Por el Dr. Jorge Enrique Yunes (*)Un tejido social fracturado como pocas veces se ha visto en la historia del País.-
Un escenario político con una volatilidad peligrosa, en donde intervienen distintos actores: partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales, cada uno tironeando como perros salvajes que defienden su propia presa sin importarles las consecuencias.-
Una gran parte del Pueblo que no se siente representada por sus candidatos y que canaliza sus reclamos y convocatorias a través de las populares redes sociales, las que sorprendentemente les brindan una mayor confianza.-
Una enorme crisis de representatividad que carcome día a día a los partidos políticos, tristes y patéticos referentes democráticos que ya han dejado de serlo.-
Una Presidenta que confrontó permanentemente con distintos sectores de la sociedad, haciendo de la disputa su bandera y su ariete para doblegar al opositor más allá de cualquier resultado práctico.-
Un Vicepresidente que fue un ícono de la corrupción estructural y que desfachatadamente se mantuvo en su cargo desafiando las más elementales pautas de seguridad jurídica.-
Un Secretario de Comercio Interior desafiante y altanero que se nos rió a carcajadas en la cara y se dió el lujo de insultar a voz en cuello, patoteando descaradamente a cuanto ciudadano piense distinto de él.-
Una inflación que desafió cualquier estadística embustera proveniente del INDEC y que devoró los salarios de los trabajadores, sin prisas pero sin pausas.-
Una inseguridad que es moneda corriente y que aún se enseñorea en nuestras calles para arrebatarnos la vida a cada instante, respetando solamente a los poderosos de turno, siendo estos los únicos que pueden sostener un séquito de guardaespaldas que los protege en forma permanente.-
Una justicia garantista que no es justicia porque privilegia los derechos del victimario antes que los derechos y las garantías de la propia víctima.-
Una clase pasiva a la que sin solución de continuidad se la pasó por encima como alambre caído, ante cada manotazo que pegó el gobierno kirchnerista sobre la fabulosa y esquilmada caja de la Anses, lo que representó en sí mismo un verdadero corte de manga al esfuerzo de tantos años.-
Una haraganería y una vagancia subsidiada que ha destrozado casi hasta la extinción la cultura del trabajo genuino.-
Un crimen organizado y una corrupción estructural que se enquistó en el poder político, poniendo en jaque mate a las más rancias instituciones democráticas y tiñendo de sospecha a gran parte del arco político y judicial.-
Una Patria a la que se le dio la espalda y se la expuso al ridículo internacional, cuando uno de sus emblemas nacionales fue capturado rapiñeramente por fondos buitres en un remoto puerto de un lejano país africano.-
Una Constitución Nacional que nunca terminó por calificar como Carta Magna porque continuamente quedó a merced de los caprichos del elenco gobernante, el que sistemáticamente la desvirtuó para no cumplirla nunca, transformándola de ese modo en un simple libreto para una triste actuación.-
Por eso mi País, la Argentina, es un País Extraordinario, o mejor dicho Sorprendente, porque como un simple corcho que se debate en las embravecidas aguas de las disputas internas, nunca termina por hundirse del todo….-
"¡Que cosa tan simple la política! De un lado, los que tienen todo, dinero, honores y cargos; del otro, los que nada poseen. Aquellos todo lo encuentran bien. Estos lo encuentran todo mal. A la derecha la digestión; a la izquierda el apetito". Sardou.
(*) Abogado; Dr. en Ciencias Jurídicas y Sociales; Analista Político; Investigador; www.miradornacionalista.blogspot.com.ar; Rosario, Provincia de Santa Fe, República Argentina.-
ENVIADO POR SU AUTOR
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