miércoles, 7 de marzo de 2018

¿Criptomonedas? Sí, con picos y palas Por Jim Rickards, desde Darien, Connecticut


Si me conoces saber bien que no soy fanático del Bitcoin. No niego que en efecto le ha hecho mucho dinero a unos cuantos, pero incluso con la baja reciente que sufrió la primera criptomoneda, aún considero que el Bitcoin es una burbuja colosal.
Sin embargo, también he dicho varias veces que creo firmemente en la tecnología blockchain , es decir la tecnología detrás del Bitcoin y otras criptomonedas.
FedeEse espacio actualmente es muy prometedor.
Y a pesar de lo que digan algunos críticos, no soy un tecnófobo que no comprende la tecnología detrás de las criptomonedas.
La conozco muy bien. He estado estudiando las criptomonedas desde antes que muchos de sus dueños actuales siquiera escucharan de su existencia. De hecho, hace años trabajé junto a la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos para encontrar formas con las que responder al uso de criptomonedas por parte de ISIS para burlar al sistema monetario internacional.
En mi opinión, la histeria del Bitcoin se ha escapado por mucho de la realidad. Ahora bien, como dije, también creo que la tecnología blockchain es real y tiene un potencial tremendo. Así que solo porque no sea un fanático apasionado del Bitcoin no significa que esté en contra de todas las divisas digitales basadas en el blockchain.
Permíteme ahondar un poco más en mi posición…
Una de las metáforas más conocidas de Wall Street es la distinción entre los mineros de oro y aquellos que les proveían sus herramientas, como picos y palas. El ejemplo clásico de esto fue la Fiebre del Oro de 1848 a 1855.
Primero llega un descubrimiento inesperado de oro. Luego llega la “fiebre de oro”, en la que empiezan a llegar afiebrados de todas partes del mundo para comenzar a minar en búsqueda del metal. Algunos hacen descubrimientos colosales de “¡pepitas de oro del tamaño de un puño!”, y son esos mineros los que se vuelven ricos rápido.
Sin embargo, esa es más bien la excepción. Lo más común es que haya minerales de mala calidad, la zona de excavación tenga poco o nada más para ofrecer y el minero se quede sin tiempo o dinero, saliéndose del negocio con las manos vacías y en bancarrota. Luego la zona que adquirió queda desierta, esperando al próximo entusiasta.
Mientras tanto, todos los mineros –tanto exitosos como no– necesitan equipamiento y suministros. Todo comienza con las picos y palas, pero aquí también encontramos indumentaria, lámparas, aceite, alimentos, dinamita y demás.
Los emprendedores son los que se proponen suplir esas necesidades, y no salir a buscar el oro directamente.
El más famoso de estos emprendedores fue Levi Strauss, quién se dirigió a San Francisco durante la Gran Fiebre de Oro californiana para establecer un negocio de bienes generales con el que vendía ropa, botas y otros artículos necesitados por los mineros.
¿Levi Strauss? Sí, Levi’s…
Hoy en día está tomando lugar algo similar con las criptomonedas.
Actualmente hay más de 1.000 criptomonedas en circulación. Algunas de ellas, como es el caso del Bitcoin, han producido ganancias rápidas para unos pocos… y pérdidas colosales para los muchos otros que entraron a la moneda cuando cotizaba por encima de los US$ 12.000 –o incluso peor, en su máximo de US$ 20.000.
El Bitcoin podría ser un yacimiento de oro con unas cuantas pepitas de buen tamaño escondidas bajo el agua, pero sin lo suficiente como para sostenerse en el largo plazo.
La mayoría de las criptomonedas tienen poco o nada que ofrecer. Y los inversores en esas “minas de oro” volverán a casa con las manos vacías.
Sin embargo, algunas divisas digitales, particularmente aquellas que cumplen con lo que hemos identificado como “parámetros COINN”, tienen excelentes pronósticos para el largo plazo.
Esas criptomonedas serán como la Mina Homestake en Lead, Dakota del Sur, que produjo oro para sus dueños por más de un siglo.
Porque hay un aspecto “laborioso” tanto en las criptomonedas como en la minería de oro. Para ser exitosa, una divisa digital necesita tener usos y aplicaciones, un procesamiento eficiente y un esquema de validación fuerte.
El éxito también exige la adopción de la tecnología por parte de sociedades importantes, como es el caso de bancos, ONGs u otros consorcios de la industria energética, agrícola, de transporte u otros sectores económicos importantes. El progreso real no nace de emprendimientos de garaje, sino de las compañías de tecnología más importantes como IBM, Intel, Oracle o Siemens.
Puede que los defensores más radicales de las criptomonedas insistan en los llamados sistemas “sin confianza” que ofrecen transacciones “de igual a igual” (peer-to-peer) sin intermediario. Pero la realidad es que no existen sistemas totalmente libres de confianza entre las partes. Incluso el Bitcoin amerita que los tenedores confíen en que el 51% de los mineros no validarán un bloque que pueda eliminar sus Bitcoins, o que un Exchange de Bitcoins no sea más que una trampa para dejar sin dinero a los inversores.
Los días del Bitcoin están contados, y para ver prueba de ello no hace falta ir más allá de los altos costos delas transacciones, la lentitud de las verificaciones y los insostenibles niveles de desperdicios ambientales que resultan de su uso.
Mientras tanto, las grandes corporaciones con miles de millones de dólares para gastar en la investigación, desarrollo e implementación, sí están interesadas en las soluciones del ledger distribuido para problemas concretos en sus negocios.
En este momento está naciendo una segunda ola o nueva generación de criptomonedas, con mejores modelos de gestión y mejoras profundas en la facilidad de uso. Esta nueva ola se divisas digitales representa el futuro de la tecnología criptomoneda. Se trata de criptos con muchísimo mayor potencial para transformar y eliminar los intermediarios en los sistemas de pago ya establecidos, así como los intermediarios financieros como bancos, brókers y exchanges.
Es esencial que los inversores tengan un método completo y fiable para distinguir entre las criptos sin futuro como el Bitcoin y la nueva generación de divisas digitales que tienen una oportunidad de cambiar para siempre los bancos –de la misma forma que Uber cambió el negocio de los taxis y Airbnb transformó la industria hotelera.
Eso es exactamente lo que mi equipo y yo estuvimos desarrollamos en el último año, y cuyo resultado es un método analítico que hemos llamado “COINN”, un juego de palabras con la palabra “coin” (moneda) en inglés.
Cada letra significa algo en particular:
Consensus (consenso)
Open Source (código abierto)
Impenetrable (impenetrable)
No-Nonsense Governance (administración sensata)
Nimble (ágil)
Consideremos estos factores uno a la vez, para mostrarte cómo podemos emplear el método COINN para distinguir entre las criptomonedas que pronto se quedarán sin camino y aquellas con un futuro brillante.
“Consenso” se refiere a si los participantes de la comunidad de una criptomoneda son capaces de seleccionar los grupos realmente confiables que llevarán adelante las funciones de validación de blockchain.
Esto funciona orgánicamente de la misma forma que Google determina cuáles son las páginas que más le interesan al público en una búsqueda específica, o cómo Wikipedia define cuál es el contenido de su comunidad de editores y contribuyentes que debe exhibir. Todo esto evita la “dictadura de los mineros” que el Bitcoin impone hoy en día en sus usuarios.
“Código abierto” hace alusión a que el código original del blockchain relevante esté disponible de forma gratuita para todos los participantes. Esto elimina las comunidades cerradas como el “FedCoin”, un banco central, o la “SDRCoin” auspiciada por el FMI y otros sistemas de permisos.
Con “Impenetrable” me refiero a la seguridad del blockchain en cuestión. El blockchain del Bitcoin es, por ejemplo, vulnerable a un ataque de parte de un grupo que controle un 51% de la capacidad total de la minería de Bitcoins. Tal grupo podría crear un block capaz de robar todos los Bitcoins existentes, para luego simplemente validar el block y hacerse una fortuna. Tus Bitcoins simplemente se esfumarían sin que puedas hacer nada al respecto, y los mineros inescrupulosos controlarían cualquier cantidad de Bitcoins que quieran.
Otras amenazas posibles son los ataques “Sybil” (llamados así por la historia de una mujer llamada Sybil que sufría de desorden de personalidad múltiple). En un ataque Sybil, el malhechor se clona a sí mismo en una lista blanca de la administración del sistema a fin de controlar una cantidad desproporcionada de poder de voto, misma que se puede emplear para robar coins. Una criptomoneda realmente eficiente sería inmune a estos ataques.
“Administración sensata” se refiere al método técnico necesario para validar el blockchain. En la actualidad, el Bitcoin depende de un proceso de proof-of-work(prueba de trabajo) bastante aparatoso para funcionar, y que existe en forma de problemas matemáticos bastante aburridos que requieren cantidades insostenibles de capacidad de computación y electricidad para ser resueltos. Esto es un desgaste colosal, innecesario e ineficiente de energía.
Con “Ágil” hablo de la facilidad de uso de la criptomoneda en cuestión. Las divisas digitales de hoy en día son demasiado lentas, aparatosas o costosas como para competir con Visa, MasterCard y PayPal en el espacio del procesamiento de pagos. El único argumento a favor del uso del Bitcoin es que éste permite que se den transacciones criminales, e incluso los malhechores del mundo están migrando hacia Monero y Spectrecoin, ya que cuentan con mejor seguridad y opciones de privacidad.
Las mismas críticas sobre el procesamiento lento y otras ineficiencias también aplican a criptomonedas populares como Ether y Ripple.
A no ser que una divisa digital pueda ofrecer procesamiento de pagos más fáciles, rápidos y baratos que los sistemas existentes, como Visa y MasterCard, entonces no tiene un futuro real. Esta nueva ola de criptos sí ofrece esta facilidad de uso.
Es más, me atrevo a decir que las criptomonedas de primera generación no le llegan ni a los talones a estas nuevas divisas digitales.
El futuro del blockchain son las compañías que logren crear o respaldar las criptomonedas o los tokens de los contratos inteligentes que cumplan con nuestros parámetros COINN.
Yo mismo he dicho que la tecnología blockchain tiene un futuro brillante, incluso cuando mi opinión del Bitcoin no es para nada optimista.
A lo que quiero llegar es esto: no inviertas en las criptomonedas viejas que no pasan la evaluación COINN. En su lugar, invierte en las criptomonedas que cumplan estos requisitos y, por supuesto, en la tecnología blockchain.

Saludos, 

Jim Rickards
Para El Inversor Diario

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