viernes, 13 de marzo de 2015

No hay libertad política sin libertad económica

Por Patrick Barron
¿Podemos tener libertad política sin tener primero libertad económica? ¿Está predeterminada la forma de gobierno por la forma de organización económica? A primera vista parece ser evidente lo contrario, es decir, que nuestra forma de gobierno determina todo lo demás, incluyendo nuestra estructura económica. Pero Mises indica otra cosa. En La acción humana (página 283 de la edición escolar del Instituto Mises), Mises explica (las cursivas son mías):
La libertad, tal y como la disfruta la gente en los países democráticos de la civilización occidental en los años del triunfo del antiguo liberalismo, no fue el producto de constituciones, declaraciones de derechos, leyes y estatutos. Esos documentos solo pretendían defender la libertad, firmemente establecida por el funcionamiento de laeconomía de mercado, contra la intrusión de los cargos públicos.
Igualmente, en La ley, de Frédéric Bastiat (página 49 de la edición del Instituto Mises), Frédéric Bastiat tiene esto que decir (las cursivas son también mías):
La economía política precede a la política: la primera tiene que descubrir si los intereses humanos son armoniosos o antagónicos, un hecho que debe resolverse antes de que la segunda pueda determinar las prerrogativas del gobierno.
La libertad económica es el fundamento de toda libertad
Estas ideas nos indican que los intentos de aprobar leyes (o incluso enmiendas constitucionales) para garantizar nuestra libertad política, serán inútiles mientras nuestra libertad económica continúe estando usurpada por el gobierno. En otras palabras, el gobierno limitado se desvanecerá ante el estado regulatorio moderno y ninguna ley puede protegernos de sus privaciones. La economía no solo se impone a la política: determina su misma forma.
La causa raíz de las intervenciones económicas es la creencia errónea de que el gobierno puede mejorar nuestras vidas tomando decisiones económicas por nosotros. Como expliqué en un ensayo anterior, por su misma naturaleza, las intervenciones económicas del gobierno son coactivas por naturaleza. La cooperación voluntaria en el mercado, por otro lado, solo requiere acceso a una justicia penal honrada para hacer cumplir los contratos y proteger los derechos de propiedad.
Las órdenes del gobierno requieren coacción de este para su cumplimiento, incluyendo, por ejemplo, la orden de que todos contribuyan a la Seguridad Social pública y los programas de Medicare. Mientras que la gente no necesita ninguna orden del gobierno para comprar ninguno de la amplia gama de productos de planes de pensiones y seguros sanitarios disponibles en el mercado, el gobierno debe obligarnos a participar en sus planes de Seguridad Social y Medicare.
En ausencia de órdenes, pocos participarían, porque muchos entienden que estos programas son transferencias de impuestos con graves defectos (una especie de esquemas de Ponzi) presentados como planes de jubilación y atención sanitaria. No hay activos reales que produzcan beneficios con los cuales pagar las distribuciones de los planes, solamente la promesa del gobierno de que continuará obligando a otros a pagarte en el futuro como te obliga a pagar a otros en el presente.
Estos programas deben mantenerse mediante el poder policial del estado y lo que puede parecer una aceptación extendida de las órdenes de Seguridad Social y Medicare es realmente el apoyo vociferante de los que recibes prestaciones. Entretanto, los contribuyentes que entienden la realidad del programa continúan pagando para no ir a la cárcel.
La regulación económica requiere coacción
Cuanto más se entromete el gobierno en la esfera económica (que no debería requerir ninguna regulación en absoluto, ya que es completamente voluntaria), más poder policial se necesita para obligarnos a cumplir. Todas las instituciones del gobierno poseen enormes mecanismos de cumplimiento que no solo pueden confiscar nuestra propiedad sino eliminar nuestra libertad. La Occupational Safety and Health Administration (OSHA) es poco más que un institución de extorsión apoyada por el gobierno, que encuentra nebulosas violaciones de seguridad e higiene en el lugar de trabajo que aparentemente no preocupan a los propios trabajadores, que no han sido encadenados a sus máquinas desde hace bastante tiempo.
La Environmental Protection Agency (EPA) clausura negocios y amenaza a sectores enteros por violaciones de estándares medioambientales arbitrariamente establecidos que preocupan poco a la gente afectada- Las emisiones de chimeneas y similares son asuntos medioambientales locales para los cuales cabría esperar una amplia variedad de estándares en toda la nación. Indudablemente, la gente empleada por las gigantescas acerías de Gary, Indiana, toleran emisiones de chimeneas que los residentes de Beverly Hills considerarían inaceptables. Estos estándares arbitrarios de la EPA están privando a los estadounidenses de la oportunidad de trabajar en empleos mejor pagados: su libertad de tolerar más polución para disfrutar de un nivel más alto de vida se ha visto usurpado por el gobierno.
Hablando de empleos, simplemente tratad de practicar alguna profesión que requiera una licencia emitida por el gobierno, incluso si a quienes usan vuestro servicio no les importa si la tenéis o no. Mejor aún, emplead a alguien que esté dispuesto a trabajar por un salario por debajo el mínimo prescrito o sin atención sanitario o permisos familiares. El poder policial del estado caerá sobre vosotros, aunque no haya discusión entre vosotros y vuestro empleado. ¿Queréis reclamar muebles abandonados, arreglarlos y venderlos en vuestra casa? Mejor que no tratéis de hacerlo sin una licencia de negocio y un escaparate en una zona que esté debidamente urbanizada. ¿Queréis contratar “unhombre capacitado” para levantar cosas pesadas en vuestro negocio? ¡Uh, oh! La política de discriminación os pondrá en vuestro lugar, que puede ser una celda si no pagáis su multa.
Ningún gobierno verdaderamente limitado puede llevar a cabo estas funciones de policía, así que esperar un gobierno limitado en un mundo en que sean comunes esas regulaciones cae dentro de la categoría de una disonancia cognitiva. En términos sencillos, simplemente nos estamos engañando pensando que somos un pueblo verdaderamente libre con un gobierno subordinado a nuestros deseos y que existe principalmente para proteger nuestra vida, libertad y propiedad. Tened esto en cuenta la próxima vez que oigáis que se ha propuesto o implantado una nueva regulación económica. Con estas regulaciones viene siempre un gobierno más poderoso y coactivo.
FUENTE: http://www.miseshispano.org/2015/03/no-hay-libertad-politica-sin-libertad-economica/ 
 DESDE MISES HISPANO

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