jueves, 16 de abril de 2015

NO, NO ES NORMAL

Organizaciones de tinte claramente fascista multiplican sus adherentes que son sostenidos por dineros públicos. Se intenta copar la justicia, la fiscalía, la Corte Suprema. Se ocultan o se incendian las verdades.
Por: Héctor Blas Trillo
En esta Argentina de comienzos del siglo XXI nos hemos acostumbrado a vivir como normales las cuestiones más anormales. Es lamentable pero es así, y no solamente lo es desde que el kirchnerismo está en el poder, aunque es cierto que se ha agravado considerablemente la situación.

Podemos hacer un repaso a vuelapluma, para más o menos dejar sentado a qué nos referimos.
No es normal que rija un cepo cambiario que impide comprar y vender libremente la moneda extranjera.
No es normal que la compra de moneda extranjera o los gastos en el exterior estén sujetos a percepciones de un impuesto que debe aplicarse a las ganancias y no a los gastos y al ahorro.
No es normal que de manera sibilina la AFIP autorice o no a cualquier hijo de vecino a comprar moneda extranjera, decidiendo si tal persona tiene o no "capacidad de compra" cuando es obvio que si va a comprar es porque la tiene.
No es normal que la actividad económica minorista se maneje con tablas de "precios cuidados" con la pretensión de frenar la inflación mediante el control de los precios.
No es normal que se haya sancionado una ley de abastecimiento que permite a los funcionarios auscultar en todo lo que tenga que ver con el manejo económico y financiero de cualquier empresa
No es normal que una persona que entre enero y agosto de 2013 no hubiera ganado más de 15.000 pesos brutos, quede librada del impuesto a las ganancias aunque hoy por hoy gane incluso un millón de dólares mensuales.
No es normal que nadie pueda comprar más del equivalente de 2000 dólares porque la AFIP pone ese tope, pese a que reconozca capacidad de compra.
No es normal que para importar lo que sea, pagando los impuestos que correspondan, haya que pedir autorización al gobierno mediante las famosas DJAI (declaraciones juradas anticipadas de importación)
No es normal que se impongan restricciones y hasta prohibiciones a las exportaciones
No es normal que casi 15 millones de personas reciban en forma directa alguna forma de subsidio porque de lo contrario no tendrían ni para comer.
No es normal que los impuestos a las ganancias y a los activos no actualicen los montos mínimos o las deducciones en algunos casos dese hace más de 20 años. Y en otros desde hace 16 años.
No es normal que el monto a partir del cual se paga el impuesto a los activos llamado "sobre bienes personales" sea de escasos 30.000 dólares.
No es normal que el Banco Central haya entregado al Tesoro Nacional más de 60.000 millones de dólares para que éste pague entre otras cosas la deuda externa, dejando en el activo del Banco simples notas deuda a 10 años lisa y llanamente impagables.
No es normal que la coparticipación federal se haya convertido en una fantochada porque el Poder Ejecutivo Nacional maneja los fondos a discreción.
No es normal que la Argentina haya perdido mercados trigueros y cárnicos por no tener suficiente producción debido a las restricciones impuestas por el gobierno.
No es normal que nadie pueda vender o comprar dólares legalmente a un vecino, por ejemplo, porque tal hecho está prohibido por la ley penal cambiaria.
No es normal que la gente tenga miedo de ahorrar en pesos porque le pagan tasas de interés negativas y pierde sus ahorros.
No es normal que el gasto público siga creciendo y se financie con emisión de moneda como si tal cosa.
No es normal que se anuncien una y otra vez nuevos planes de ayuda para atender cada vez a más personas que no tienen inserción laboral.
No es normal que se confisquen empresas o fondos de pensión, tal como ocurrió con Repsol, con Aguas Argentinas o con las AFJP.
No es normal que la AFIP se utilice para hacer política, como ha ocurrido en su momento con el grupo Clarín y más recientemente con Despegar.com
No es normal que no se respeten los contratos.
No es normal que no se respeten los fallos, ni nacionales ni extranjeros.
No es normal que una persona con un ingreso bruto mensual hasta $ 4.000 pague impuesto bajo la forma de monotributo.
No es normal que cerca de 6 millones de jubilados cobren menos que el salario mínimo.
No es normal que existan decenas de "regímenes de información" fiscal para que los contribuyentes acerquen a la AFIP todo tipo de detalles sobre su operatoria y sus vinculaciones con terceros.
No es normal que al llegar Ezeiza la gente pierda horas para que le revisen hasta lo más profundo de sus bolsillos para ver si trae un teléfono celular o una tableta.
No es normal que en pocos años nos hayamos quedado sin abastecimiento de petróleo y combustibles y debamos importar hasta 15.000 millones de dólares por año por falta de inversiones.
No es normal que se haya hecho un acuerdo secreto con la norteamericana Chevron para lograr algunos dólares en Vaca Muerta.
No es normal que un ministro de economía diga en televisión que si quiere hace quebrar a la firma Techint.
Hasta aquí, aspectos que tienen relación directa con la marcha de la economía. Veamos algunos otros aspectos de la vida cotidiana.
No es normal que las escuelas sean utilizadas para que los chicos vayan a comer esencialmente.
No es normal que prácticamente nunca se inicie el año escolar con normalidad.
No es normal que el país esté lleno de feriados, incluyendo los insólitos feriados "puente".
No es normal que la gente deba vivir encerrada en sus casas, enrejada, con todo tipo de cuidados para entrar y salir, con perros, con alarmas, con redes de vecinos para autoprotegerse, mientras los delincuentes salen libres en pocos meses en la mayoría de los casos.
No es normal que no pueda al menos cortarse el flujo de armas que ingresan al país desde países fronterizos, especialmente del Paraguay.
No es normal que las villas de emergencia se multipliquen del modo en que lo hacen.
No es normal que no se practiquen redadas, allanamientos o como se llamen sobre lugares donde se sabe a ciencia cierta que pululan las drogas y las armas.
No es normal que veamos casi cotidianamente por televisión cómo se vende droga en todas partes y la policía no lo sepa o no haga nada luego de enterarse.
No es normal que mientras aumenta y se profundiza el narcolavado y las redes de narcotraficantes, el gobierno siga como si tal cosa prorrogando un ominoso blanqueo de capitales.
No es normal que las escuelas públicas se encuentren en muchísimos casos absolutamente degradadas, sin infraestructura y sin las herramientas necesarias en materia pedagógica para una educación moderna y de calidad.
No es normal que proliferen bingos, prodes, casinos, lotos, quinielas y timbas varias en todas partes.
No es normal que un ex represor, jefe de espías del ejército, esté al frente de esa arma.
No es normal que un fiscal que denunció a la presidenta aparezca muerto y a las pocas horas la propia presidenta lo trate de homosexual, y su jefe de gabinete dedique casi todas las mañanas a insultarlo mientras la Justicia no tiene la menor idea de qué pasó y no parece que vaya a tenerla.
No es normal que un gobierno dedique recursos, cadenas nacionales, discursos y dinero a atacar a medios periodísticos que no le son afines.
No es normal que el canal de televisión del Estado dedique todo el presupuesto del Estado a hacer propaganda a favor del gobierno al mejor estilo del fascismo.
No es normal que el gobierno haya estatizado el fútbol por televisión y destine fortunas en propaganda política a su favor mientras vemos en televisión crecer las villas y morir a los chicos por desnutrición.
No es normal que la presidenta de la Nación afirme que ha hecho dinero por ser "abogada exitosa" cuando todo el mundo sabe que eso no es cierto.
No es normal haber tenido un jefe de gabinete que rompe un diario ante las cámaras tratándolo de mentiroso, y que horas después se sepa que tal diario decía la verdad, sin que a nadie se le mueva un pelo.
No es normal que la oposición política no salga a decir qué piensa hacer para corregir toda esta barbarie.
No es normal que causas tales como "Sueños Compartidos", la valija de Antonini Wilson o Ciccone duerman el sueño de los justos.
No es normal que un tal Báez ni siquiera haya sido indagado.
No es normal que el Congreso se haya convertido en una escribanía del Poder Ejecutivo.
No es normal que se haya pactado con Irán a escondidas de la ciudadanía, y que cuando un periodista descubrió el asunto hubiera resultado insultado y vilipendiado por un canciller que fue el encargado de una turbia negociación secreta con la teocracia iraní.
No es normal que la corrupción capee por doquier ante el infinito silencio de la presidenta y su entorno.
Por supuesto que esta es una breve reseña. Son muchísimas las cosas que no son normales en este país, que ha perdido casi totalmente la institucionalidad. No hay controles o los controles son simples pancartas. No hay garantías constitucionales básicas. Nadie está seguro de que podrá conservar lo que es suyo. Se carece de elementos básicos para la vida cotidiana porque no ingresan al país o lo hacen a precios prohibitivos. Faltan medicamentos, repuestos, tampones, cartuchos de tinta, lentes de contacto. Se repiten las acusaciones de golpes de Estado, de intentos "destituyentes", de desestabilizaciones jamás concretadas. Nunca una denuncia seria y concreta, con nombre, apellido y pruebas básicas al menos.
No hay seguridad jurídica, nadie está seguro en su propia casa. Muchísima gente no tiene trabajo y recibe subsidios, o tiene un trabajo inventado en el Estado. O figura como "contratada" que por supuesto equivale a estar en negro.
No tenemos moneda ni perspectivas de tenerla. No hemos arreglado el asunto de los llamados buitres y no hay intenciones de arreglarlo. Perdemos juicios en el CIADI a cada rato. Tenemos centenares de miles de jubilados reclamando por diferencias impagas, que tienen razón y que habrá que pagar algún día.
El gobierno destina millones a mantener a periodistas militantes y medios que le son afines, millones que resta de la atención de sus funciones que le son encomendadas por la mismísima Constitución.
Organizaciones de tinte claramente fascista multiplican sus adherentes que son sostenidos por dineros públicos. Se intenta copar la justicia, la fiscalía, la Corte Suprema. Se ocultan o se incendian las verdades.
El caso Nisman es una vergüenza mundial y el jefe de gabinete y todo el séquito de genuflexos alquilados por el gobierno sale desvergonzadamente a atacar al muerto, COMO QUERIENDO DECIRNOS QUE BIEN MUERTO ESTÁ.
Lo anormal se ha vuelto normal en la Argentina ¿Hasta cuándo?

DESDE PREGON AGROPECUARIO  http://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=6369#k83zfctD5Y8BXMHo.99

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