viernes, 13 de junio de 2014

TASAS DE INTERÉS: OTRA VEZ LA MULA AL TRIGO.

Breve descripción de los dichos y de los hechos
Por: Héctor Blas Trillo
Nuestras beneméritas autoridades nacionales han decidido volver a las andadas. Desde el Banco Central se le ha puesto tope a las tasas de interés de los créditos al tiempo que se frenaron las subas de las comisiones bancarias.
La intención, se informa, es la de reactivar el crédito, que al parecer se ha estancado por la suba de las tasas de interés.
El ministro Capitanich ha afirmado en varias oportunidades que las tasas de interés que rigen hoy por hoy son “usurarias” y se refirió en particular a las que cobran las tarjetas de crédito por la financiación.
En enero pasado, el Banco Central decidió subir las tasas de interés y colocar letras hasta un 30% con el triple objetivo de secar la plaza de pesos, frenar el alza de la tasa de inflación y detener la suba del dólar.
A esto se agregó la devaluación de un 30%, cuestión que admitió el presidente del Banco Central haberla hecho para adecuar los valores a la realidad. Sin embargo, tanto el ministro de economía como la propia primera mandataria se cansaron de acusar a empresarios “destituyentes” y a banqueros (no de los bancos oficiales, claro está)
ANÁLISIS CASERO Y PARA TODO EL MUNDO
Si el Banco Central subió las tasas de interés persiguiendo los objetivos mencionados, resulta obvio que también subirán las tasas de interés de toda la economía. También resulta obvio que las tasas altas desalientan el crédito, y que una plaza “seca” de pesos desalienta la demanda de bienes y servicios. Nada que no se sepa.
Altas tasas, , ahorro en pesos, crédito caro, bajo consumo. Dólar quieto.
¡Ese fue el plan!
RECUERDOS DE UN PASADO DEMASIADO CERCANO
¿Cuántas veces la Señora y sus ministros han dicho que hay que fomentar el crédito para la producción y no para el consumo? ¿Cuántas veces se han otorgado líneas de crédito con esa finalidad, aunque nunca hayan pasado de los anuncios y unas poquísimas operaciones? Sin embargo, ahora preocupan las tasas altas de las tarjetas de crédito, es decir, del crédito para consumo ¿No es por lo menos una inmensa contradicción?
TODO LO QUE NOS SALE MAL, ES CULPA DE OTROS
Cuando en diciembre se estableció el insólito impuesto a los “autos de alta gama”, se buscó que bajara la demanda de esos vehículos porque ello implicaba que el Banco Central debiera suministrar dólares al cambio oficial a los importadores. Y el dólar era muy barato. Una de las principales razones de que se vendieran tantos autos.
Claro, el efecto en el mercado automotor se produjo, aunque fue bastante más dramático de lo esperado por nuestros beneméritos funcionarios. Ocurre que en la operatoria a escala los autos más económicos suelen tener menor margen de ganancia, cosa que se compensa con las ventas de autos más caros. Pero si éstas últimas se paralizan como consecuencia de un absurdo impuesto, hay que reforzar los márgenes de los autos económicos. Por lo tanto, todos suben su precio y el mercado se paraliza.
Pero, si bien no se buscaba paralizar todo, sí se buscaba paralizar parte. Y no se escuchó a empresarios como por ejemplo Cristiano Ratazzi que en varias oportunidades hizo referencia a esta cuestión a fines del año anterior.
Cuando se decidió que todos quienes quisieran importar algo debían pedir permiso, se lo hizo para bajar las importaciones y no gastar tantos dólares baratos en ellas. Pero bajar las importaciones equivale también a paralizar la producción de bienes con insumos importados.
Se logró el efecto esperado ¿o no?
Cuando se trabaron las exportaciones con el ánimo populista de “garantizar la mesa de los argentinos” se logró, pero nos quedamos sin trigo y hoy casi no exportamos y tenemos el pan más caro de América. Otro logro, la “mesa de los argentinos” parece que está garantizada. Claro, a algún precio siempre alguien puede garantizar que el mercado será abastecido.
Estos son algunos ejemplos, hay muchos más. En todos ellos la culpa ha sido de otros. De las empresas automotrices, de los productores de trigo, de los exportadores que venden demasiado, de los importadores que hacen stock previendo devaluaciones, etc.
Y AHORA LAS TASAS DE INTERÉS
Subir las tasas de interés provoca retracción de la demanda, e inclusive de la oferta, si los fabricantes deben financiarse en el sistema bancario. O sea, recesión.
Los préstamos ahora costarán menos, pero los prestamistas se asegurarán más a quién le prestan, porque el riesgo es mayor. Más gente podrá endeudarse si es más barato, y más gente podrá luego no poder pagar. Los incobrables forman siempre parte de la ecuación.
El paso siguiente, también conocido de memoria, será obligar a prestar ¿no?
LOS BANCOS GANARON DEMASIADO
El discurso recurrente del ministro de economía es ese: los bancos ganaron mucha plata con la devaluación. Exactamente un 167%, sí.
Pero ganaron todo ese dinero porque tenían en sus carteras grandes cantidades de bonos nominados en dólares emitidos por el Estado. Porque parece ser que el ministro prefiere ignorar (desde ya que no lo ignora) que el gran tomador de préstamos es el Estado. Y los bancos hacen sus grandes diferencias justamente con los bonos del Estado. En dólares y en pesos. Las Lebacs vienen pagando tasas cercanas al 30%
LAS TASAS “USURARIAS”
Las reiteradísimas referencias a las tasas de interés que cobran las tarjetas de crédito llevan siempre el primer lugar en la búsqueda de explicaciones de lo que se explica solo, para justificar medidas intervencionistas cuyo daño a producir es evidente.
Si observamos las tasas que cobran algunos bancos y entidades financieras por los préstamos que otorgan podremos ver que muy pocas están por debajo del 50% anual, incluyendo las tasas que cobran algunos bancos oficiales, como el Nación.
Pero estas tasas están referidas a préstamos con monto y fecha cierta de vencimiento. Es decir, no estamos hablando de lo que se llama “descubierto en cuenta corriente”, por ejemplo, que cobra tasas mucho más elevadas por la sencilla razón de que la disposición de fondos a prestar es inmediata, y si el tomador toma menos dinero, la entidad se queda con él. Las entidades tienen que reservar fondos para afrontar descubiertos, y nunca saben exactamente cuántos serán ni por cuánto tiempo.
Algo parecido ocurre con las tarjetas de crédito. Sólo cuando al vencimiento el cliente paga “el mínimo” la entidad financiera se entera. Claro que hay estudios estadísticos y se conoce más o menos el comportamiento general. Más o menos el 20% del consumo con plásticos se financia.
Al final de este comentario pasamos un link donde pueden verse las tasas de los préstamos personales de varias entidades.
¿LAS TASAS NO SE REGULAN SOLAS?
Cuando las tasas de interés son muy altas la gente no toma créditos, que es lo que está pasando ahora. Y si la gente no toma créditos, como está demostrado y además es la razón por la que el Banco Central sale a poner un techo, ¿por qué no bajan solas?
En otras palabras: ¿el negocio de las entidades financieras es no prestar dinero?
Cuando el presidente del Banco Central subió las tasas en enero, hizo que ese mismo Banco Central tomara dinero a tales tasas. Esa fue la forma práctica de subirlas. Para decirlo en forma casi vulgar: yo necesito plata y vos me la prestás al (supongamos) el 20%. Y yo te digo “no, mejor prestámela al 30%” ¿No es absurdo, si lo analizamos desde el punto de vista de cualquiera de nosotros? Y si el Central sube las tasas a propósito y paga más caro el dinero que toma, ¿por qué razón aplica el razonamiento inverso con los demás bancos y los obliga a BAJAR las tasas?
FIRMAMOS EL EMPATE
Durante años la política seguida por el gobierno del matrimonio Kirchner fue la de elevar artificialmente el valor del dólar para hacerlo “competitivo”. El artilugio consistía en comprar dólares caros, emitiendo moneda, para luego cobrar impuestos a las exportaciones y afirmar que teníamos superávit fiscal primario. Tener una “dólar competitivo” de manera artificial es lo mismo que afirmar que como no somos competitivos ni lo seremos, tenemos que recurrir a una pequeña trampita. Hasta que, como era de prever, la cosa se acabó. Y se acabó bastante mal. Por eso se puso un “cepo cambiario” que sólo sirvió para generar bronca y frenar aún más las poquísimas inversiones.
Ahora mismo, como el gasto público es elevadísimo, la emisión de moneda sin respaldo no para. Y por eso la moneda pierde valor y por eso el presidente del Banco Central se ve obligado a subir las tasas, lo cual lo lleva a emitir más moneda para pagar los altos intereses que se compromete a pagar. Y así siguiendo en una rueda infernal, una inmensa bola de nieve que crece día a día. Para colmo, cada vez que habla la presidenta por la cadena nacional, anuncia una nueva andanada de gasto público. Y si fuera gasto valioso socialmente, vaya y pase. Pero no, el gasto puede ser cualquier cosa, como vemos en estos días.
Subir las tasas para frenar la demanda de bienes y servicios. Poner cepo al dólar para frenar la salida de divisas (incluyendo la prohibición de ahorrar en moneda extranjera, total o relativa). Cerrar importaciones para no gastar dólares. Poner impuesto a los autos. Todo, absolutamente todo, conduce a la retracción de la demanda y a la recesión.
Entonces salen los ministros a buscar culpables, piden a las automotrices que bajen los precios, prohíben las tasas de interés que fija el mercado, anuncian más y más controles de precios.
Iniciamos este apartado con el título de “Firmamos el empate”. Nos conformamos con perder pero no por goleada.
OTRA VEZ LA BURRA AL TRIGO
La medida de controlar las tasas de interés equivale a la de controlar los precios, o la de controlar el tipo de cambio.
La idea de controlar equivale a la de fijar, de poner un techo para que no sigan subiendo. O para bajarlas artificialmente.
Es reconocer que no queremos que valga lo que vale algo. Y las cosas valen lo que la gente está dispuesta a pagar por ellas. Si se fija un precio menor, se producen distorsiones (exceso de demanda, escasez, mercado negro o “blue”)
El final es inexorable. El crédito se reducirá a personas con capacidad de pago que no ofrezcan mayores riesgos para los bancos. Y el Banco Central no podrá bajar las tasas porque se le disparará la inflación. Nada nuevo bajo el Sol.
ENVIADO POR PREGON AGROPECUARIO  http://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=5376#qg60SDDxDTL9cGHr.99

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ARCHIVOS DE TEMAS DEL BLOG

Buscar articulos