sábado, 7 de enero de 2017

LAMENTABLE, LA CIENCIA EN LA ARGENTINA

Tanto los gobiernos sin riquezas de ideas y las crisis económicas conspiraron contra los científicos que quedaron soterrados o peor, obligados a emigrar a otros países ávidos de intelectuales, dejando al azar la educación en la Argentina.
Por: Dr. Rubén Emilio García
En el periodo colonial de las Provincias Unidas, la ciencia como actividad creadora era nula o escasa, no obstante tuvo un principio modesto iniciado por las órdenes religiosas, principalmente por el accionar de los curas Jesuitas. Esto es así, porque la orientación religiosa en América tenía por fin la evangelización, la docencia y la actividad científica, práctica que venían realizando en los claustros desde la edad media.
Se puede afirmar que nuestra vida cultural comienza en 1613, cuando los Jesuitas fundan la Universidad de Córdoba dando ámbito a las facultades de artes y teología. Décadas después crean el Colegio Monserrat en la misma ciudad. Y con el propósito de imprimir los contenidos fabrican la primera imprenta en las Reducciones Misioneras, seguida de la segunda en el mismo Colegio Monserrat. Sin embargo, la aparición del primer libro recién aconteció en 1700 con la impresión de los primeros trabajos científicos: los Calendarios y las Tablas Astronómicas, debido a que estos sacerdotes realizaron las primeras observaciones astronómicas.
Con la Revolución de Mayo llegaron las ideas del Iluminismo ilustrado sosteniendo la concepción de que la humanidad debía ser guiada por las luces de la razón y no por el oscurantismo religioso; que aplicado a los Jesuitas fue uno de los argumentos utilizados que diera origen a la expulsión en 1767. Pero también fue utilizada en el siglo siguiente por las monarquías del despotismo ilustrado bajo el lema: “todo para el pueblo pero sin el pueblo”. De ahí principia el ideario de libertad, igualdad y fraternidad.
De los próceres que engendró la Revolución de Mayo, Manuel Belgrano fue sin dudas el que más bregó por la educación de los niños en escuelas gratuitas sostenida por el Estado. Educado en Europa, Belgrano, asimiló las ideas racionalistas y enciclopedistas de la revolución francesa sin abjurar de su fe religiosa. Luego los vilipendiados Rivadavia y Sarmiento impulsaron la sabia educación incrementando la sabiduría como fin en sí mismo. No obstante, con el correr de los años, los grandes impulsores que actuaron a favor de la evolución de la ciencia en la Argentina quedaron supeditados las más de las veces a los vaivenes de la economía y de la política. Aun así, imbuidos del tesón de los fanáticos, lograron engendrar estudios perdurables a favor de la ciencia y la tecnología hasta alcanzar renombre internacional, como nuestros tres premios nobel.
Tanto los gobiernos sin riquezas de ideas y las crisis económicas conspiraron contra los científicos que quedaron soterrados o peor, obligados a emigrar a otros países ávidos de intelectuales, dejando al azar la educación en la Argentina. Y eso duele, y vaya que duele, tanto como el aplazo en la prueba internacional PISA, que debido al aporte de datos falsos nos bocharon, por lo cual ignoramos que tan educamos estamos.
Es aquí cuando cobra vigencia en la actualidad la toma del edificio del CONICET por parte de becarios e investigadores, al protestar rechazando su eliminación de planta y a la merma del presupuesto de la institución. Cosa que los argentinos debemos estar de acuerdo y acompañar en el planteo. Pero si bien este apoyo se sustenta en el derecho a investigar, se debe denunciar las investigaciones de diletantes cientificistas que armaron bochornos estudios curriculares como: Star Wars. Cruela Devil mirando Disney con mis alumnos. Investigación sobre el Rey León. Los manteros senegaleses ante el allanamiento en Once. El rock chabón. Ejemplos estos, entre otras tantas gansadas realizadas en el CONICET, que en nada ayuda a la formación intelectual de las masas, al contrario, contribuye al agudo mal argentino en que la gente no sabe leer o no lee. Factura pendiente en la educación, que el actual gobierno debe urgentemente empezar a revertir.
Acotación: En el año 1963, en asamblea estudiantil concretado en el comedor universitario de la UNNE, los estudiantes rechazamos un subsidio de los EE.UU para realizar estudios sobre los efectos del sol en la retina a distintas distancias de la tierra. Era un estudio serio y de importancia pues se entraba a la era espacial. Pero entonces enarbolamos nuestra identidad nacionalista rechazando designios del imperio. No sé si aquello estuvo bien o mal, pero era mucho más aceptable que el poco serio estudio en el CONICET del intitulado: Penes emocionales + En tetas hay paraíso.

Desde PREGON AGROPECUARIO http://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=9014#q6J6cUJ8UH3BxwZ1.99

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