sábado, 14 de junio de 2014

Los buitres nos tienen contra el arco

ImageEl lunes, la Corte Suprema de Estados Unidos determinará si la Argentina cae en un nuevo default. El patrimonio de muchos argentinos depende de esta decisión y, en términos futbolísticos, el Gobierno espera un gol a último momento.
Por Federico Tessore
Todos esperábamos una decisión el jueves pasado. Pero parece que los jueces de la Corte estadounidense querían ver los primeros partidos del Mundial para decidir si mandaban a Argentina al default o no.
¿Cómo llegamos a esta decisión de depender de la decisión de siete señores?
Bueno, es una historia larga. Lo concreto es que nuestros políticos de la década del 90 gastaban mucho más de lo que tenían, entonces tomaron deuda en forma indiscriminada por muchos años. Esa deuda finalmente la dejaron de pagar. Después vinieron otros políticos, similares pero distintos, que decidieron renegociar la deuda impaga.
Lo hicieron con la mayoría de los bonistas, pero no pudieron hacerlo con algunos fondos profesionales de la deuda en default, llamados fondos buitres. Esos fondos no quedaron conformes con la propuesta y se quedaron con los bonos originales a la espera de que el Gobierno negocie con ellos nuevamente.
Pero el discurso de barricada de nuestro ex presidente Néstor Kirchner impidió que se sentara con estos señores. Y finalmente, ellos decidieron recurrir a la Justicia estadounidense para hacer valer sus derechos. ¿Por qué la Justicia estadounidense?
Bueno, porque los políticos de la década del 90 incluyeron en la cláusula de los bonos que emitieron en esa época que la Justicia estadounidense, y no la argentina, iba a resolver los conflictos. Se ve que los inversores internacionales no confían mucho en lo de aquí.
El juicio de los buitres avanzó y terminó topándose con el juez Thomas Griesa, que terminó agarrando un cierto odio hacia nosotros. No lo culpo, los políticos argentinos le dijeron de todo al juez y aplicaron su "viveza criolla" al máximo. Y la "viveza criolla" no está bien vista en Estados Unidos.
Unos meses atrás, el juez Griesa decidió que los buitres tenían razón y que la Argentina tenía que pagarles en forma urgente. Inclusive, comenzó a buscar activos del Gobierno en el exterior para embargar. Pero el Gobierno apeló en varias instancias y el caso terminó en la última instancia que puede haber en Estados Unidos, la Corte Suprema de Justicia.
En conclusión, hoy, después de todo este largo proceso, y luego de años de no darle importancia al tema, y haciendo metáforas futbolísticas, nos tienen contra el arco, vamos perdiendo y esperamos un gol de mitad de cancha a último momento.
La Corte Suprema no suelte tomar estos casos, pero la presión del Gobierno argentino y estadounidense es muy fuerte. Y ahora hay esperanzas de que la Corte pueda demorar la decisión un año más.
La estrategia del Gobierno siempre es tirar la pelota para adelante y que el que venga después se arregle....
El gran problema de todo este asunto es que en realidad la Argentina tiene plata para pagar sus deudas impagas. Y me animo a decírselo, porque sé que ningún miembro de la Corte Suprema de Estados Unidos lee Inversor Global, porque si nos escuchan estamos condenados.
¿No me cree que no tenemos plata?
Mire la investigación que el diario La Nación publicó el último jueves:
La Legislatura de la provincia de Buenos Aires es probablemente uno de los mayores símbolos de la utilización de una institución como caja política. Maneja un presupuesto de 2191 millones de pesos al año, lo que significa que cada legislador bonaerense representa una erogación de 16 millones por año.
A esos montos se llegó luego de que en trámites a libro cerrado ambas cámaras aprobaran para este año un aumento de gastos en torno al 30% respecto de 2013.
Dentro de este millonario presupuesto se incluyen los montos de entre 235.000 y 500.000 pesos al año que puede entregar cada legislador en becas y subsidios, prácticamente sin controles efectivos y con la posibilidad de solventar de allí favores y pagos políticos.
También es importante la cifra de la que disponen para nombramientos de empleados, que oscila entre 160.000 y 240.000 pesos mensuales.
Esto hace que tanto el Senado como la Cámara de Diputados sean destinos muy codiciados políticamente, al punto de que muchos de sus miembros tienen décadas en sus bancas.
La magnitud de esos beneficios ha logrado que, independientemente del partido o bloque al que pertenezca el legislador, prevalezcan la defensa corporativa y los acuerdos legislativos por sobre los intentos de reforma y las demandas de transparencia.
Leyó bien, cada legislador provincial termina teniendo un presupuesto de entre 500.000 y 700.000 mensuales para gastar como quiera. En realidad, estos legisladores tienen un sueldo de aproximadamente 30.000 por mes, ¿pero usted se cree que realmente se llevan esto a sus bolsillos?
Tienen un presupuesto millonario para no hacer nada. Por eso todos se mueren por ser legisladores provinciales e inclusive varios se las arreglan para ser legisladores por décadas cambiándose de partido y perpetuándose en el poder indefinidamente. ¿Fanáticos y desinteresados por nuestro país? No... políticos profesionales que viven de nuestro dinero.
Por supuesto que esto es solo una muestra pequeña de cómo gastamos nuestro dinero. La semana pasada en la nota Nos sacamos la careta ministro Kicillof vimos cómo gastamos otra parte. Todos estos gastos de los funcionarios, sumados a programas de lujo como el Fútbol para Todos o el mantenimiento anual de Aerolíneas Argentinas, la quebrada Universidad de las Madres o los millones que gastan en publicidad, son otros de los usos que hacen nuestros políticos con nuestro dinero.
El juez Griesa se dio cuenta de esto, esperemos que la Corte Suprema de Estados Unidos mire para otro lado. Si no, estamos complicados...
Y mientras esto ocurre, los diarios argentinos nos siguen divirtiendo con sus historias de la "fantasía" de nuestros funcionarios. Políticos que están tratando de aprovechar al máximo el último año y medio que les queda para enriquecerse y encontrarle la vuelta para mantener el poder durante el próximo mandato.
Además de enojarnos o divertirnos con lo que pasa en la Argentina, ¿podemos hacer algo más?
Sí, no tengo duda. En Inversor Global somos grandes críticos de estos funcionarios profesionales que nos condenan al fracaso, pero por otro lado somos grandes promotores de la idea de que el mundo es una oportunidad para todos, sin importar en qué país vivamos. Por eso, desde la Argentina, y a pesar de nuestros políticos, es posible construir nuestro futuro financiero.
FUENTE: PUBLICADO EN Inversor Global - Newsletter semanal - Enviado por mail

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