Por María Celsa Rodríguez
El Presidente de
Bolivia Evo Morales, líder del sindicato
de productores de coca, nació en 1959 en el Departamento de Oruro; “llegó hasta
Tercero Medio en el colegio Beltrán Ávila”, y es un gran admirador de Fidel Castro, Hugo Chávez y Rigoberta Menchú y
gran amigo del matrimonio Kirchner que gobernaron durante 12 años la Argentina.
Su popularidad caminó erguida a través del sindicalismo de agricultores de
coca en la zona de Chapare. Y fue por la defensa de este cultivo lo que lo llevó a ser elegido diputado nacional en el año
1997. Durante su trabajo de sindicalista cocalero, “Morales conoció la cárcel y
el confinamiento”. Pero la senda estaba marcada y la política le dio el impulso
para ser candidato a presidente en las
elecciones de 2002 a la que llego en
segundo lugar. Luego, en las elecciones de 2005, obtuvo casi el 54 % de los
votos, asumiendo su mandato el 22 de enero de 2006. En el 2009 logró la reelección con el 64,22 % de los
votos y reasumió la presidencia en enero de 2010. Cuatro años después, en el 2014
ganó nuevamente las elecciones presidenciales, por la cual gobernará hasta el 2020, sumando así, 14
años en el poder, o más, ya que el 21 de
febrero los bolivianos votarán un referendo por el cual se les pide que acepten
o digan no, a que se modifique un
párrafo de la Constitución Nacional para permitir que Morales y García Linera
vuelvan a postular otra vez en el 2019
por un cuarto mandato hasta el 2025.
Su hambre de poder parece
que crece con los años y no encuentra excusa para ser rechazado por los
bolivianos ni los hechos de corrupción, ni el aumento de los índices de
criminalidad, la impunidad ni el abuso
de poder. Más allá que una sombra se
cierne sobre los resultados electorales, ya que las denuncias de fraude por irregularidades durante las elecciones y luego en el escrutinio,
nos permite cuestionar con cierta duda, si los resultados dieron el porcentaje
que oficialmente se dice que dio. La instalación del Padrón Biométrico es una
autentico diseño de la tecnología al servicio del fraude. Donde justamente la
empresa Smartmatic, que fue puesta
en cuestionamiento en las
elecciones de Venezuela, por denuncias de fraude, fue la que en Bolivia “participó en la elaboración del padrón
biométrico”.
Ese poder que flamea altivo, quizás se siente
fortalecido por la ayuda que le otorga
la oposición débil y sumisa debilitada ante la tormenta populista que
desde las regiones indigenistas y la fuerza de la producción de coca coloca al líder cocalero, en un trono que parece
eternizarlo.
Cuando Morales llegó a la Presidencia en el año 2005 hacía
diez años que era “presidente del Comité de Coordinación de las federaciones de
productores de coca de Cochabamba”. Recordemos que el consumo de la hoja de
coca en Bolivia está permitido para uso medicinal, religioso y social y también
para la industrialización y para la exportación. A tal efecto, el ministro del
Interior Carlos Romero explicó que la demanda actual está en
aproximadamente 20.690 toneladas de
coca, consumida por más de 3 millones de
ciudadanos, de los cuales un 40% acostumbra a mantener un bolo de coca en la
boca, y el 60% es utilizado en uso medicinal, también en rituales
y otras prácticas que son parte de las
costumbres del país. En cuanto al género: el
78% de quienes lo consumen son
varones y el 22% son mujeres. De acuerdo
a estudios y sondeo de opinión, se
estima que “los agricultores, los constructores, los comerciantes, los chóferes
del transporte público, los trabajadores de la industria manufacturera y los
mineros, -en ese orden de importancia-, son los principales consumidores de
coca”. Geográficamente se consume más en
“los valles, los llanos orientales y el
altiplano occidental”.
A pesar de lo que se diga, hay informes que indican que la hoja de coca es utilizada también para la
elaboración de cocaína. Según la ONU,
Morales manejó una política estratégica para reducir el cultivo. Sin embargo
todo no parece encausarse hacia las buenas acciones, ya que según una
investigación realizada por el coronel boliviano Germán Cardona, en una
entrevista realizada por ABC de España se habla del cártel de Las Estrellas “ que opera
en el departamento de Santa Cruz” y es “controlada por miembros de las Fuerzas
Armadas y de la Policía Nacional de Bolivia y encabezada por el ministro de la
Presidencia, Juan Ramón Quintana” y tienen controlados “varios
aeropuertos clandestinos en la frontera con Brasil para exportar cocaína”. Sus
operaciones están “en connivencia con militares venezolanos y cubanos que están
en Venezuela en asuntos de cooperación”. Para ello “usan aviones militares Hércules que vienen
desde Venezuela y se van cargados de cocaína”. Según las fuentes de
Cardona “el Gobierno de Maduro maneja a
nivel mundial la exportación de cocaína”.
De acuerdo al coronel, la coca que se cultiva es “gruesa,
amarga y provoca vómitos. Tiene alto contenido alcaloide, por lo que el cien
por cien del cultivo se destina a fabricación de cocaína”.
Asimismo explicó que
“Bolivia está plagada de fábricas de cocaína en zonas indígenas, como Qaqachaka
[…] que desde el Perú ingresa la cocaína
vía aérea, terrestre, por el Lago Titicaca y por los ríos a Bolivia con destino
al Aeropuerto Internacional de Chimoré, para ser exportada hacia Venezuela y de
allí hacia otros países como Rusia, Irán, Libia [...] y termina en Estados
Unidos, México y Europa”.[1]
Uno de los objetivos del cartel, para poder acceder a Europa,
es que “Podemos” -quien obtuvo 69 escaños en las Elecciones Generales realizadas el mes
pasado en España- haya podido ganar las
elecciones para así abrirles la puerta al viejo mundo . Es más, las fuentes de
Cardona -le dijo en su momento-, que “Evo
está financiando al hermano Pablo (Iglesias), que ha venido al Chapare, lo ha
traído el hermano presidente”.
En tanto, de acuerdo a una artículo escrito por José Carlos
Rodríguez y publicado en La Gaceta de España en mayo del año pasado, detalla lo
expresado por el coronel Cardona, - quien
dice- que "desde el Estado se está
gestando la Organización de la Guardia Plurinacional Popular, la que estará
conformada por cocaleros, las Bartolinas Sisa, los Poncho Rojos, Pueblos
Originarios, Sindicatos afines y otros movimientos sociales, Juventudes Masistas
y para ello desde hace dos años atrás en aviones de la Fuerza Aérea Venezolana
llegan desde Irán, Rusia y China con escala en Venezuela, armamento militar de
guerra como Fusiles Kalashnikov AK-47 y AK-109, que son introducidos y
almacenados al interior del Chapare".[2]
Cuando en el 2008, “Morales expulsó a la DEA de su país, al
acusar a dicha agencia de soborno a agentes de policía, violación a los
derechos humanos, encubrimiento de asesinos y destrucción de infraestructura”,
estructuró una estrategia personal para “combatir el tráfico de drogas”. Pero
desde una mirada más crítica: ¿todo es así como parece?. La DEA acusó a Bolivia
que no coopera realmente en esta lucha.
Tal es así que en la “Operación Rey Desnudo”,
publicado en The Huffington Post,
por el reportero Nick Wings, se analiza
los “documentos presentados ante un tribunal por un informante confidencial de
larga trayectoria de la DEA, llamado Carlos Toro”. Según sus palabras “hay una
serie de procesamientos oficiales contra funcionarios que o están conectados, o
están en los principales puestos de la administración del gobierno de Morales
[…] que dos de los últimos zares antidrogas de Bolivia han sido implicados como
los cabecillas de escándalos por narcotráfico, y se ha conocido durante algún
tiempo que los miembros de las fuerzas armadas y en particular que la policía,
también se han visto involucrados en esto.” Es más se dice que el gobierno de
los EE.UU. hace tiempo busca encontrar
un puente que conecte “al gobierno de
Morales con el tráfico de cocaína”.[3]
Recordemos que “varios cargueros con bandera boliviana han
protagonizado incidentes de tráfico ilegal en aguas internacionales”. La
Agencia turca Anadou informó el pasado 6 de enero que “las Fuerzas Armadas
turcas han detenido a 10 personas y decomisado 13 toneladas de droga en un
buque de bandera boliviana que navegaba por aguas internacionales ante las
costas de Libia”. Y la agencia francesa
AFP aseguro “citando fuentes del
Ministerio del Interior turco, que se trata de marihuana en polvo”.[4]
Evo Morales despereza
así su condición de líder al mejor
estilo del diseño impuesto por Hugo
Chávez del ‘’socialismo del siglo XXI’.
Un líder cocalero que se asentó en el poder de Bolivia y que volvió a sus orígenes
días pasados cuando con sus propias
manos empezó nuevamente a
cosechar hojas de coca en la localidad de San Francisco, en Chapare. Pero que
dice defender la lucha antidroga sin la DEA
en su territorio, sin base militar norteamericana y sin plata para sostener esa
lucha; a pesar de ello fue mérito- desde su mirada- que en una década, “la
superficie sembrada de coca se redujo de 30.000 a 20.000 hectáreas. Sin embargo hay
investigaciones que lo rozan con el narcotráfico, junto a otros gobiernos
latinoamericanos, y lo coloca en la mira
de los Estados Unidos.
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Referencias:
[1] Germán Cardona: «Militares bolivianos y venezolanos
exportan cocaína en aviones oficiales»
[2] El negocio cocalero de Evo Morales y Nicolás Maduro
[3] "Operación Rey Desnudo" de la DEA en Bolivia confirma
temores de Evo Morales sobre intromisión de EE.UU.
[4] #Bolivia Record: Turquía
decomisa 13.000 kilos de drogas ilegales de barco boliviano
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