sábado, 24 de enero de 2015

Chivos expiatorios

Por el Dr. Anibal Hardy
Siguiendo la antigua tradición judía -que hoy es la nuestra- el de 18 enero, día del fallecimiento del Fiscal especial Alberto Nisman debería figurar como el día del chivo expiatorio argentino o el día nacional de la hipocresía. 
Cuentan, que el pueblo de Israel tenía por ritual el sacrificar dos chivos cada tanto. Uno era ofrendado a Yahvé; el otro, en cambio, cargado simbólicamente con todas las culpas del pueblo judío, era insultado, apedreado y abandonado en el desierto a su suerte y a la del demonio Azazel. Dicha práctica colectiva supuestamente purificaba a la sociedad toda por los actos deshonrosos cometidos en su seno por los individuos. Así, a través de este sencillo y económico acto, el chivo expiaba de culpas a los hombres restituyéndoles, mágicamente, la autoridad moral propia de la conciencia transparente que no tendrá nada de qué reprocharse. Como el chivo hacía bien su trabajo, era conveniente, siempre, tener a mano por lo menos uno. Aunque es muy difícil probarlo, es casi seguro que los más entusiastas profesantes de este ritual no eran, precisamente, los que cargaban con menos culpas sino, más bien, los que “debían a cada santo una vela”.
En el caso Nisman, esto es así a partir de la caravana de adjetivos descalificativos provenientes en todo el arco político del oficialismo y del periodismo obsecuente al gobierno. La primera piedra fue lanzada contra el fiscal, a partir de su denuncia contra la presidente y otros altos funcionarios, por una posible connivencia entre el gobierno de Argentina e Irán, con el objeto de dejar impune el atentado a la AMIA. Que el fiscal se las haya merecido en vida o no es otro tema; pero, otro tema es también: ¿“quién arroja la primera piedra”? ¿Acaso están “libres de pecado” los que ocupan la Casa Rosada, la Secretaría de Inteligencia, la Policía Federal, los iraníes, el Poder Judicial,…? 
La Casa Rosada, la mas perjudicada con esta muerte resume su posición diciendo que detrás de la muerte de Nisman “hay un mensaje mafioso y el Consejo Nacional Justicialista dice que existe un intento desestabilizador” Iran, por su parte dice que no tiene nada que ver. Los Servicios de Inteligencia dicen que el gobierno manipuló la información de inteligencia para su conveniencia, dividiendola y que el gobierno término siendo condicionado por un sector de ellos. Hoy acusan Diego Lagomarsino, el colaborador directo de Nisman que le entregó el arma calibre 22 con el que se produjo el disparo que lo mató. 
El caso Nisman sigue en una gran la nebulosa… pero algo es seguro: la crisis moral y económica que padecen los argentinos no se resolverá insultando y apedreando a chivos expiatorios. Acaso, el pobre animal, es el único que asume la culpa, más no el único culpable. Esperemos que llegue el día en que en la Argentina, la hipocresía dejará de ser el deporte nacional.
Abogado - Desde Formosa

ENVIADO POR SU AUTOR 

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