domingo, 12 de enero de 2014

Proyecciones macro y sectoriales 2014/2017

Inexplicablemente la campaña electoral no pivoteó en la crisis económica que atraviesa la Argentina desde 2011, pero paradójicamente hoy la economía necesita de capital político. En particular la política económica requiere reformas que permitan eludir una crisis macroeconómica en 2015. Y todas las alternativas son "subóptimas" es decir que requieren pagar costos políticos. La decisión de la Presidenta, si decide seguir al frente de la Nación, es elegir con quién pagarlos. Aquí un resumen de los principales drivers de lo que hay que esperar:
Una breve síntesis de los racionales de la versión de Enero 2014:

• Las causas de la estanflación que atravesamos hace ya dos años son claramente de cabotaje. La economía hoy ya es un pasivo para el Gobierno porque tiende a agotarse la "ilusión monetaria", esa falsa sensación de riqueza que experimentan familias, estado y empresas al iniciarse la inflación. En términos dinámicos, la impericia oficial habilitó una agresiva puja inflacionaria de ingresos a todos los niveles, y hoy toda medida de política económica es "sub-óptima", es decir que tiene un costo económico y político asociado.

• Las expectativas de corto plazo, sin embargo, divergen: al tiempo que se advierte una mejora de los indicadores financieros (riesgo país) y que la confianza del consumidor se mantiene relativamente alta, los indicadores del sector externo se deterioran rápidamente y la inversión en nuevos proyectos está congelada. En rigor, la mejora se inició con la derrota oficial en las PASO y el “volantazo” oficial en cuanto a buscar acuerdos con el FMI, Banco Mundial y Club de París.

• Como preveíamos, desde fines de 2013 se acelera la tasa de devaluación del peso, al tiempo que se verifican un significativos aumentos tarifarios. Hay que esperar, además, mayor proteccionismo y marcado riesgo de afectación de la propiedad privada, al tiempo que comenzarán a verificarse malas señales del mercado laboral.

• Al no haber tampoco un diagnóstico oficial acertado el sistema ajustará por cantidades, y el PBI probablemente caiga ya en 2014, así como también prevemos un complicado 2015, en recesión, y una compleja transición presidencial.

• Pero estimamos que, lejos del patrón de las crisis sistémicas de 1989 y 2011, esta vez la dinámica de la macro -y dada la estructura patrimonial del Estado, de las empresas y de las familias- probablemente habilite el funcionamiento de estabilizadores automáticos del sistema que permitiría eludir una crisis terminal. La descripción de estos estabilizadores, que ya comenzaron a operar, excede esta síntesis.

• Asumiendo eso sí un fin de ciclo político, prevemos un 2016 fuertemente expansivo, pero más por el rebote de la abrupta caída de 2015 que por el hecho de que inmediatamente se ingrese en un círculo virtuoso.

• El sumario de la herencia K va a ser significativo, y por eso aún asumiendo que la nueva administración no va a volver a los paradigmas de los 90s pero sí actuará abiertamente sobre las razones fiscales e institucionales de la crisis argentina, las mejoras se advertirían de a poco y recién dentro de cinco años estarán a la vista los primeros indicadores de solvencia monetaria, fiscal y externa que podrían fundar una nueva plataforma de crecimiento sostenido.
FUENTE: Publicado en http://www.greaves.com.ar/noticias/val/52252/el-rumbo-de-la-macro.html

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