miércoles, 24 de junio de 2015

#Argentina Nepotismo: Zannini ubicó a sus cuatro hijos en importantes cargos públicos

ZanniniLa familia Zannini no tiene problemas de desempleo: María Paula, Franco, Carlos Justo y Francisco, los cuatro hijos de Carlos Zannini, son empleados públicos. Y más: también su yerno Juan Francisco Gutiérrez Tellería trabaja para el Estado. Todos fueron nombrados después de que el hombre de confianza de Cristina Kirchner desembarcara en la Casa Rosada.
YPF, Lotería Nacional, Aerolíneas Argentinas y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, dependencias públicas con el sello del kirchnerismo, emplean a los hijos del candidato a vicepresidente del Frente para la Victoria. Casi todos son menores de 30 años, según los registros previsionales a los que accedió LA NACION. Ninguno ocupa cargos jerárquicos. No es el primer antecedente de nepotismo que roza a Zannini: su mano derecha, Carlos Liuzzi, nombró a 22 familiares.
María Paula Zannini, la hija más grande, es diplomática. La Presidenta le tomó juramento en abril de 2013, cuando egresó del Instituto del Servicio Exterior de la Nación. Esta abogada, de 31 años, fue enviada a uno de los destinos más deseados como cónsul de tercera clase, uno de los escalafones más bajos de la carrera. Se mudó a Washington en febrero de 2014 para trabajar en la misión argentina ante la Organización de Estados Americanos (OEA), oficina a cargo de la ex ministra Nilda Garré. Viajó acompañada por su marido, el diplomático Juan Francisco Gutiérrez Tellería (también flamante egresado), que fue nombrado al mismo tiempo que su mujer, pero en la embajada argentina en Estados Unidos, con sede en la misma ciudad.
“No creo que haya tenido ningún privilegio por ser «hija de». Todos los países occidentales son codiciados en Cancillería. Todos quieren estar en París, Roma o Estados Unidos, es cierto. Pero casi siempre hay varios lugares disponibles”, justificaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores. Y estimaron que el salario básico de un cónsul de tercer grado supera los 10.000 dólares mensuales.
En su primer año como funcionaria, los bienes de María Paula crecieron de $ 0 a casi $ 1 millón, según las declaraciones juradas que presentó ante la Oficina Anticorrupción. Detalló ingresos anuales que superan los $ 300.000, pero sus gastos están por encima de los $ 550.000. También informó la compra de un departamento de 70 metros cuadrados en Capital con un crédito del Banco San Juan por medio millón de pesos.
Dejó en Buenos Aires su auto, un Chevrolet Agile, pero su marido se compró el año pasado un lujoso Volvo S60 para manejar por las calles de Washington. El diplomático lo cotizó $ 130.000, varias veces menos que su precio de mercado.
YPF no es una empresa más para los Zannini. Carlos Justo Zannini, de 26 años, empezó a trabajar en la compañía dos años después de que Cristina Kirchner ordenara la estatización. Ingresó en marzo de 2014 en el área de recursos humanos como “analista de formación”.
“Es el primer peldaño cuando entrás. Ni siquiera paga impuesto a las ganancias”, justificaron desde YPF, pero no informaron cuánto cobra el hijo del funcionario.
“El Chino”, un hombre con fama de duro, rompió ese estereotipo cuando lloró en el Senado al recordar a los ex trabajadores de YPF estatal. Rompió en llanto mientras exponía los detalles del acuerdo del Gobierno con Repsol como resarcimiento por la expropiación de la compañía.
El parecido de Franco Zannini con su padre no es sólo físico: el más militante de sus hijos eligió como perfil en Facebook una foto con el “Che” Guevara. Durante sus años de juventud revolucionaria, “El Chino” Zannini era simpatizante del maoísmo.
Franco, de 28 años, trabaja en otra oficina de la administración pública: Lotería Nacional. Ingresó el 2 de mayo de 2011 como contratado para realizar tareas administrativas, detallaron desde el organismo. Dos años después fue designado, por concurso, “asistente administrativo” de la planta permanente en Promociones y Colectas, el área encargada de autorizar y habilitar los nuevos juegos del azar que quieran implementarse. Aunque desde Lotería Nacional no quisieron revelar su sueldo, detallaron que Franco fue nombrado con una categoría D, la cuarta en importancia.
Aunque vive desde hace años en la Capital, Franco declaró como domicilio fiscal su casa de la calle Chacabuco en Río Gallegos. Comparte el domicilio con algunos de sus hermanos y también con la mujer de su padre, Patricia Alsua, que supo ser directora de la Casa de Santa Cruz en Buenos Aires.
Francisco Zannini, el menor, trabaja desde enero en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. A pesar de sus 25 años, es su segunda experiencia como empleado público: según publicó el diario Perfil, en 2010 había ingresado a Aerolíneas Argentinas. Francisco declaró como domicilio un departamento en avenida Del Libertador al 4600, en una de las zonas más caras de la ciudad.
* Por Iván Ruiz con la colaboración de Ricardo Brom para La Nación.

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