martes, 15 de abril de 2014

LA BIOTECNOLOGÍA PROTAGONISTA DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA DEL PANETA

El desafío es muy grande, empero la ciencia está bien encaminada para dar respuestas, potenciados por los adelantos evidenciados por la biotecnología, la que ya tiene un historial fecundo en éxitos y un futuro más propicio aún.
Por: Aldo Norberto Bonaveri
Con respecto a 40 años atrás, la producción de granos en el mundo ha crecido alrededor del 110%, ello significa un incremento superior al nivel demográfico de la población universal. Dicha evolución se sustenta en base a una serie de factores concurrentes: La aparición contante de nuevas variedades, la multiplicación de la superficie cubierta con riego y la triplicación de uso de fertilizantes; ese combo unido a la aplicación de innovaciones tecnológicas en diferentes áreas dieron lugar a la Revolución Verde.
No obstante tan destacada performance, el stock de excedentes no refleja tal progreso; la explicación está dada en el aumento considerable de la demanda per cápita, la que se viene intensificando sucesivamente, especialmente desde el advenimiento del nuevo milenio, producto de la mejor calidad de vida que están experimentando los países del Asía Pacifico, propulsados básicamente por el crecimiento operado en China e India, las dos más densamente pobladas, advirtiéndose un comportamiento semejante en la región. La misma otrora subalimentada, no sólo requiere más cantidad, sino que también exige superior calidad, fundamento substancial en la revalorización de los productos agropecuarios.
Las estimaciones en la materia están indicando que para el 2050 el planeta podría rondar en 9.500 millones de habitantes, lo que sumado a la tendencia antes explicada, nos está proyectando para entonces un aumento del 70% en la demanda de cereales y oleaginosos (estimaciones consensuadas en 2010); situación que además de la industrialización de los mismos, se debe considerar la creciente utilización para la elaboración de piensos para engorde de ganado, habida cuenta que el acrecentamiento del consumo de carnes también está pronosticado.
El contexto nos está revelando que la superficie de tierras disponibles para incorporar a la agricultura es limitada; al respecto sólo se advierte algún potencial en África y América del Sur, razón por la cual los próximos incrementos en la producción de alimentos primordialmente deberán proceder de extensiones en uso, lo que habla a las claras de será menester optimizar la productividad de esos suelos.
De cualquier evaluación del cuadro de situación, no se puede soslayar que la mayoría de los 900 millones de personas hambrientas del planeta viven en tierras marginales y, dependen de la agricultura para su subsistencia. Correspondiendo señalar que las almas más expuestas a incertidumbre alimentaria, moran en zonas rurales de más alto riesgo, enfrentándose con frecuentes escenarios de sequías, suelos degradados, u otras contingencias desfavorables. En consecuencia para el grueso de ellas, la seguridad alimentaria dependerá exclusivamente del aumento de los rendimientos y los ingresos.
Inexorablemente las soluciones llegarán a través de la ciencia, que para cumplir su cometido requiere de cuantiosas inversiones; al mismo tiempo de poner énfasis en la preservación de los recursos para amplificar la productividad y disminuir los riesgos en las tierras marginales. Si bien determinadas dificultades que se generan en estos ambientes son de compleja solución, nuevas tecnologías específicas están apuntadas a morigerar su problemática.
Sin duda el desafío es muy grande, empero la ciencia está bien encaminada para dar respuestas, tal como lo vienen demostrando los resultados antes mencionados, potenciados por los adelantos evidenciados por la biotecnología, la que ya tiene un historial fecundo en éxitos y un futuro más propicio aún.
Desde la aparición de los cultivos transgénicos ha sido posible aumentar la producción de alimentos, sólo basta mencionar que añadió a la producción global 120 millones de toneladas de soja y 210 millones de toneladas de maíz.
Simultáneamente ha repercutido en una reducción de uso de agroquímicos por tonelada producida. Pese a campañas difamatorias que a la postre desinforman, los cultivos resistentes a glifosato, significaron una reducción en la cantidad total aplicada de herbicidas de mayor toxicidad y, por ende de más impacto ambiental. Por otra parte, la resistencia a determinados insectos, conlleva a disminuir la cantidad de pesticidas, lográndose un control específico y selectivo.
Así mismo la implantación de organismos genéticamente modificados, acompañados por la siembra directa, redunda en efectuar menos labranzas, reduciendo así la cantidad de combustibles a utilizar, logrando paralelamente un mayor aprovechamiento de la humedad del suelo.
La adopción de la biotecnología ha operado positivamente en la economía de los países que la implementan. En el caso específico de Argentina, se estima un beneficio bruto acumulado en 16 años que supera los 76.000 millones de dólares, favoreciendo directamente a agricultores, el Estado Nacional y a las empresas proveedoras de eventos biotecnológicos, e indirectamente a múltiples sectores que se desarrollan como consecuencia de nuevas oportunidades.
El proceso no se detiene, para esta campaña en Argentina ya está disponible la nueva generación de soja RR2, con tres eventos biotecnológicos apilados, con doble resistencia al glifosato y a insectos lepidópteros. Correspondiendo mencionar que en diciembre de 2013, la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria “CONABIA” aprobó la “soja DAS-444O6-6”, resistente a los agroquímicos glifosato, glufosinato de amonio y 2-4-D.
Según los programas avanzados, en nuestro país hay en cartera para futuras aprobaciones: cuatro maíces, dos sojas más y 1 algodón, sin descartar que se agregue una variedad de caña de azúcar, que está desarrollando El INTA es su estación experimental de Obispo Colombres.
Con diferentes características y la inclusión de otras especies ensayadas, en el mundo existe actualmente un número significativo de proyectos que serán realidad en corto plazo. Al respecto se está trabajando en tolerancia a sequía, calor, salinidad, inundaciones, frío y heladas, resistencia de amplio espectro en insectos, hongos, virus y bacterias, etc.
El mundo aboga por la seguridad alimentaria, la biotecnología está llamada a ejercer el rol protagónico para lograrla.
ENVIADO POR SU AUTOR  http://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=5179#LiCpbWso616bs3fI.99

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