: YouTube- CTLV1º Canal Toda La Verdad Primero ENVIADO POR SU DIRECTOR Lic. JUAN MANUEL SOAJE PINTO

LOS ACEITEROS EN SERIOS PROBLEMAS.

Lic. Jorge Ingaramo.

Las fluctuaciones en las producciones locales de soja y girasol, la suspensión de la Admisión Temporaria del “cosechón” paraguayo de soja, los grandes problemas que enfrenta el negocio del biodiesel, sumados a escaso margen de molienda, por elevados costos en dólares y la lenta devolución del IVA de exportaciones, empiezan a generar problemas laborales por suspensión o desactivación de plantas. Nos hace acordar a lo que pasó con los frigoríficos.

El pasado 2 de septiembre, “festejamos” el día de la industria con una nota que presentaba a la política pública, con respecto al biodiesel, como una buena candidata para el manual de “Cómo arruinar un negocio”.
La industria del biodiesel está encabezada por el sector aceitero, el que más invirtió en los últimos quince años en La Argentina, para acompañar el desarrollo de la revolución agrícola desencadenada, aproximadamente en 1996, con la autorización de los transgénicos y la masificación de la siembra directa.
El sector aceitero se preparó para competir, no sólo con Brasil, sino también con las nuevas industrias de los países del Mar Negro, teniendo en la mira que La Argentina podría producir MT 60 de soja; importar MT 7 a 8 desde Paraguay, por el Régimen de Admisión Temporaria y moler MT 5 de girasol. La masiva incorporación de plantas de biodiesel, en el cluster sojero (en torno a los puertos up-river del Paraná, con base en Rosario), no fue más que la extensión de un modelo inversor hacia otro target de mercado, fundado en regulaciones ambientales que, como en el caso de la Unión Europea, inducen al empleo de energías renovables y menos contaminantes.
La ruptura del negocio del biodiesel, la imposibilidad de traer soja de Paraguay, las fluctuaciones en la producción de girasol (un cultivo desalentado por injustas Retenciones del 32%) y dos campañas sojeras locales difíciles (cosechas 2009 y 2012), por razones climáticas, fueron complicando las cosas.
A ello, se suman regulaciones de comercio interior, para mantener baratos los precios de los aceites en góndola y el shock productivo que se está produciendo, en los países del Mar Negro, nuevos “graneros del mundo”, y que afecta seriamente la capacidad negociadora de La Argentina ya que, como dijo el Papa, estamos “en el fin del mundo”. Rusia y Ucrania, principalmente, son hoy grandes productores de girasol y canola y están a un paso del mercado de más alto poder adquisitivo, la Unión Europea. Menos mal que, por ahora, no tienen capacidad para producir soja, porque si no, el panorama pasaría a un gris oscuro, difícil de soportar.

Se paralizan las plantas.
El pasado viernes 13, nos enteramos de que las terminales portuarias del Gran Rosario carecen de materia prima, y no porque los productores no vendan, ya que la comercialización está un poco demorada, por el atraso cambiario, pero puede considerarse relativamente normal. La empresa Cargill decidió detener su planta en San Lorenzo, una de las más grandes del complejo oleaginoso.
“Sesenta trabajadores fueron suspendidos por dos meses… esto no es nuevo para nuestro sector, pero en años anteriores se paraba la producción y no había suspensiones, ya que los trabajadores realizan tareas de mantenimiento. Pero entendemos lo que los empresarios señalan y es que la cosecha no alcanza para que procesen los grandes monstruos del sector”, sostuvo Hugo López, Secretario Adjunto del Sindicato de los Aceiteros.
En junio, la planta de Vicentín, ubicada en San Lorenzo, límite con Ricardone, tomó una postura similar, ante la escasez de grano y adelantó la parada técnica que realiza todos los años en octubre.
Un informe de la Federación de Industriales de Santa Fe, dice: “en las plantas localizadas en Santa Fe, la molienda de soja alcanzó en el primer semestre del año MT 13,4, observando una caída interanual de 11,8%, principalmente generada en los primeros tres meses del año”. Obsérvese que la campaña sojera de 2011-12 fue bastante mala y esta interrupción parecía razonable, ya que a enero de 2013 quedaba poco producto en el Disponible.
El pasado 26 nos enteramos de que otra planta de la misma firma, localizada en Ricardone, se encuentra en una “parada técnica” que finalizaría en diciembre próximo, mientras que la mencionada unidad de Cargill entraría en producción recién con el ingreso de la cosecha de soja 2013-14 que, como se sabe, impacta desde el mes de abril.
La capacidad ociosa promedio de la industria aceitera ronda el 30% y se viene incrementando a partir de la competencia de la “aspiradora china”, combinada con la imposibilidad de importar poroto de soja desde Paraguay. En los primeros ocho meses, las ventas a China representaron el 76,4% del total de soja grano vendido por La Argentina, unas MT 5,7. Pero dicho país podría demandar, como lo hizo en 2011, MT 8,32, aunque sería factible pagar más flete y llevársela desde Paraguay que, en el ciclo pasado, obtuvo una cosecha de MT 9,37 que tiene la virtud, si hubiera Admisión Temporaria, de entrar al mercado argentino, justo cuando nuestra industria tiene poca materia prima (enero-febrero).

Síntesis.
A la ruina del negocio del biodiesel, para beneficiar a YPF (sin arreglar la expropiación con Repsol) se ha sumado la imposibilidad de importar temporariamente soja de Paraguay, que entra en enero; la volatilidad de las producciones locales de soja y girasol (ambas con Retenciones superiores al 32%) y una combinación extra de regulaciones de comercio interior, atraso cambiario, lento y dificultoso recupero del IVA de exportaciones y costos que, medidos en dólares, exceden holgadamente el margen arancelario que protege la molienda local. Como se ve, nada para festejar, aunque resulte ocioso decirlo.
ENVIADO POR ARTURO NAVARRO www.arturonavarro.com 

EL PRESUPUESTO 2014 PROYECTA UN FUERTE AJUSTE

El “ajuste” proyectado en el Presupuesto Nacional 2014 Como viene ocurriendo desde hace varios años, el proyecto de Presupuesto Nacional presentado al Congreso adolece de severas inconsistencias. Aún así, contiene información valiosa. Un dato muy sugerente es que se está programando aumentos de jubilaciones, salarios públicos y subsidios a empresas públicas y privadas deficitarias por debajo de la inflación verdadera. Se trata de una evidencia bastante contundente de que, más allá de los discursos, el temido “ajuste” no es una opción de política sino un camino inevitable originado en decisiones equivocadas y el despilfarro cometidos en la última década.    
Mientras que en las sociedades que progresan el presupuesto público es una institución de trascendental importancia para movilizar análisis técnico y diálogo político, en la Argentina es un instrumento degradado cuya trascendencia apenas alcanza para generar algunos previsibles y conocidos cuestionamientos. La consecuencia es que se pierde la oportunidad de discutir con transparencia y espíritu democrático la programación de las actividades del Estado. Constituye un testimonio más del severo proceso de deterioro institucional.
Sin minimizar la gravedad de esta condenable práctica, se puede recuperar información valiosa del proyecto de Presupuesto 2014. Desde el punto de vista de avizorar el futuro próximo es muy interesante observar que el Poder Ejecutivo propone realizar una fuerte reducción del déficit fiscal. Mientras que se estima terminar el año 2013 en la Administración Pública Nacional con un déficit del orden de los $45 mil millones, para el año 2014 se proyecta un superávit fiscal de $870 millones
Aunque es obvia la necesidad de recomponer el estado de las finanzas públicas, resulta llamativo que el oficialismo la reconozca. Más interesante aún es la forma en que las autoridades piensan que se podría revertir el desequilibrio fiscal. En este sentido, el proyecto enviado al Congreso Nacional propone para el año 2014 que:
•    Las jubilaciones crezcan un 22%.
•    Los salarios públicos aumenten un 17%.
•    Los subsidios económicos a empresas públicas y privadas deficitarias se incrementen sólo en un 3%.
Estos datos del Presupuesto 2014 explicitan la magnitud del “ajuste” fiscal que se necesita, según la visión oficial, para recomponer y dar viabilidad a las finanzas públicas. Mientras que el crecimiento de los precios, según las mediciones privadas de inflación que publica el Congreso Nacional, ronda el 25% anual, el presupuesto propone aumentos para jubilaciones y salarios públicos significativamente más bajos y prácticamente congelar a valores nominales los subsidios económicos.
Para detener el crecimiento nominal de los subsidios se necesita un cambio brusco de política respecto a las empresas estatizadas y privadas deficitarias. Según información publicada por la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), en base a datos oficiales, los subsidios económicos hasta julio del 2013 vienen creciendo a una tasa del 46% anual. Con esta dinámica, la única manera de concretar en la realidad el cambio que se propone en el Presupuesto 2014 es con un “tarifazo” de magnitudes importantes. De otra forma, es impensable que se pueda seguir brindando los servicios actualmente subsidiados, con un recorte tan abrupto de la asistencia del Estado nacional.
Aunque los cambios subyacentes en el Presupuesto 2014 son muy profundos y políticamente muy difíciles de instrumentar, resultan modestos frente a la magnitud de los desequilibrios acumulados. Prueba de ello es que se está proyectando la necesidad de transferir en el año 2014 al Tesoro nacional $57 mil millones desde el Banco Central y $28 mil millones desde la ANSES. En otras palabras, si se quisiera dejar de financiar al Tesoro nacional con emisión monetaria y fondos de los jubilados, se necesitaría una “ajuste” adicional del orden de los $85 mil millones.
El crecimiento desaforado de los subsidios, el otorgamiento indiscriminado de jubilaciones con las moratorias y el masivo nombramiento de empleados públicos ha llevado a una situación en la que el “ajuste” es inevitable. Si se opta por profundizar el vaciamiento de la ANSES y acelerar la emisión monetaria será la inflación la que forzará el “ajuste” a través de la reducción en términos reales de salarios, jubilaciones y subsidios. Una alternativa menos costosa, aunque más compleja, es la que insinúa el gobierno en el Presupuesto 2014, pero para llevarla a la práctica se necesita valentía, convicción política y profesionalismo; atributos que ni en el oficialismo ni en gran parte de la oposición abundan.
 
 FUENTE: Publicado en IDESA http://www.idesa.org

domingo, 29 de septiembre de 2013

Sin pan y sin tortas (¿o con?)

imagePor Enrique G. Avogadro
“Cuando estén secas las pilas de todos los timbres que vos apretás, buscando un pecho fraterno para morir apretado” Enrique Santos Discépolo
La ridícula participación de nuestra egregia Presidente en la Asamblea General de las Naciones Unidas fue, tal vez, la mayor muestra del profundo estropicio que el kirchnerismo ha cometido en materia de relaciones internacionales, no todas ellas atribuibles a la estupidez y a la ignorancia de nuestro lamentable Canciller, el Twitterman. Ir a Nueva York a rogar que el Parlamento de Irán apruebe el memorándum que tuvo un trámite express, hace ya un año, en su homólogo argentino por orden de doña Cristina, torna aún más inexplicable todo el asunto, que tuvo un enorme costo político interno para el Gobierno.
Las razones que los mentideros locales dieron, en su momento, a esa enorme torpeza tampoco permitieron, a la fecha, justificarla: ni la balanza comercial con Irán ha mejorado y, mucho menos, llegaron combustibles para paliar la profunda crisis energética en que la voracidad y la rapiña del matrimonio imperial ha provocado y que, seguramente, tendrá consecuencias gravísimas en el futuro inmediato. Peor aún: el alineamiento de los países del arco chavista con el régimen de Ahmadinejad terminó abruptamente cuando éste perdió el poder y la realpolitik obligó a su sucesor a abrir promisorias negociaciones con Occidente. O sea, Argentina no obtuvo beneficio alguno con la firma del memorándum en cuestión y, por el contrario, quedó del lado de quienes perdieron.
La soledad de nuestro país se manifestó, una vez más, en el silencio de Brasil y otros países amigos que, más allá de la habitual retórica diplomática, siguen discutiendo fuertemente las maniáticas posiciones de Patotín Moreno, pero quedó cruelmente expuesta por la casi total ausencia de delegaciones extranjeras durante el prolongado discurso -¡duró 45 minutos, cuando lo permitido es 15!- con el cual la Presidente apabulló al mundo entero. Inclusive España, que tiene similares problemas a Malvinas en Gibraltar, rechazó asociarse a nuestro país en su reclamo.
En otro orden de cosas, muchísimo más gravitante por cierto, debo referirme a un tema al que hice a lo largo de varias notas recientes: el inminente robo de más de cuatro mil millones de dólares de las ya exhaustas reservas del Banco Central. Obviamente, estoy hablando de la obligación de pagar, el año próximo, esa enorme suma a los tenedores de los bonos atados al crecimiento del PBI argentino.
Como recordará, expliqué claramente que, al falsear el Indec las cifras de ese crecimiento, nacería esta obligación que, incluida en la Ley de Presupuesto 2014, ya ha recibido media sanción en la ex H° Cámara de Diputados y que, seguramente, será sancionada por el ex H° Senado en quince días, conjuntamente con la extensión de la absolutamente justificable emergencia económica. Me permitiré, entonces, volver a formularle una pregunta: si todos los economistas y analistas del mundo, incluidas las universidades de Harvard y Buenos Aires, están convencidos que la Argentina no creció este año, ¿quién puede haber comprado anónimamente esos bonos, salvo quien hubiera podido manipular las cifras? Al cobro los presentarán bancos, que actuarán en nombre de ocultos clientes, pero tenga la más absoluta certeza de que, tras esos velos, se ocultan caras en exceso conocidas. ¿Serán éstas las tortas finales de la década rapiñada?
Habría que pensar, e investigar, qué –o cuánto- pueden haber recibido los diputados teóricamente de oposición que contribuyeron, con su esencial voto, a que el Gobierno obtuviera tal regalo para sus bolsillos, por lo demás ya tan llenos y, sobre todo, analizar muy bien quiénes integran cada una de las listas-sábana que nos serán propuestas en menos de un mes, cuáles son sus antecedentes personales, cuán honestos son. No vaya a ser cosa que elijamos, los argentinos, otra vez mal y sigamos convalidando nuestro derrumbe como sociedad y como país.
La educación o, mejor, la increíble decadencia que ha sufrido, pese al incremento de la asignación de recursos, sólo superada durante la presidencia de Arturo Illia, ha vuelto a aparecer en los titulares de la semana por los mismos motivos, la toma de colegios por estudiantes que pretenden decidir acerca de cómo debe educárselos. La frutilla de ese trágico postre fue, por supuesto, la invasión de cinco alumnos del otrora glorioso Nacional Buenos Aires a la iglesia de San Ignacio, que intentaron destruir e incendiar después de profanarla; increíblemente, el acto fue justificado por el Ministro del área, el compañero Sileoni.
La violencia habitual, incrementada al punto de poner en riesgo la vida del candidato a diputado que encarna el fin de ciclo presidencial y matrimonial, volvió por sus fueros hace ya una semana; la forma en que reaccionaron los naturales responsables de la seguridad pública –tan preocupados por el desierto que comenzarán a atravesar cuando concluya- dejó muy pocas dudas acerca de qué filiación tenían los agresores.
Finalmente, un pequeño párrafo para referirme a la encendida defensa que hizo doña Cristina de DirecTV y la posibilidad que el sistema de televisión satelital brinda a sus usuarios de acceder a todos los canales del mundo; si los más pobres y miserables de los argentinos tuvieran acceso a ellos y, entonces, verificaran cómo viven los españoles, los griegos y los portugueses que se encuentran en su misma condición (caídos del sistema), rápidamente comenzarían a construir balsas para emigrar a esa Europa en crisis con que la Presidente dice comparar a nuestro exitoso país, después de quemar la Casa Rosada, Olivos y los hoteles de Calafate.
En resumen, el Gobierno sigue bailando en la cubierta del Titanic, a pesar de saber el tamaño –del cual ha sido gran responsable- del iceberg puesto a flotar por una ciudadanía harta de prepotencia, de mentira, de inseguridad y de tantos otros males que nos aquejan, agravados después de toda una década ganada por tan pocos, contra el cual chocará el buque kirchnerista.
Bs.As., 29 Sep 13 
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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ENVIADO POR SU AUTOR

sábado, 28 de septiembre de 2013

EL ESTADO... ¿ PROTEGE?

Por María Celsa Rodríguez
María Celsa RodríguezEl Estado es un mal necesario, aunque muchos caen en la trampa de pensar que tiene el poder suficiente  para amparar y proteger a los indigentes, a los pobres y a los desamparados ciudadanos... Pero si es así, no habría familias enteras viviendo en las calles, durmiendo bajo un puente, ni niños con hambre, que andan descalzos, ni desnutridos, no habría hospitales colapsados, ni transportes públicos en pésimo estado, ni tantas víctimas de la inseguridad urbana, y más etcéteras de una interminable lista. Entonces la pregunta es ¿el Estado, protege o perjudica a aquellos que debería amparar? Cuando escuchamos a alguien del gobierno, la realidad es otra, por lo que es necesario  reconstruir sus argumentos  frente  a los hechos que nos provocan indignación, aunque ellos  se muestran molestos a cualquier critica sobre cuestiones sociales, donde se pongan en "libro de quejas" su  indiferencia  a las necesidades de la gente. Ya lo dijo Simone Weil: " Desear la verdad es desear un contacto con la realidad" Y es eso lo que le pedimos a los políticos.

La hoja de ruta de las ineficiencias y la dejadez en muchos aspectos ya parece naturalizada por su funcionalidad. Su cintura autoritaria va por encima  de los reclamos del pueblo.
Nos damos cuenta que estamos siendo protagonistas  de una crisis moral  donde la corrupción queda desnuda ante nuestros ojos, mientras quienes la ejercen se enseñorean de su poder  rodeándose de los parásitos que los engolosan.
El sentido común que ya escasea, se ha mantenido al margen en las cuestiones de estado y la ética no encuentra adhesión con la palabra política ¿porque será? ¿Es acaso la consecuencia de una enfermedad social que ha traspasado lo institucional?

El autismo por parte de quienes tienen la facultad de solucionar los problemas de la gente, y la falta de responsabilidad de los funcionarios, la ausencia de la rendición de cuentas, del mal uso de los bienes del Estado, la malversación de los fondos públicos, el acomodo a los familiares y amigos en la función publica, la manipulación de la información y la falsedad de los datos,  significa que nos han perdido el respeto.
El mostrarse impetuosos e indiscretos frente a sus propias fallas multiplicando explicaciones desgastantes nos hacen sentir débiles protagonistas de sus trampas, para sustentar su poder.
Nos usan en cada elección pero también nos usan,  porque  se alimentan de nuestros bolsillos  con elevados impuestos, que nunca sabemos que destino cierto tienen, aunque estamos conscientes que sirven para mantener el clientelismo activo y el banco de la corrupción que es  la obra publica.

Por ello como dijo  el colombiano Miguel Samper:"El mejor Gobierno es aquel que se hace sentir menos y cuya acción se limita a dar garantías a los derechos"

¿De qué sirve la propiedad privada?

Foto de perfil de Gabriel BoraginaPor Gabriel Boragina (*)
Si bien el concepto de propiedad es tan antiguo como el hombre mismo, el de propiedad privada puede decirse que es –en una comparativa histórica- relativamente reciente. La propiedad privada se generaliza (y populariza) con el auge del liberalismo, aproximadamente a partir especialmente desde fines del siglo XVIII y hasta los comienzos del XX.
Explica el Dr. A. Benegas Lynch (h):
"Es habitual sostener que no es posible “dejar todo a las fuerzas ciegas del mercado”. Se piensa que si eso fuera así podría ocurrir que todo el mundo decida producir leche y no haya pan disponible o que todo el mundo se incline por la profesión de la ingeniería y no haya médicos. Estas preocupaciones resultan cuando no se comprende el significado del mercado que está basado en la institución de la propiedad privada y trasmite información dispersa a través de los precios. La propiedad privada, es decir, la facultad de usar y disponer de lo propio, se asigna debido a que los recursos son escasos y las necesidades son ilimitadas. Esos recursos escasos pueden asignarse a muy diversas actividades por muy diversas personas. El sentido del primer ocupante y luego la transmisión de la propiedad por medio de arreglos libres y voluntarios hace que se asigne a quienes son más eficientes para atender las necesidades de los demás."[1]. Mayor claridad es imposible.
La propiedad privada es lo opuesto al socialismo, lo cual es una de sus características distintivas:
"socialismo significa abolición de la empresa privada y de la propiedad privada de los medios de producción y creación de un sistema de «economía planificada», en el cual el empresario que actúa en busca de un beneficio es reemplazado por un organismo central de planificación."[2]
Esta es una de las razones por las cuales resultan absurdas -por autocontradictorias- expresiones tales como "socialismo libertario", o la igualmente ridícula de "socialismo de mercado" o "competitivo".
Que la ley reconozca el derecho de propiedad privada no es, en modo alguno, garantía bastante de que dicho derecho sea respetado. De hecho, la mayoría de las legislaciones del mundo reconocen formalmente el derecho de propiedad, no obstante lo cual se verifica a menudo que el mismo es repetitivamente violado por muchos otros medios. Todo lo cual ya lo había advertido F. A. von Hayek hace tiempo con estas palabras:
"No es en modo alguno suficiente que la ley reconozca el principio de la propiedad privada y de la libertad de contrato; mucho depende de la definición precisa del derecho de propiedad, según se aplique a diferentes cosas."[3]
Del mismo modo, ya antes, en el siglo XIX, el genial pensador francés Frédéric Bastiat nos demostró como la ley también podía destruir el derecho de propiedad, tal y como lo vemos hoy en día.
Alberdi alertaba, también en el siglo XIX, sobre como el gobierno podría demoler la economía  y la propiedad de un país: 
"El poder de crear, de manejar y de invertir el Tesoro público, es el resumen de todos los poderes, la función más ardua de la soberanía nacional. En la formación del Tesoro puede ser saqueado el país, desconocida la propiedad privada y hollada la seguridad personal; en la elección y cantidad de los gastos puede ser dilapidada la riqueza pública, embrutecido, oprimido, degradado el país."[4]
Las lúcidas advertencias alberdianas no fueron lamentablemente escuchadas, sobre todo a partir de las primeras décadas del siglo XX, donde sus brillantes ideas fueron injustificadamente relegadas al más infundado olvido.
Los gobiernos socialistas o socialdemócratas, o del tipo "estado" -mal llamado- "de bienestar" o "benefactor", siempre son gobiernos cuyo tamaño tiende a crecer indefectiblemente. A la larga, se trasforman en gobiernos grandes o elefantiásicos (como la mayoría de los gobiernos de hoy) y perjudican la propiedad:
"El gobierno pequeño es hermoso. El gobierno pequeño es simple y barato y bueno. El gobierno pequeño responde por sí mismo. No hay lugar para esconder el dispendio y la corrupción en el presupuesto de un gobierno muy pequeño. El gobierno pequeño respeta la libertad individual y la responsabilidad personal y la propiedad privada."[5]
Para que exista democracia ha de estar precedida antes de un sistema capitalista y –además- incluida por este, y -a su turno- para que tenga lugar este último también es condición imprescindible que exista propiedad privada:
"Se dice ahora con frecuencia que la democracia no tolerará el «capitalismo». Por ello se hace todavía más importante comprender que sólo dentro de este sistema es posible la democracia, si por «capitalismo» se entiende un sistema de competencia basado sobre la libre disposición de la propiedad privada. Cuando llegue a ser dominada por un credo colectivista, la democracia se destruirá a sí misma inevitablemente."[6]
Estas proféticas palabras de Hayek se han visto cumplidas hoy por doquier, donde quiera que observemos el mundo vemos pseudodemocracias u otras mal llamadas así, dominadas por diferentes credos colectivistas. Sin propiedad privada no hay democracia de ninguna índole.   
Generalmente, -y ya en la vida diaria- la propiedad privada es aquello que la mayoría de la gente critica en los demás, pero –por el contrario- no critica en ellos mismos, demostrando tales fustigadores una buena dosis de envidia. Es más fácil, por supuesto -para muchos- esperar que sean "los otros" los que se desprenden generosamente de sus posesiones que los primeros.
La propiedad privada es el único medio por el cual se puede combatir eficazmente la miseria y la pobreza que aun asola el mundo. Todos los demás sistemas han fallado irremediablemente. Por ello todo ataque a ella conduce a la miseria. 
(*) www.accionhumana.com

[1] Alberto Benegas Lynch (h) "El liberalismo como respeto al prójimo". Especial para “Contribuciones”, Fundación Adenauer. pág. 4.
[2] Friedrich A. von Hayek, Camino de servidumbre. Alianza Editorial. España. pág.  pág. 62.
[3] Hayek, Camino....ob. cit. pág. 68
[4] Juan Bautista Alberdi. Sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina según su Constitución de 1853. pág. 181
[5] Michael Cloud. Secretos de la persuasión liberal. Instituto de Libre Empresa 2008. Pág. 132
[6] Hayek, Camino....ob. cit. pág. 103
ENVIADO POR SU AUTOR

10 Garajes donde nacieron 10 grandes empresas

Muchas de las grandes empresas de nuestra época tuvieron comienzos bastante humildes donde un garaje o un dormitorio se convirtió en el lugar perfecto para iniciar operaciones. Las ganas eran más fuertes que los obstáculos.
Es cierto que muchos de estos garajes se encuentran en legendarios lugares que han sido la cuna de grandes proyectos de negocios, pero aún así es bastante interesante e inspirador ver como empresas de impacto mundial nacieron en un garaje y luego se expandieron gracias a la pasión y determinación de sus fundadores.
En De10.mx han recopilado algunas de las historias de empresas que nacieron en un garaje. Te invito a conocer brevemente estos lugares y a los emprendedores detrás de cada una de estas grandes empresas. Si conoces alguna otra historia similar, no dudes en compartirla en los comentarios.
10 Grandes empresas que nacieron en un garaje
1. Apple
En 1976, Steve Jobs junto a Steve Wozniack comenzaron Apple en el garaje de la casa del padre de Jobs en Palo Alto, California.
Algunos aseguran que el padre de Steve Jobs colaboró en los inicios de Apple y que incluso vendió su camioneta para dar ese dinero a su hijo y que pudiera arrancar con el negocio.
Actualmente Apple es una de las empresas más poderosas y rentables de la industria tecnológica. A lo largo de su historia se ha encargado de revolucionar varios mercados con sus innovadores productos.
2. Microsoft

En 1975, Bill Gates junto a Paul Allen fundaron Microsoft en el garaje donde se guardaba el auto de la familia Gates.
Años más tarde, Microsoft se convertiría en la empresa de software más importante del mundo y haría multimillonarios a sus fundadores.
Actualmente Bill Gates dejó de dirigir la empresa para dedicarse a la fundación que inició junto a su esposa, y a pesar de que la compañía ha perdido terreno frente a rivales como Apple y Google, continua siendo una de las más importantes competidoras en la industria tecnológica.

3. Google
En 1998, Larry Page y Sergey Brin fundaron Google en un garaje que rentaron a la señora Susan Wojcicki por 1700 dólares mensuales. Realmente Google nació en el dormitorio de Larry Page, pero posteriormente se vieron obligados a trasladarse al garaje para tener una una sede social y poder cobrar un cheque que habían conseguido para poder continuar con su proyecto.
Actualmente Google es la empresa más importante y poderosa de Internet. Además, su sistema de publicidad es un referente en la web y le permite posicionarse como la empresa que más dinero gana a través de publicidad online. Años y años de innovaciones la convierten en una de las empresas más poderosas de la industria tecnológica.
4. Hewlett Packard
En 1939, Bill Hewlett y David Packard unieron esfuerzos para fundar en un garaje la empresa Hewlett Packard (HP) y ser pioneros en el negocio de la tecnología en Estados Unidos.
El garaje donde nació Hewlett Packard es un lugar casi mítico entre los amantes de la tecnología y se ha convertido en un sitio turístico bastante atractivo.
Actualmente Hewlett Packard compite en la industria tecnológica con diversos productos y dispositivos electronicos entre los que se encuentran computadoras, calculadoras, impresoras, etc.
5. Disney
A principios de los años 20, Walt Disney junto con su hermano Roy llegaron a la ciudad de Los Ángeles para producir cortos animados, y el garaje de uno de sus tíos se convirtió en el taller donde estos dos emprendedores plasmaron sus primeras ideas sobre animación y concretaron sus primeros proyectos.
Actualmente Disney es una compañía legendaria que ha creado icónicos personajes animados que por años han entretenido a varias generaciones de niños y adolescentes.

6. Mattel, INC
La famosa muñeca Barbie es otro de los productos que nació en un garaje. Ruth y Elliot Handler, dos compañeras en un curso de diseño industrial, decidieron iniciar su propio negocio en el garaje de una de ellas. Comenzaron a vender marcos de madera y posteriormente empezaron a fabricar casas de muñecas y otros juguetes para niños.
Ruth descubrió que este era un mercado interesante y poco explorado, y entonces decidió fabricar una muñeca con rasgos de mujer adulta. Así nació en los años 50 la primera Barbie.
7. Amazon
En 1994, Jeff Bezos inició un proyecto llamado cadabra.com, el cual consistía en una librería online y usaba como bodega de textos precisamente un garaje. Este negocio creció rápidamente y poco a poco fue abarcando otro tipo de productos que eran vendidos a través de internet. Años más tarde, el sitio fue rebautizado con el nombre de Amazon.
Amazon se convirtió en una empresa pionera en el ecommerce y definió varias de las bases que fundamentan actualmente las ventas por Internet.
Actualmente Amazon es uno de los sitios de comercio electrónico más importantes de la web y registra ventas millonarias cada día.
8. Yankee Candle

A finales de los años 60, a Michael Kittredge se le ocurrió la idea de fundir crayolas de cera en su garaje para crear una vela aromática y dársela a su madre como regalo de Navidad. A los vecinos les gustó tanto el presente tan original que comenzaron a hacerle pedidos. Así fue como nació Yankee Candle, la empresa de velas de cera más exitosa e importante que existe en la actualidad en Estados Unidos.
9. Dell

En 1984, Michael Dell fundó PC Limited (posteriormente la empresa cambiaría su nombre a Dell) con una inversión inicial de 1.000 USD. La compañía nació en un cuarto del joven emprendedor a quien le pareció buena idea crear computadoras personalizadas según los requerimientos del cliente. La idea de Michael no solo fue un buen negocio, sino que además desarrolló un concepto absolutamente revolucionario en la manera de vender computadoras.
Actualmente, Dell es una empresa que vende millones de computadoras alrededor del mundo y ocupa un lugar entre las 500 empresas más grandes del mundo según el ranking de la revista Fortune.
10. Harley Davidson

A principios de siglo pasado, William Harley y Arthur Davidson comenzaron a trabajar en un garage fabricando motores para bicicleta. Un par de años más tarde, en el mismo sitio, crearon un prototipo de este transporte, pero motorizado. Así fue como quedó constituido oficialmente Harley Davidson, la empresa de motocicletas más emblemática que existe hasta nuestros tiempos.
FUENTE: Publicado en Negocios y Empredimiento - (Enviado por mail)

Producción Nacional - Walter Gazza: No es la moneda lo que produce, es el trabajo. Tarjeta TEI

Walter Gazza, empresario PYMES, creador de la Tarjeta TEI - Tarjeta Electrónica de Intercambio. Habla sobre el funcionamiento de los clubes de intercambio, la crisis económica que obligaron a la creación de monedas alternativas de intercambio. Silvio Gesell y la moneda oxidable, las cuasimonedas que salvaron al país de la quiebra, los clubs de trueque que apuntalaron la economía social y su creación principal, la Tarjeta TEI.
FUENTE: YOU TUBE- CTLV1º Canal Toda La Verdad Primero ENVIADO POR SU DIRECTOR: Lic. Juan Manuel Soaje Pinto

viernes, 27 de septiembre de 2013

Pobreza vs desigualdad

Por Gabriel Boragina ©
Es bastante frecuente que en la sociología político-económica los términos pobreza e igualdad se traten como sinónimos. Asimismo, ambas suelen relacionarse como un verdadero problema socio-político-económico. Sin embargo, darles este empleo sinónimo es bastante desacertado. La pobreza y la desigualdad son cosas distintas. También es incorrecto tratar ambos conceptos como "problemas sociales", ya que si bien la pobreza si es efectivamente un problema -y por cierto muy severo-, la desigualdad -en cambio- no lo es. Intentaremos de ilustrar lo hasta aquí dicho con un ejemplo.
Supongamos que tenemos cuatro personas: A, B, C, y D. Imaginemos que A tiene una mansión, B posee una fábrica, C un caballo y D cinco gallinas. Lo primero que salta a la vista es que A, B, C y D son todos ellos desiguales entre sí, tanto en lo que respecta a sus propias personas como en lo que se refiere a sus bienes. Si A es Juan y B es Pedro, resulta evidente que Juan no es igual a Pedro.
En cuanto a sus posesiones, a pesar de tener bienes mas "valiosos" que los que poseen C y D, A y B son desiguales entre si y, recíprocamente, pese a tener bienes menos "valiosos" que los que poseen A y B; C y D también son desiguales entre sí. Considerada, ya sea en forma horizontal o vertical, en forma cruzada o directa, entre los cuatro existe la más completa desigualdad. Ahora bien, desde otro ángulo, puede decirse que C y D son "pobres" respecto de A y B, y que estos últimos son "ricos" respecto de los primeros, donde las mansiones y las fábricas se consideran "mayor riqueza" que los caballos y las gallinas.
Figurémonos ahora que el gobernante de la isla donde viven A, B, C, y D, (que llamaremos G) decide -en un emotivo acto de "justicia social"- "limar las desigualdades" entre los primeros, trasfiriendo -como hacen todos los gobiernos del mundo- la riqueza o los ingresos de los "ricos" en dirección hacia los "pobres", para lo cual resuelve entregar media mansión de A a C, y media fábrica de B a D. Con lo que C pasará a tener un caballo y media mansión (que antes pertenecía a A) y D ahora tendrá en propiedad media fábrica y las cincos gallinas que antes poseía, en tanto que A sólo le quedará media mansión y a B media fábrica. ¿Ha eliminado o reducidoG las desigualdades entre ellos? Obviamente la respuesta es no. Siguen siendo los cuatro tan desiguales como lo eran antes del reparto del "estado social" o "benefactor". No obstante lo cual, ha habido un cambio significativo ¿cuál es? Podría decirse que ahora -a primera vista- A y B son más pobres que antes y C y D menos pobres que antes del reparto del "justiciero social", pero si miramos más de cerca notaremos que media mansión no tiene utilidad alguna y -por lo tanto- ningún valor en el mercado, como no lo tiene medio auto, sino el coche completo. Lo mismo sucede con la media fábrica de B (y ahora de D) a ninguno de ellos le servirá para nada, porque lo útil y valioso era la fábrica entera y no las mitades divididas de ella. Ni media mansión le sirve para vivir a nadie, ni media fábrica le sirve para producir ni trabajar a nadie. Con lo que, en suma, los cuatro A-B-C y D han resultado hundidos todos ellos en la más absoluta pobreza. Moraleja: el redistribucionismo y las "políticas sociales de reparto" y de "justicia social" lo que redistribuyen y reparten es más miseria para todos. Pero, y esto es lo más relevante y significativo: no disminuyen las desigualdades, que ya existían antes, existen ahora y seguirán existiendo en el futuro, con o sin la intervención del gobierno. Lo que sí hizo el gobierno es agudizar las desigualdades entre los cuatro, y destruir la riqueza que existía antes de la intervención.
No se redujo la pobreza sino que simplemente se le dio otra dirección diferente. Incluso si la mansión y la fábrica pasan íntegras a C y D, tendremos invariable desigualdad y a la vez más pobreza.
Por supuesto, A, B, C, y D pueden ser una, ciento, miles o millones de personas y, de la misma manera, las mansiones, fábricas, caballos y gallinas pueden ser 1, 100, 1000 o millones. Podrán ser aviones o frutas, buques o zapatos, o sus equivalentes en dinero. El resultado final siempre será el mismo, se traten de los bienes o servicios que se traten.
El verdadero problema social es la pobreza y no la desigualdad, y en tanto la pobreza tiene solución incrementando la riqueza existente mediante la producción, el ahorro y la capitalización del mismo como sólo lo hacen –y pueden hacerlo- los mercados libres, la desigualdad no constituye "problema" alguno, como acabamos de demostrarlo. La desigualdad sólo consiste en un dato de la realidad y nada más que eso. Es cierto que mesiánicos megalómanospueden llegar a ver (y proclamar a) la desigualdad como "problema", pero tarde o temprano habrán de convencerse que, si así quieren considerarlo, comprobarán que como tal, no tiene "solución" alguna. Y no tiene "solución" porque no es un "problema". La "desigualdad" es meramente la excusa perfecta que tienen los envidiosos del éxito ajeno para tratar de arrebatarles por la fuerza o mediante artilugios político-legales, los bienes que los envidiados poseen en legítima ley.
Mientras los pretensos reformadores sociales de buena fe (de los de mala fe no hay nada que decir, excepto que parece ser que cada vez son más) no se concentren en la solución del verdadero problema que es la pobreza y -en cambio-erróneamente sigan enfocados en el falso de la desigualdad, la pobreza será cada vez mayor y más extendida en un mundo que fue, es y será siempre desigual. Y la solución a la pobreza es la creación de riqueza, la que sólo el mercado libre y el capitalismo garantizan.
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UNA DISCUSION EXTEMPORÁNEA

Por Alberto Medina Méndez
El debate sobre la despenalización de las drogas sigue teniendo plena vigencia, pero la controversia en el tiempo viene quedando fuera de sintonía. Indudablemente se trata de un asunto complejo, con múltiples facetas. Es fácil caer en lugares comunes, el intercambio de débiles argumentos y el infaltable fatalismo al que la sensibilidad del tema convoca.
Es innegable que la cuestión tiene gradaciones y que el término "drogas" podría incluir a todas, muchas o pocas. Además, la legalización puede involucrar distintas etapas tales como el consumo, suministro y producción.
Los debates sobre el tema, que son encarados desde lo político, científico y moral, siempre son parciales y muchas veces caen en la trampa de asumir una linealidad que no se condice con la diversidad que la realidad propone.
Tal vez sea algo audaz afirmar que el presente dice que se alterna con lo PEOR de ambas situaciones. Hoy se sufren todas las desventajas de la despenalización y ninguno de sus posibles beneficios. Al mismo tiempo se visualizan con claridad todos los inconvenientes que se derivan las prohibiciones legales y ninguna de sus probables ventajas.
La inacción y la reacción tardía, han generado una inexorable elección social. Es que cuando no se toman decisiones, también se resuelve. La omisión implica siempre una postura que tiene irremediables consecuencias y no como suponen algunos, que la espera puede resultar gratuita.
Los críticos de la despenalización dicen que su implementación aumentará el consumo y aseveran que esto será más contundente en los más jóvenes. No parece razonable creer que la mera legalización creará nuevos adictos, ni hará que los actuales aumenten sus dosis. Los mercados ilegales son muy eficientes en la distribución y suponer que la norma les pone límites es no entender al mercado. Por otra parte, no existen personas decididas a usar drogas que ya no lo hayan hecho, solo por la amenaza legal. Hoy quien quiere consumir lo hace, incluidos los adolescentes. La barrera de acceso no es la ley que lo prohíbe. Malas noticias para quienes defienden esta postura. Hoy el consumo goza de una virtual despenalización.
La contracara de este fenómeno, es que las legislaciones que criminalizan al consumo, arrojan a los individuos adictos a una estigmatización social y al mismo tiempo, les impiden la posibilidad de ser contenidos dentro del sistema de salud para su imprescindible y deseable recuperación.
Un adicto es, bajo las reglas actuales, un criminal y por lo tanto no puede ser asistido ni ayudado por el sistema, siendo literalmente empujado al abismo e invitado a circular por los márgenes de la sociedad en cuanto proceso de clandestinidad exista, junto a las mafias, el crimen organizado, la prostitución y el juego ilegal. No parece ser lo que la sociedad, en su habitual hipocresía, declama cuando dice preocuparse por este flagelo.
Si se quiere reducir el consumo indebido de drogas no se debe combatir la oferta sino desalentar la demanda, y esto parece difícil de refutar frente a la abultada evidencia al respecto. Mientras existan interesados en consumirlas no habrá política que pueda impedir a la oferta cumplir la parte que le toca.
No menos importante es dar el debate moral sobre la libertad de cada individuo para elegir su destino, lo que incluye la posibilidad de hacer algo inconveniente para sí mismo. De eso se trata, de la libertad como valor fundamental y el derecho a la vida como eje central.
Se podrán elegir políticas graduales o más duras, de mayor o menor intervención, pero no se evitará que la humanidad coexista con sus adicciones. A lo sumo ira mutando de unas a otras. Creer en algo diferente es desconocer la esencia del individuo y sus eternas debilidades.
No se dice nada nuevo si se afirma que el tema es realmente difícil y que mucho de lo expresado puede ser exagerado, demasiado absoluto o hasta falaz, pero es bueno saber que el debate seguirá abierto y que abordarlo desde una óptica engañosa poco ayuda a resolver la cuestión de fondo.
Abundan argumentos desde muchas aristas para avanzar en el intercambio de ideas, pero si no se comprende que el presente muestra que se convive ya con las peores consecuencias de la despenalización y con los más repudiables defectos de la criminalización, seguirá siendo esta una discusión extemporánea.
www.albertomedinamendez.com
FUENTE: INFOBAE
http://opinion.infobae.com/alberto-medina-mendez/2013/09/22/una-discusion-extemporanea/ 
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La crítica al egoísmo

Por Gabriel Boragina ©
De acuerdo al diccionario: "egoísmo.
(Del lat. ego, yo, e -ismo).
1. m. Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.
2. m. Acto sugerido por esta condición personal.[1]"
Pareciera que lo "inmoderado, excesivo" y "desmedido" del amor a si mismo surge (según la definición de la Real Academia Española) cuando no se cuida el "propio interés" "de los demás". La pregunta que brota de inmediato es ¿cuál es el "propio interés de los demás" que el supuestamente egoísta "debería cuidar", y por que debería cuidarlo el acusado de egoísmo y no deberían cuidar su propio interés esos otros (demás)?. O, en otros términos, ¿por qué los demás "deberían" cuidar nuestro "propio interés" y nosotros "deberíamos" cuidar el "propio interés" de los demás, en una suerte de "obligaciones" recíprocas y cruzadas? Por otro lado, aparece otro interrogante que no es menor, a saber: ¿cuál es la medida para todo ello? Es decir, ¿cuál es la medida de lo "inmoderado, excesivo, desmedido" y además ¿cómo definimos el "propio interés" y cuáles son sus límites? Esos otros o "demás" ¿quiénes y cuántos son y dónde están ubicados geográficamente? Estas preguntas no tienen para nosotros ninguna respuesta satisfactoria, porque cualquiera que se quiera dar será enteramente subjetiva y por completo arbitraria.
Sin embargo, las cosas no parecen ser tan claras como lo sugiere la definición de la Real Academia Española, como, por ejemplo, demuestra la siguiente cita del Dr. Alberto Benegas Lynch (h):
"También el que es caritativo con el prójimo especula con la satisfacción del destinatario. Conviene repasar un pasaje estampado en el primer libro que escribió Adam Smith en 1759 sobre filosofía moral (quien, en esta materia, siguió la tradición iniciada primero por Carmichael y luego por Hutcheson). En el primer párrafo de aquella obra se lee que “Por mucho que sea el egoísmo que se supone del hombre, hay evidentemente ciertos principios en su naturaleza que lo hace interesarse por la suerte de otros y considera esas felicidades necesarias para la suya propia, aunque no se derive nada para él excepto el placer de contemplarlas”. Esta aseveración es del todo congruente con su idea de la“mano invisible” que hace que todos los seres humanos atentos a sus propios intereses benefician a los demás aunque ése no haya sido su propósito inicial (lo cual, como queda expresado, no excluye que la satisfacción del sujeto actuante resida en la realización de obras filantrópicas)."[2]

Paradójicamente, el egoísmo puede dar lugar a acciones altruistas, aunque el acusado de "egoísmo" no las considere de dicho modo, lo que podrá ser quizás motivo de condena moral, pero sociológica y económicamente -tal como lo señala Adam Smith con su metáfora de "la mano invisible"- las conductas en principio calificadas de "egoístas" resultan ser siempre sumamente provechosas para el conjunto social. La cooperación social nace, pues, de acciones que siempre tienen un origen egoísta. Por eso siempre hemos sostenido que no existe un verdadero antagonismo entre "lo social" y "lo individual" como pretenden muchos.
El término egoísmono mantuvo un significado univoco a lo largo de las épocas, como lo marca Friedrich A. von Hayek, quien diferencia el "egoísmo" del "individualismo":
"Hay un punto en estas presunciones sicológicas básicas que de alguna forma es necesario considerar de manera más completa. Como se cree que el individualismo aprueba y estimula el egoísmo humano, esto hace que mucha gente no lo acepte y debido a que esta confusión es provocada por una verdadera dificultad intelectual, debemos examinar cuidadosamente el significado de tales presunciones. Por supuesto, no puede haber duda de que en el lenguaje de los grandes pensadores del siglo XVIII el “amor a sí mismo” del hombre, o incluso sus“intereses egoístas”, representaba algo así como el “motor universal”. Estos términos se referían principalmente a una actitud moral que, pensaron, prevalecería ampliamente. Sin embargo, estos términos no significaban egoísmo en el sentido restringido de preocupación exclusiva por las necesidades inmediatas de uno mismo. El “ego” por el que supuestamente las personas debían preocuparse claramente incluía a la familia y a los amigos. Ninguna diferencia significativa respecto del argumento habría si se hubiera hecho extensivo a todo aquello por lo cual la gente de hecho se preocupa."[3]
Por lo tanto, el vocablo egoísmo puede interpretarse en dos grandes sentidos: uno amplio y otro restringido, este último correspondería -en su totalidad- a la definición que el diccionario de la Real Academia Española le da por completo.
Desde un punto de vista estrictamente social, y dado que ningún individuo puede bastarse a sí mismo, cualquier conducta que despliegue, aun así sea calificada por sus semejantes de "egoísta", tendrá siempre algún efecto beneficioso sobre una o muchas personas. Este efecto útil va mucho más allá -como dejamos dicho- de las posibles intenciones negativas o positivas que tenga el sujeto actuante. Quien por muy egoísta que sea deberá interactuar como consumidor y como productor en el mercado, y ya sea en un rol o en el siguiente, cualquier acción que despliegue favorecerá a sus congéneres, inmediata o remotamente. La única excepción a este principio general será, indudablemente, el del ladrón, quien con su accionar delictivo sólo a él mismo alivia, en tanto perjudica a todos los demás y -en lo inmediato- al sujeto robado. Fuera de este caso particular (y dentro de la sociedad civil, minoritario) el egoísta mas aborrecido del mundo deberá, le guste o no, intercambiar bienes y servicios con sus prójimos, y en dicho intercambio estos saldrán atendidos.
(*)www.accionhumana,com
[1]Real Academia Española © Todos los derechos reservados
[2]Alberto Benegas Lynch (h) Las oligarquías reinantes. Discurso sobre el doble discurso. Editorial Atlántida. Pág. 121
[3]Friedrich A. von Hayek "INDIVIDUALISMO: EL VERDADERO Y EL FALSO". Este ensayo corresponde a una exposición pronunciada en la duodécima Finlay Lecture en la University College de Dublín, en diciembre de 1945 y aparece en el volumen Individualism and Economic Order (The University of Chicago, 1948, reimpreso posteriormente por Gateway Editions Ltd., South Bend, Indiana). Págs. 12 y 13
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domingo, 22 de septiembre de 2013

El dolor de ya no ser

clip_image002Por Enrique Guillermo Avogadro
“La gloria de los hombres se ha de medir siempre por los medios de que se han servido para obtenerla”. François de la Rochefoucaul
La diáspora que las elecciones primarias continúan produciendo en las filas del oficialismo tuvieron su fotografía más explícita en la reunión de empresarios convocada por doña Cristina en Tecnópolis; las ausencias más notorias fueron las de Méndez, de la UIA, y Brito, de la Asociación de Bancos, pero más de cien capitanes de la industria faltaron a la cita. Ese gesto, impensable hasta julio, da cuenta de la soledad en la que se encuentra un gobierno transformado en un pote de yogurt, con fecha cierta de vencimiento, y del cual ni Gardel ni Lepera pensarían que puede “Volver”. Si a ello se les suman los agravios que Patotín Moreno infirió durante años a esos mismos invitados ausentes, la explicación resulta innecesaria.
El procesamiento del energúmeno funcionario fue otra de las muestras de la pérdida de poder del kirchnerismo, tan lejano a sus épocas de gloria, cuando todos se inclinaban a su omnímoda voluntad. En el terreno de la Justicia, por supuesto aparte de las derrotadas batallas contra la prensa, será donde se librarán las campañas futuras de la banda de delincuentes que hoy nos gobiernan, aterrados ante un horizonte de condenas que, seguramente, incluirán a sus hijos y parientes, comenzando por los presidenciales, los “jaimitos” y la princesita del titular de la AFIP, tan necesitada de movilización.
Desde el origen de la década ganada por tan pocos, don Néstor (q.e.p.d.) y su viuda se exhibieron como víctimas de los gobiernos anteriores, causantes de todos los males de la Argentina, que habían contraído obligaciones que ellos debían afrontar. La actitud de quien tantas veces se autotituló abogada exitosa presenta dos opciones: ignora que los compromisos asumidos por un gobierno obligan a su país, con prescindencia de quien sea su presidente, o bien es una muestra más de la mala fe del relato. De allí la novedad de la semana en la materia; decir, como lo hizo, que aceptó el gobierno sin beneficio de inventario es una estupidez sin nombre, ya que no se trata de una herencia privada sino de un rarísimo sucesorio que, pese a contener tantas bombas de tiempo –como las que dejará el kirchnerismo- convoca a tantos voluntarios a recibirlo.
Finalmente, una breve anotación para la polémica calificación como década ganada que otorgó doña Cristina a la producción de leche: si bien la producción se ha incrementado, la realidad indica que se ha producido a costa de una enorme concentración –como ha sucedido en muchísimas otras ramas de la industria- que ha implicado la desaparición del 90% de los tambos, con el consiguiente desarraigo de familias rurales y la desocupación que eso entraña.
Dedicaré, ahora, unos párrafos a mis sugerencias para la imprescindible renovación de la Justicia. Sin pretender dictar cátedra sino, simplemente, realizar propuestas para su discusión inmediata, comenzaré entonces diciendo que, en la Argentina y en cualquier otro país, “con Justicia, todo es posible; sin Justicia, nada es posible”.
No descubro pólvora alguna cuando sostengo que la inseguridad, la impunidad, la corrupción, son los temas que más preocupan a los ciudadanos hoy en día; todos ellos, entre otros no menos importantes, son temas sobre los cuales una Justicia verdaderamente independiente, seria y rápida podría accionar muy rápidamente.
Piénsese, sólo, en qué sucedería con la seguridad si la Justicia se sintiera independiente del poder político y llegara al fondo de la alianza real entre los malos policías, los punteros locales y los delincuentes, aplicando a todos ellos el peso de la ley vigente, sobre todo en materia de narcotráfico. Piénsese en qué sucedería si todos los funcionarios, a partir de cierto rango, tuvieran que pasar por un juicio de residencia, como aquél al que eran sometidos los representantes de la Corona al dejar sus cargos.
Por lo demás, la trascendencia pública internacional de la independencia del Poder Judicial en Argentina, y el apego obligado del país a sus leyes, no solamente prestigiará nuestra imagen en el mundo sino que, con ello, comenzarán a aparecer las inversiones, tan esenciales para el desarrollo económico. Si los argentinos nos convencemos que nunca más las reglas serán cambiadas por quien ejerza el Ejecutivo, o por el absoluto desprecio del partido mayoritario ocasional por el interés público, regresarán los capitales hoy depositados en el exterior, y de su mano volverán los extranjeros.
Pero, ¿cómo hacer para cambiar, en tan breve plazo como el que el país necesita, la Justicia que hoy tenemos? No servirá para ello el procedimiento que intentó utilizar hasta ahora el Gobierno, pese a su previamente declamada voluntad de transparencia, para la elección de los miembros del Consejo de la Magistratura o para la propuesta de candidatos a jueces, desoyendo e ignorando las críticas públicas o alterando, por su sola voluntad, el orden de mérito en los concursos.
Tengo la certeza, después de más de cuarenta años de ejercicio de la abogacía, que la enorme mayoría de los jueces son individuos probos y capaces, y que en cada uno de los fueros y jurisdicciones se conoce perfectamente a los mejores y a los peores de sus propios integrantes. Los miembros de las diferentes cámaras debieran ser elegidos por el voto secreto de los jueces inferiores; no se trata de proteger a la familia judicial sino de permitir que sea la excelencia y el reconocimiento y el respeto de sus pares quienes otorguen los ascensos necesarios. Por su parte, los jueces inferiores debieran pasar, para su designación, por exámenes públicos y transparentes de antecedentes y conocimientos, y exigirles, una vez nombrados, la permanente actualización de los mismos como requisito para su permanencia.
Para que esta propuesta tuviera éxito, el procedimiento debería replicarse en todas y cada una de las provincias, para evitar la manipulación caudillista y clientelista de sus realidades sociales y políticas y, por supuesto, una constante vigilia ciudadana sobre el comportamiento de los políticos, que intentarán influir en los procesos para buscar, a través de la connivencia corrupta, la protección de sus intereses espurios. El mero hecho de contar con una Justicia a prueba de corrupción, sea ésta monetaria o política, permitirá a la población volver a confiar en un futuro posible para nuestra Patria.
Pese a las naturales exigencias cotidianas de quienes padecen la inseguridad en carne propia no creo necesario modificar las leyes existentes sino, simplemente, aplicarlas con rigor y equidad. Pero sí habría que enmendar aquéllas que se refieren a los delitos de corrupción ya que, por su misma naturaleza, muy difícilmente se encuentran pruebas concretas, ciertas e indubitables, de la comisión de estos hechos.
Piénsese cómo mejoraría la administración pública si una Justicia independiente y proba se encargara, eficientemente, de investigar las denuncias de corrupción y el enriquecimiento indebido de algunos. En este punto propongo dos medidas; la primera, tomada de la Italia que encaró el proceso de mani pulite contra sus más importantes políticos y empresarios. Para poder condenarlos, sustentó las sentencias en indicios graves y concordantes, sin requerir pruebas concretas, de casi imposible obtención en estos casos. En Argentina también esa forma ha sido analizada; la inversión de la carga de la prueba –o sea, que quien no prueba que es inocente es culpable- nunca fue aplicada por los jueces de Comodoro Py, a punto tal que fueron invalidados 4000 mails encontrados en las computadoras del socio de Jaimito. La segunda, es la inmediata implantación del juicio por jurados para este tipo de delitos aberrantes, sobre todo cuando tantos niños (dos por ciento) hoy mueren de desnutrición en la Argentina, mientras sus funcionarios se dedican a engrosar sus fortunas más allá de cualquier límite. Deben ser los propios ciudadanos quienes digan si cada uno de ellos es culpable o inocente de los delitos que se le imputan, y el juez quien se limite a fijar el monto de la condena.
Octubre se aproxima y, antes de terminar, dejará un perfume a frentes marchitas que impregnará los dos últimos años del kirchnerismo en el poder, si es que el olor a chamusquina no lo supera antes.
Ronda, 22 Sep 13
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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Twitter: @egavogadro

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sábado, 21 de septiembre de 2013

La ignorancia humana y la ingeniería social

Law, Legislation and LibertyPor Wendy McElroy
El Instituto Independiente
A través de gran parte de la historia intelectual, la sociedad ha sido considerada como el resultado del diseño de alguien. En su voluminosa obra de Law, Legislation, and Liberty, el teórico social F. A. Hayek se refirió a esta posición como el “racionalismo constructivista” y replicó vigorosamente contra la misma. En su discurso en ocasión de recibir el Premio Nóbel en 1974, titulado “La Pretensión del Conocimiento,” Hayek expresó un punto de vista diferente acerca de cómo se desarrolló la sociedad: El reconocimiento de los insuperables límites de su conocimiento debería de hecho enseñarle al estudiante de la sociedad una lección de humildad, que debería prevenirlo de volverse un cómplice en el fatal esfuerzo de los hombres por controlar a la sociedad—un esfuerzo que no solamente lo vuelve un tirano sobre sus compañeros, sino que puede convertirlo también en el destructor de una civilización a la cuál ningún cerebro ha diseñado sino que ha crecido en base a los libres esfuerzos de millones de individuos.
Hayek se opuso a cualquier tentativa de manipular—es decir, planificar y coordinar centralizadamente—la estructura de la sociedad. Creía que tal ingeniería realmente destruiría a la sociedad en lugar de erigirla, la cual era el resultado de la acción humana pero no del diseño humano. Junto al economista austriaco Ludwig von Mises, Hayek proporcionó las que son discutiblemente las mejores críticas de las teorías y de las políticas “constructivistas” que han crecido en popularidad durante el siglo veinte.
Tanto Hayek como Mises habían atestiguado la devastación del liberalismo clásico por parte de dos guerras mundiales, pero particularmente por la Primera Guerra Mundial. En la época de guerra los gobiernos habían afianzado el control centralizado sobre el sector privado para asegurarse un flujo continuo de armamentos y de otros bienes que juzgaban necesarios para la victoria. Los gobiernos habían inflado sus ofertas de dinero a fin de solventar masivos refuerzos militares. Y la guerra había estrangulado el flujo del libre comercio al que los liberales clásicos consideraban un prerrequisito para la paz, la prosperidad, y la libertad. En síntesis, Hayek y Mises habían contemplado cómo el estatismo del siglo veinte reemplazaba al liberalismo clásico del siglo diecinueve.
Si la “guerra es la salud del Estado,” como el individualista estadounidense Randolph Bourne lo declarara, entonces Hayek y Mises atestiguaron el impacto de un corolario obvio: a saber, que la guerra es la muerte de la libertad individual. Y que la ingeniería social fue un mecanismo clave mediante el cual esa libertad fue destruida. De hecho, uno de los trabajos iniciales de Mises, Nation, State, and Economy (1919), analizaba las consecuencias desastrosas de la planificación centralizada introducida por la Primera Guerra Mundial.
Pero Hayek y Mises no se oponían meramente a la ingeniería social sobre la base de argumentos utilitarios. Independientemente, cada uno de ellos desarrolló sistemas complejos y sofisticados de la teoría social para explicar cómo las instituciones de la sociedad se evolucionaron naturalmente. Sostenían que las instituciones de una sociedad saludable eran el resultado colectivo e involuntario de la acción humana. Los fenómenos sociales complejos—tales como el derecho, el lenguaje, y el dinero—eran especialmente las consecuencias involuntarias de las interacciones individuales. Por ejemplo, ningún comité o autoridad central decidió inventar el habla humana, para no mencionar el diseñar una lengua tan complicada como el inglés. Actuando solamente para alcanzar sus propios fines, los individuos comenzaron a efectuar sonidos a fin de facilitar el poder conseguir lo que deseaban de otras personas. Así, el habla fue el resultado de la acción humana pero no del diseño humano, y la mismo evolucionó naturalmente en el lenguaje. La evolución puede no haber procedido con eficiencia científica, pero fue lo suficientemente eficiente como para permitir el desarrollo de la civilización. La eficiencia de los programas gubernamentales no tolera la comparación.
No obstante ello, los constructivistas sostenían que una sociedad no planificada es derrochadora y caótica. Con el conocimiento suficiente, podrían manipular una sociedad perfectamente eficiente. No habría más sobrantes ni escaseces. Los mercados de valores no colapsarían, y las monedas no fluctuarían. Tal vez incluso la sociedad pudiese ser diseñada de modo tal que sus miembros se encaminasen al unísono hacia metas sociales deseables, tal como han marchado juntos hacia la victoria en tiempos de guerra.
Hayek puntualizó francamente que el conocimiento que los constructivistas procuraban era inalcanzable. No era posible planificar las dinámicas del mañana basados en cómo actuaron los individuos ayer. La gente era imprevisible. Los seres humanos eran fundamentalmente diferentes de los objetos físicos examinados por las ciencias duras. Un científico podía aprender todo lo que necesitaba saber sobre el movimiento de un objeto, y su conocimiento no cambiaría necesariamente durante el tiempo. Pero los seres humanos actuaban basándose en factores y motivaciones psicológicas que se encontraban ocultos, a menudo aún para ellos mismos. La sociedad no consistía en objetos que podían ser prolijamente categorizados y hechos para obedecer las leyes de la ciencia. La sociedad consistía de individuos erráticos e imprevisibles.
Mises efectuó una puntualización similar acerca de la teoría monetaria. Demostró que aún la aparentemente objetiva herramienta del cálculo monetario—del tipo que la gente utiliza informalmente para decidir, por ejemplo, si pedir un aumento—es ineficaz para una planificación social más amplia. En el mejor de los casos, los precios eran un antecedente histórico; el precio del pan es un precio del pasado, incluso si el pasado fuese muy reciente. Esta información podría crear la anticipación de cuál podría ser el precio del pan mañana, pero la misma no podría predecir nada. Una escasez de pan podría hacer disparar su precio. Por otra parte, emplear el ayer para manipular el mañana iba en contra de un principio fundamental de la acción humana: el principio del cambio inevitable.
En La Acción Humana: un Tratado de Economía (1949), Mises comentaba, “La acción humana origina el cambio. En la medida que haya acción humana no hay estabilidad, sino alteración incesante. . . Los precios del mercado son hechos históricos expresivos de una situación que prevaleció en un instante definido del proceso histórico irreversible. . . .. En el imaginario—y, por supuesto, irrealizable—estado de rigidez y estabilidad no hay cambios a ser medidos. En el mundo real del cambio permanente no hay puntos fijos. . . ”
Desde Nation, State, and Economy a su obra magna, La Acción Humana, Mises elocuentemente objetó la posibilidad de adquirir el suficiente conocimiento como para dirigir a la sociedad. Igualmente, desde el trabajo The Sensory Order: An Inquiry into the Foundations of Theoretical Psychology (1952, pero aparentemente basado en el trabajo que realizara en 1919 y 1920) hasta su mucho más popular El Camino de Servidumbre (1944), Hayek integró campos tan diversos como la epistemología y la economía para formar una teoría social que le negaba cualquier validez a la planificación centralizada.
A través del trabajo de estos teóricos, dos conceptos cercanamente relacionados emergen una y otra vez: el individualismo metodológico y el orden espontáneo. Estos conceptos son fundamentales para entender por qué Hayek y Mises tan inflexiblemente rechazaban a la ingeniería social.
El Individualismo Metodológico
En La Acción Humana, Mises ofrecía una descripción de lo que denominaba “El Principio del Individualismo Metodológico”: “Primero debemos percatarnos de que todas las acciones son realizadas por individuos. . . Si escudriñamos el significado de las distintas acciones desarrolladas por los individuos debemos aprender necesariamente todo acerca de las acciones de los todos colectivos. Pero un colectivo social no posee existencia y realidad alguna fuera de las acciones de los miembros individuales.”
Mises sostenía que los todos colectivos—tales como “la familia” o “la sociedad”—no eran nada más que la suma de los miembros individuales que los constituían. Tales todos eran abstracciones útiles para indicar la interacción de los individuos en un contexto específico. La “familia” indica un conjunto de interacciones, el “club de canasta” otro.
Al reducir el funcionamiento del grupo a su elemento más básico—los actos de los individuos—Mises no negaba la importancia de los todos colectivos. Todo lo contrario. Mises explicaba que “el individualismo metodológico, lejos de disputar la significación de tales todos colectivos, la considera como una de sus tareas principales para describir y analizar su surgimiento y su desaparición, sus cambiantes estructuras, y su operación. Y el mismo escoge el único método adecuado para resolver satisfactoriamente este problema.”
Para decirlo de otro modo, el individualismo metodológico era una poderosa herramienta analítica que podía ser utilizada para descubrir los principios en base a los cuales un grupo de personas interactuaba. Era el mejor método con el cual comprender a la sociedad.
El individuo como una abstracción
Con el surgimiento del marxismo, aquellos que favorecían el individualismo metodológico fueron a menudo acusados de “atomismo” o de reduccionismo. Los marxistas fueron muy lejos en cuanto a afirmar que era el individuo, y no la sociedad, quien constituía una verdadera abstracción. En su forma extrema, estos holistas sociales negaban incluso que el individuo existiese sin la sociedad. Como Mises lo observara, “la noción de un individuo, dicen los críticos, es una abstracción vacía. El verdadero hombre es necesariamente siempre un miembro de un todo social.”
Karl Marx sostenía este punto usando una clase de ejemplo de Robinson Crusoe. Marx afirmaba que un individuo que crecía aislado en una isla desierta no sería un ser humano. El nudo de su argumento era que los seres humanos son organismos sociales—construcciones sociales, si lo prefiere—quienes no pueden ser removidos del contexto que los define y continuar siendo seres humanos. El Robinson Crusoe adulto era claramente un ser humano, pero su humanidad resultaba de una historia de socialización previa. El lenguaje, el pensamiento, el arte—todo lo que hizo humano a Crusoe había resultado de su vida en comunidad. Invirtiendo la lógica misesiana, Marx sostenía que el todo colectivo llamado “sociedad” creaba a sus miembros individuales, quienes podían ser entendidos tan solo examinando las reglas de esa sociedad. Marx dio un paso adicional e intentó extender los principios y la metodología de las ciencias duras—tales como la previsibilidad y el control—a la sociedad.
Los liberales clásicos contrarrestaron diciendo que una persona que ha sido criada en el aislamiento completo aún sería un ser humano. Por ejemplo, tendría una escala de preferencias y actuaría para alcanzar a la más alta de ellas primero. Es cierto, que sin la interacción social, las principales potencialidades dentro de la humanidad de la persona nunca se desarrollarían o serían expresadas. Por ejemplo, no habría razón para desarrollar las habilidades del lenguaje y ninguna posibilidad de convertirse en padre. Si el individuo aislado fuese rescatado y colocado dentro de la sociedad, sin embargo, sus potencialidades no expresadas podrían emerger perfectamente. Pero cualesquiera fuesen las características desarrolladas, las mismas emergerían de su propio potencial inherente como un ser humano y serían el resultado de las interacciones individuales que experimentó. Las características no emergerían debido a que un todo colectivo llamado “sociedad” las definió en existencia.
Los liberales clásicos no combatieron la afirmación de que los grupos poseían una dinámica acumulativa que era diferente a la dinámica del hombre aislado. Después de todo, solamente en sociedad surgieron los intercambios intelectuales y económicos. Pero creían que las diferencias podrían ser explicadas desdoblando la dinámica del grupo en las intrincadas interacciones de los individuos que lo constituían. Por ejemplo, todo lo atinente a una conversación podía ser desdoblado en las declaraciones, el lenguaje corporal, y las acciones de los individuos implicados. Nada sobre la conversación requería principios de explicación adicionales.
Este enfoque metodológico funcionaba para analizar incluso a todos colectivos extremadamente complejos tales como “el Estado.” Todo lo que el Estado hizo o era podía ser reducido a las acciones individuales. Como Mises lo explicaba, “el verdugo, no el Estado, ejecuta a un criminal. Es el significado de aquellos interesados lo que discierne en la acción del verdugo a una acción del Estado.” Los individuos que observan al verdugo ven el Estado en acción solamente porque una abstracción conocida como “el Estado” proporciona un contexto para su acción. Igualmente, la gente nunca ve u oye verdaderamente a una conversación del grupo. Todos lo que ven u oyen son individuos hablando, y etiquetan a la suma de su intercambio como una “conversación del grupo.”
El individualismo metodológico tuvo implicancias profundas para la teoría de la ingeniería social. Si los todos colectivos eran un “proceso mental” dentro de los individuos antes que entidades concretas con existencia independiente, entonces no tenía sentido alguno sostener que existían reglas y las características únicas que se aplicaban a los colectivos y no a los individuos. El individualismo metodológico removió a los todos colectivos de un reino objetivo gobernado por los principios científicos y los regresó al reino subjetivo del juicio y de las preferencias humanas. En vez de ser capaces de diseñar instituciones sociales, tales como los bancos, para funcionar junto a los principios científicos, los ingenieros sociales fueron reducidos a individuos reguladores. Fueron involucrados en la planificación de cómo los seres humanos expresarían sus preferencias en el futuro—un conocimiento que los propios individuos raramente poseían.
Y sin embargo, un interrogante subsiste. Sin planificación, ¿cómo puede mejorar la sociedad? Parte de la respuesta será encontrada en el segundo concepto que ronda la obra de Hayek y de Mises
El Orden Espontáneo
Durante el siglo dieciocho, teóricos como Adam Smith comenzaron a examinar el impacto que las consecuencias no queridas de la acción humana tenían sobre la sociedad. Éstas eran las consecuencias colectivas que se amplificaban como un resultado de los individuos persiguiendo sus propios intereses individuales. Por ejemplo, si veinte personas caminaban la distancia más corta a través de un campo, un sendero tosco a través del campo sería establecido. Pero el forjar el sendero sería una consecuencia involuntaria de la meta consciente de cada individuo—alcanzar el otro lado rápidamente.
Smith venía a creer que la sociedad y sus instituciones podían ser comprendidas de la mejor manera posible mediante la referencia a tales consecuencias no queridas. Considérese el precio del pan de ayer. Nadie legisló cuánto se encontraba usted dispuesto a pagar el pan ayer. Ese precio resultó de factores imprevisibles tales como cuán altamente usted apreciaba al pan veinticuatro horas atrás. La institución social del precio, por lo tanto, ha sido establecida espontáneamente. La misma era también auto-correctiva; es decir, el precio espontánea y rápidamente fluctuó para reflejar los factores cambiantes, tales como la disponibilidad de pan. Y porque tales cambios eran imprevisibles, sólo una respuesta espontánea—no una pre planificada—podía responder adecuadamente.
Ningún escritor contemporáneo ha explorado la idea de las instituciones sociales espontáneas y autocorrectivas en mayor profundidad que Hayek. En su ensayo “Principios de una Orden Social Liberal,” Hayek abordó una objeción que él encontraba a menudo. Escribió: “Mucha de la oposición a un sistema de libertad bajo leyes generales surge de la inhabilidad para concebir una coordinación efectiva de las actividades humanas sin la organización deliberada por parte de una inteligencia comandante” (Studies in Philosophy, Politics and Society, 1960).
Para los holistas sociales, el “orden” y la “eficiencia” eran conceptos que parecían estar ligados juntos. Mises y Hayek acordaban, pero utilizaban una definición diferente de “orden.” Para los holistas sociales, la palabra parecía conjurar visiones cuasi-militares de una sociedad marchando hombro a hombro hacia una meta común. La misma se encontraba incorporada en planes quinquenales que reducían el funcionamiento de la sociedad a ecuaciones matemáticas. Por el contrario, el orden al que adherían Mises y Hayek era uno espontáneo en el cual los individuos perseguían sus propios y diversos intereses sin la coordinación de una autoridad central.
¿A qué se parece dicho orden? Un ejemplo clásico es el Mercado de Valores de Nueva York, el cual fue creado como un lugar en el cual las acciones podían ser compradas y vendidas de lunes a viernes a partir de las 9 de la mañana y hasta las 4 de la tarde. Ninguna autoridad predominante establecía los precios, límites de volumen, etc. Estos eran establecidos por los bolsillos de los individuos que perseguían sus propias preferencias de una manera que se asemejaba al caos. Vociferando en el piso, que se encontraba dispuesto a comprar la acción ABC al precio X, un comerciante intentaba perseguir nada más que las preferencias de su cliente. Pero una consecuencia involuntaria de su acción era el establecimiento de un precio general para la acción ABC.
El orden espontáneo puede asemejarse al caos. En palabras de Hayek, es la clase de orden “cuya justificación en el instante particular puede no ser reconocible, y el cual. . . aparecerá a menudo ininteligible e irracional.” (“Individualismo Verdadero y Falso” en Individualism and Economic Order, 1948) Irónicamente, esta semejanza al caos puede indicar un aspecto de por qué el orden espontáneo es eficiente. Después de todo, las circunstancias cambiantes a las cuales esta clase de orden responde no poseen algún orden lógico o predecible. Así como el piso de la negociación de un mercado de valores no puede funcionar según las reglas de etiqueta de la Srta. Manners, también una sociedad dinámica requiere de instituciones con fluidez.
De hecho, la principal ventaja de un sistema de toma de decisiones descentralizado puede bien ser su capacidad para ajustarse constante y rápidamente a las circunstancias cambiantes. Allí donde la ingeniería social exige un futuro estable y un conocimiento divino del presente, el orden espontáneo reconoce e incorpora la inevitabilidad del cambio y la insuficiencia del conocimiento humano.
Un individuo conoce tanto como es posible conocer sobre sus propias preferencias y actos futuros. Cuanto más lejos usted se mueve del individuo, menos confiables se torna la información—y menos perfectas las consecuencias de la toma de decisiones.
Divergiendo desde un punto común
Hay un sentido en el cual tanto Hayek como Mises basaron sus argumentos para la libertad individual sobre la ignorancia humana. En La Constitución de la Libertad (1960), Hayek reconoce que la necesidad de libertad “descansa principalmente en el reconocimiento de la inevitable ignorancia de todos nosotros en lo referente a muchos de los factores sobre los cuales dependen el logro de nuestros fines y el bienestar.” Irónicamente, los constructivistas emplean en gran medida el mismo argumento para su posición: los seres humanos no son naturalmente perfectos, por lo tanto la sociedad debe ser dirigida y diseñada. Desde un punto de acuerdo común—es decir, la insuficiencia del conocimiento humano—las dos partes alcanzan conclusiones diametricalmente opuestas.
Traducido por Gabriel Gasave
Wendy McElroy es Investigadora Asociada en The Independent Institute y directora de los libros del Instituto, Freedom, Feminism and the State y Liberty for Women: Freedom and Feminism in the Twenty-first Century.

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